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Familias centroamericanas huyen de la violencia; van 5 mil solicitudes de petición de refugio en México

Laura María Cruz Martínez, otra madres soltera y los nueve niños a su cargo vuelven a estar juntos en dos apartamentos contiguos de un barrio obrero de la Ciudad de México, están a salvo de las pandillas que asolan Honduras. Los once consiguieron el pasado marzo estatus de refugiado y asilo en México. Eso los convierte en parte de una creciente oleada de refugiados de Honduras, El Salvador y Guatemala que se instalan allí en lugar de intentar llegar a Estados Unidos, al que muchos ven como cada vez más hostil. México recibió en 2015 3 mil 424 solicitudes de estatus de refugiado, una cifra que subió a 8 mil 794 solicitudes el año pasado. Las peticiones ya han superado ese ritmo en lo que va de año, con 5 mil 464 solo entre enero y mayo.

Los pandilleros llegaron el otoño pasado en motocicleta, armados y enmascarados, hasta una casa en el norte de Honduras. Llevaron una sombría advertencia para los ocupantes: Dejen la ciudad en 24 horas, o si no…

Laura María Cruz Martínez, otra madre soltera y los nueve niños a su cargo llenaron bolsas a toda prisa con ropa y objetos personales y salieron camino de la frontera antes del amanecer, dejando su casa abandonada con los muebles y electrodomésticos aún en su lugar.

Cada vez más familias centroamericanas se refugian en México

Ciudad de México. Los pandilleros llegaron el otoño pasado en motocicleta, armados y enmascarados, hasta una casa en el norte de Honduras. Llevaron una sombría advertencia para los ocupantes: dejen la ciudad en 24 horas, o si no...
Laura María Cruz Martínez, otra madre soltera y los nueve niños a su cargo llenaron bolsas a toda prisa con ropa y objetos personales y salieron camino de la frontera antes del amanecer, dejando su casa abandonada con los muebles y electrodomésticos aún en su lugar.

Ejército mexicano, artífice de la contención migratoria en la frontera sur

El cable que publicó ayer la agencia Associated Press (AP), según el cual la administración estadunidense de Donald Trump pretendía utilizar la Guardia Nacional –un cuerpo militar– para detener indocumentados provocó mucha irritación en México; sin embargo, en el país el diseño de la política antiinmigrante fue producto del Ejército mexicano.

En 2013, la Secretaría de Marina (Semar) elaboró y coordinó el Programa de Atención Integral a la Frontera Sur, y esta dependencia encargó a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) la tarea de coordinar las “operaciones de control y vigilancia” en la frontera de mil 149 kilómetros que México comparte con Centroamérica.

Su objetivo: “Reducir la inseguridad” y “ordenar el flujo migratorio”; en otras palabras, impedir el paso a los cerca de 250 mil centroamericanos que cruzan cada año de manera irregular la frontera sur, a través de los 704 cruces informales identificados, rumbo a Estados Unidos.

El programa, cuya copia obtuvo Apro, instruyó a autoridades militares y civiles que participaron en las operaciones. Tanto la Semar y Sedena, como instituciones que pertenecen a las secretarías de Gobernación (Segob) –Policía Federal (PF), Instituto Nacional de Migración (INM) y Centro de Investigación en Seguridad Nacional (Cisen)– y de Hacienda y Crédito Público (SCHP) participarían en las labores de contención migratoria.

Entre 2013 y 2016, la Semar realizó 3 mil 102 operativos migratorios de apoyo al INM, un promedio de dos por día. 502 de ellos fueron operativos marítimos y los 2 mil 600 restantes se llevaron a cabo en tierra, de acuerdo con el oficio 1352/16 que esta dependencia entregó a Apro en respuesta a una solicitud de información.

En julio de 2014, el presidente Enrique Peña Nieto anunció el arranque del Programa Frontera Sur, que presentó como una estrategia transversal de desarrollo de los estados fronterizos. Las organizaciones defensoras de derechos humanos, por su parte, denunciaron la “militarización” de la frontera y el incremento de los abusos contra los migrantes.

