Marcelo Odebrecht, condenado en el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil, pasó este martes a régimen de arresto domiciliario después de haber estado dos años y medio en una cárcel de la ciudad brasileña de Curitiba.
Custodiado por agentes, Odebrecht salió del Complejo Médico-Penal de Pinhais y se dirigió hasta los juzgados de primera instancia de Curitiba (sur), donde le colocarán una tobillera electrónica que lo acompañará durante el resto de su pena.