Incapaz de frenar la violencia, el Gobernador de Zacatecas, David Monreal, empezó a buscar culpables. Del desastre de la inseguridad pública no responsabilizó al crimen organizado ni a sus antecesores: culpó a los medios de comunicación por informar sobre la ola de matanzas que enfrenta el estado y que no ha podido detener ni la Guardia Nacional con el “Plan Zacatecas ll”.
La posición del mandatario zacatecano muestra un signo de desesperación, pues los cárteles de Jalisco Nueva Generación y Sinaloa –los dos más poderosos de América Latina –siguen ajustando sus cuentas, disputando mercados de drogas, rutas y extendiendo sus planes de control territorial a lo largo y ancho de esa entidad. Nadie los detiene.