Entre julio de 2014 y el pasado mes de diciembre, las autoridades mexicanas deportaron a 377 mil 599 migrantes de origen centroamericano, un promedio de 419 por día.

Contención

En el programa, la Semar dividió la región sureña del país en tres zonas, delimitadas a su vez por tres líneas: una de Control Fronterizo –en las inmediaciones de la frontera–, otra de Control Interno y la última de Contención –que parte de Salina Cruz, Oaxaca, y atraviesa el Istmo de Tehuantepec hasta Coatzacoalcos, Veracruz.

La línea de contención tiene el objetivo de “contener hacia el interior del país el tráfico ilícito de personas y bienes, mediante el establecimiento de Bases de Operaciones Mixtas (BOM), fijas y móviles”.

El programa planteó la creación de cinco Centros de Atención Integral al Tránsito Fronterizo (CAITF) –integrados por antenas de la Semar, la Sedena, el INM, el Cisen, la PF, la Procuraduría General de la República (PGR), autoridades municipales y estatales, así como de la Administración General de Aduanas (AGA)– en municipios de Chiapas y Tabasco.

Otro punto del programa de la Semar estableció las Fiscalías Especializadas para la Atención de Delitos en Contra de Migrantes en los cuatro estados fronterizos, las cuales tienen la misión de investigar las agresiones contra los indocumentados.

También consideró una vertiente de “Tecnificación de la vigilancia en la frontera sur”, que instruía a utilizar drones para vigilar la frontera, así como la instalación de sensores, detectores y sistemas de recolección de datos biométricos. Esta vertiente fue atribuida al Cisen el cual, en su momento, advirtió que no previó recursos para el proyecto “dada la situación económica nacional”.

Algunos de estos insumos fueron comprados a través de la Iniciativa Mérida, el acuerdo binacional firmado en 2007 por las administraciones de Felipe Calderón y George W. Bush, con el objetivo de que el gobierno de Estados Unidos asuma parte del costo económico de la llamada “guerra contra el narcotráfico” en México.

De acuerdo con el informe “La Iniciativa Mérida y más allá”, elaborado por el Servicio de Investigación del Congreso estadunidense en febrero de 2016, el Departamento de Defensa entrenó y equipo a los militares mexicanos que patrullan en la frontera sur.

El Departamento de Estado proveyó recursos por 15 millones de dólares en equipos caninos y “equipos de vigilancia” para el monitoreo de los cruces fronterizos y planeó gastar por lo menos 75 millones de dólares adicionales.

Cooperación

En su informe de actividades Julio 2014-Julio 2015, la Coordinación para la Atención Integral de la Migración en la Frontera Sur afirmó que en los operativos del INM participaron la PGR, la Sedena, PF y Semar, “además del gobierno de Chiapas”.

Entre 2013 y 2016, la Policía Federal participó en 16 mil 623 operativos de migración junto con el INM, un promedio de 11 por día. Estos operativos derivaron en detenciones de migrantes, según el oficio PF/OCG/DGE/6356/2016, entregado a Apro por transparencia.

La PGR informó a este medio que apoyó en 14 ocasiones al INM entre 2015 y 2016, mientras que la dirección general de asuntos policiales e Interpol reportaron 12 operativos, del 2012 hasta 2016.

La Sedena, por su parte, aseveró a Apro que “no localizó ningún documento o registro que contenga información” sobre los operativos de apoyo al INM que realizó entre 2013 y 2016.

El Cisen considera que las características de la frontera sur mexicana “favorecen la comisión de ilícitos como el tráfico de indocumentados, drogas, armas, personas, dinero ilegal, entre otros, aunado a la presencia de asentamientos irregulares en algunos puntos de la franja fronteriza que hacen propicio el comercio ilegal en la zona”.

En un informe sobre la frontera sur, entregado a Apro en respuesta a la solicitud de información 0410000026016, el Cisen señala a Chiapas –donde existen aproximadamente 56 cruces fronterizos vehiculares informales y más de 350 peatonales– como “la principal puerta de entrada para el tráfico ilegal de mercancías, drogas, personas, combustible, así como para la proliferación de organizaciones delictivas”.

También identifica el municipio de Candelaria, en Campeche, como “lugar estratégico para el tráfico de enervantes y personas”.





Fuente: Proceso
Autor: Mathieu Tourliere
http://www.proceso.com.mx/474932/ejercito-mexicano-artifice-la-contencion-migratoria-en-la-frontera-sur

Por deportación en EU, México, destino para migrantes centroamericanos

El riesgo evidente de deportación en el cual viven día a día los migrantes en Estados Unidos, convierte a México en un destino más interesante para los centroamericanos que están por emigrar de sus países de origen, dijo la doctora Claudia Masferrer, académica del Colegio de México (Colmex).

Así lo señaló la evidencia encontrada en la investigación Tres décadas de migración desde el triángulo norte centroamericano: un panorama histórico y demográfico, que Masferrer realizó junto con la doctora Carla Pederzini Villarreal, docente de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México; Fernando Riosmena, de la University of Colorado (Boulder); y Noemy Molina, de la Fundación Iris de Centroamérica-Partners (El Salvador).

La investigación es un estudio sobre México y Estados Unidos, en el contexto de recepción de migrantes procedentes del Triángulo Norte de Centroamérica (TNCA), al que pertenecen Guatemala, El Salvador y Honduras.

En el documento queda claro que los centroamericanos que están emigrando de estos países lo hacen por la violencia social que se vive en esa región, y “si por lo pronto te puedes ir a México, pues te vas a México”, agregó Pederzini, integrante del claustro del Departamento de Economía de la IBERO.

Hay encuestas que muestran que a muchos centroamericanos les interesa quedarse en México, “podríamos pensar que en parte por la facilidad del idioma”. Pero también influye que la migración centroamericana a nuestro país lleva muchas décadas y el que haya comunidades de centroamericanos establecidas en aquí facilita la migración y permanencia aquí, explicó la investigadora del Colmex.

Además, no todos quieren llegar a EU. Pederzini y Masferrer consideran que es así porque implica en muchos de los casos hacerlo como indocumentados, y sin posibilidades en un futuro cercano de que existan políticas de regularización.

A lo anterior, se suma que un número creciente de migrantes del TNCA son aprehendidos en la Unión Americana; hay una reducción de la emigración de México a Estados Unidos, y el tránsito por nuestro territorio implica mayores riesgos y costos por el endurecimiento de los controles migratorios, la violencia e inseguridad en el trayecto.

Caso especial es el de los guatemaltecos en México. “Hay una tradición de muchos años que hace que las personas que vienen de Guatemala se sientan muy integrados cuando están en México; porque llegan a la zona del Soconusco, en Chiapas. Los guatemaltecos están muy concentrados en el estado de Chiapas, entonces, probablemente, ellos hayan decidido venir a México como su lugar de destino”, distinguió la economista de la IBERO.

Educación determina a dónde migrar

En su trabajo, los investigadores encontraron que hay una mayor selectividad de migrantes en EU que en México, en lo relativo a la educación. En el 2010, los guatemaltecos que se quedaban en México tenían en promedio cinco años de escolaridad, es decir, primaria incompleta; en tanto que los migrantes de Guatemala en Estados Unidos tenían alrededor de nueve años de escolaridad (secundaria acabada).

Si se hace una observación por nacionalidades, los salvadoreños proceden de áreas urbanas, de contextos un poco más privilegiados, en comparación con los guatemaltecos, oriundos de áreas rurales y comunidades indígenas.

Eso provoca que al llegar a México y ver que las opciones laborales son limitadas, los de El Salvador, que tienen mayor nivel educativo y socioeconómico, consideren que pueden transferir esas ventajas al mercado de Estados Unidos; además de creer que pueden aprender inglés más fácilmente. Esta selectividad podría expresarse así: “yo tengo mayores opciones a adaptarme mejor en otro lugar, con otro idioma y quizá con un estatus más complicado”, comentó la académica de El Colegio de México.

Más empleados en EU que en México

Otra observación hecha en Tres décadas de migración desde el triángulo norte centroamericano: un panorama histórico y demográfico es que los migrantes de Centroamérica se emplean más en EU que en México; posiblemente porque la demanda de mano de obra no calificada es mayor en la Unión Americana, donde aunque ganan más dinero, el nivel de vida es más caro, “entonces necesitan trabajar, porque el costo de oportunidad de no trabajar es más alto”, explicó Claudia.

Carla abundó que en México los centroamericanos compiten con mucha mano de obra no calificada. “En cambio, en Estados Unidos hay poca gente que quiera trabajar de jardinero, en ciertas ocupaciones que son de mano de obra barata”.





Fuente: Desinformémonos
Autor: Universidad Iberoamericana
https://desinformemonos.org/deportacion-eu-mexico-destino-migrantes-centroamericanos/

La migración no para: encuentra nuevas rutas

En su mayoría viajaban a lomos de La Bestia, pero la excesiva vigilancia del ferrocarril los obligó a cambiar de transporte. Ahora se desplazan en autobuses de pasajeros o hacinados en tráileres y camionetas. No importa cómo, pero decenas de miles de centroamericanos persisten en su afán de llegar a Estados Unidos, a despecho de que los gobiernos de ese país y de México eroguen ingentes cantidades en la aplicación de programas de contención. Nada parece ser capaz de detener el flujo de personas que huyen de la violencia del llamado Triángulo Norte de Centroamérica.

Por conducto de la Oficina Internacional de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley (INL) y con fondos de la Iniciativa Mérida, el gobierno de Barack Obama financia desde mayo pasado un programa de capacitación a funcionarios mexicanos para desmantelar las redes de tráfico de migrantes que operan en el país, las mismas que decenas de miles de centroamericanos contratan cada año para alcanzar la frontera estadunidense.

Se trata del Proyecto Nacional contra el Tráfico Ilícito de Migrantes 2016-2018, ejecutado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) “en estrecha coordinación” con la Procuraduría General de la República (PGR).

Como parte de este proyecto, agentes estadunidenses de seguridad empezaron a capacitar a funcionarios de la PGR y de la Policía Federal (PF), así como a “funcionarios federales ubicados en estados seleccionados de la República y a autoridades estatales” para detectar, investigar y perseguir el tráfico de migrantes, con “un enfoque de delincuencia organizada trasnacional”, incluyendo una vertiente de investigación financiera.

Los estados “seleccionados” son los 10 fronterizos –del norte y del sur–, además de Oaxaca, Durango, Jalisco, San Luis Potosí, Estado de México, Tlaxcala y Veracruz.

El objetivo del proyecto –cuya copia obtuvo Proceso mediante una solicitud de acceso a la información– es “apoyar los esfuerzos del gobierno mexicano para hacer frente al tráfico ilícito de migrantes, prestando especial atención a los procesos interinstitucionales para prevenir, detectar y perseguir el delito, así como proveer asistencia a los migrantes objeto de tráfico”.

El documento no especifica la cantidad de dinero que el Departamento de Estado –del que depende la INL– erogará para su aplicación.

Uno de los componentes del proyecto plantea la impartición de “asesoría especializada” a la Unidad de Investigación de Delitos contra Personas Migrantes de la PGR –creada el 18 de diciembre de 2015–, así como “asistencia legislativa”, que consiste en un “debate legislativo” y la participación en un foro internacional de intercambio de buenas prácticas.

También prevé el desarrollo de campañas de comunicación dirigidas a las autoridades de los tres niveles de gobierno para informar sobre el tráfico de migrantes. Para ello, el proyecto considera cuatro mesas de trabajo en México y dos en Estados Unidos.

El proyecto se había dado inicio el pasado 30 de agosto, cuando Arely Gómez, extitular de la PGR, lo presentó junto con Roberta Jacobson –la embajadora de Estados Unidos en México–, Antonio Luigi Mazzitelli –representante en México de la ONUDD–, así como funcionarios de las secretarías de Gobernación y de Relaciones Exteriores.

El pasado 9 de mayo se instaló la primera sesión de trabajo en el Salón Justicia de la PGR, donde se presentó formalmente el proyecto; otras se llevaron a cabo en Guadalajara, el 1 de septiembre; Hermosillo, el 8 de septiembre; Mexicali, el 22 de octubre; y Toluca, el 10 de noviembre.

Del 22 al 26 de agosto se reunieron 21 funcionarios de la PGR y la PF en el Centro Nacional de Capacitación y Adiestramiento de la Cruz Roja Mexicana de Toluca, donde recibieron el taller “Fortalecimiento de las capacidades de funcionarios encargados de la aplicación de la ley para la detención, investigación y persecución del delito de tráfico ilícito de migrantes”.

Participaron los agregados de la PGR para Centroamérica y el Caribe y América del Sur, así como de las ciudades estadunidenses de San Diego, El Paso, San Antonio y Los Ángeles, según las constancias que la PGR proporcionó a Proceso.

El taller no le costó un peso al gobierno mexicano: el Departamento de Estado estadunidense cubrió los traslados y los viáticos de los asistentes, de acuerdo con el oficio SJIAI/CAIA/0811/2016, emitido por la Coordinación de Asuntos Internacionales y Agregadurías de la PGR.

Del 7 al 11 de noviembre, agentes de la PGR asignados a las delegaciones de Baja California, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas, así como a las agregadurías antes mencionadas, asistieron al taller de “Formación operativa para el análisis, investigación y persecución penal del tráfico ilícito de migrantes” en Tijuana.

De nueva cuenta, el Departamento de Estado, “a través de la Iniciativa Mérida, (cubrió) el costo del viaje y los viáticos a los asistentes con base en las tablas de Naciones Unidas”, señala una serie de invitaciones enviadas a los agregados de la dependencia.

El flujo sigue

A mediados de 2014, el presidente Enrique Peña Nieto oficializó el endurecimiento de la política migratoria con la aplicación del llamado Programa Frontera Sur (PFS). Como consecuencia, el Instituto Nacional de Migración (INM) multiplicó los operativos en las carreteras, pero también en el ferrocarril que atraviesa México de sur a norte.

En los últimos tres años el INM detuvo a 429 mil 407 migrantes centroamericanos, de los cuales deportó a 402 mil 76.

En 2015, por primera vez México deportó a un mayor número de centroamericanos que Estados Unidos: el INM reportó 176 mil 726 deportaciones, y las autoridades estadunidenses, 76 mil 345.

Los migrantes centroamericanos siguen llegando a la frontera norte de México, así como a Estados Unidos: entre enero y octubre de este año, el INM detuvo a 4 mil 500 en Coahuila, 2 mil 951 en Nuevo León y 9 mil 700 en Tamaulipas, tres estados colindantes con Texas.

Entre octubre de 2015 y el mismo mes de 2016, la Patrulla Fronteriza estadunidense detuvo a 218 mil 110 migrantes “otros que mexicanos” –prácticamente todos originarios de Centroamérica– en la frontera con México, informó Jeh Johnson, el director del Departamento de Seguridad Nacional, el pasado 18 de octubre. 140 mil 496 de ellos fueron detenidos en Valle del Río Grande, Texas.

Previo al incremento de los operativos, los migrantes de origen centroamericano más pobres se subían en los vagones del tren de carga –La Bestia– para llegar a la frontera estadunidense.

En entrevistas por separado, trabajadores de tres albergues de migrantes en Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, afirman a Proceso que el flujo de migrantes que viajan en tren disminuyó.

A la par, sostienen que para el traslado de migrantes se incrementó el uso de líneas comerciales de autobuses –sobre todo entre mujeres y menores de edad, pese al riesgo de ser detectados en los retenes carreteros y posteriormente deportados– y de los tráileres operados por traficantes.

En Saltillo, por ejemplo, bajaban del tren más de 300 personas al día antes de la puesta en marcha del PFS; ahora son menos de 50, dice Javier Martínez, del área de protección de la Casa del Migrante de Saltillo.

“A pesar del Programa Frontera Sur, la migración no para, porque hay una situación muy grave por la violencia en Centroa­mérica; las pandillas amenazan de muerte a las familias, o de reclutar a sus hijos; la migración se da más por eso que por razones económicas”, insiste. Y subraya: “Los migrantes encuentran siempre una manera de seguir viajando”.

En Reynosa, Tamaulipas, ocurrió lo mismo: según el pastor Héctor Joaquín Silva, responsable del albergue Senda de Vida, en los últimos meses “ha bajado” el flujo de migrantes que viajan por tren; sin embargo recalca que el número de migrantes “se mantiene”: indica que se generalizó la modalidad de viajar por autobuses de línea a la ciudad fronteriza, pero también en vehículos privados, “engañados” –y a veces secuestrados– por traficantes, precisa.

En Monterrey incluso se incrementó más de 60% el número de migrantes que acudió al albergue Casanicolás, asevera Victoria Ríos Infante, coordinadora de vinculación de esta institución: en 2015 llegaban en promedio 90 personas por mes; este año la cantidad se elevó a 149. “Vemos al migrante más cansado, física y emocionalmente, que antes del Programa Frontera Sur”, plantea.

Ríos desconoce la magnitud del tráfico de personas en la zona, ya que los migrantes que usan los servicios de traficantes no se hospedan en el albergue. “Hay un número considerable de migrantes en hoteles pequeños, de más bajo costo, de la zona centro de Monterrey”, declara.

Hechos sucesivos

En los últimos meses se sucedieron detenciones masivas de migrantes que viajaban hacinados en tráileres.

El 26 de septiembre pasado, siete agentes del INM fueron atacados con armas de fuego por traficantes de personas en la carretera transístmica 185, en Oaxaca. Los agentes habían detenido a un traficante que llevaba 25 migrantes en la caja de una pick up, cuando los alcanzaron cinco personas armadas a bordo de motocicletas; éstas les dispararon y los obligaron a detenerse. Liberaron al traficante y se llevaron a los migrantes.

El 4 de octubre, el INM informó que un grupo de traficantes de personas abandonó a alrededor de 55 migrantes en el municipio veracruzano de Tres Valles, al notar que cuatro de ellos habían muerto de asfixia y deshidratación durante un viaje de 48 horas, sin escalas, en una camioneta cerrada, con logotipos clonados de Correos de México.

El siguiente 13 de octubre, al revisar dos vagonetas en la carretera que va de Ciudad Valles, San Luis Potosí, a Ciudad Victoria, Tamaulipas, agentes de la PF encontraron hacinados en los vehículos a 122 migrantes, 45 de ellos menores de edad.

Tres semanas más tarde, el 2 de noviembre, un tráiler fue detenido en un retén del INM en la carretera Villahermosa-Cárdenas, Tabasco. En la caja estaban amontonados 94 centroamericanos, entre ellos 43 menores. El mismo día, en la carretera libre Aguascalientes-Zacatecas, el INM detuvo un autobús en el que viajaban 92 indocumentados, entre ellos 23 menores.

De acuerdo con el Informe Mundial sobre Tráfico de Personas 2016, que la ONUDD publicó este miércoles 21, las autoridades mexicanas sentencian a entre 60 y 100 traficantes de personas cada año desde 2012, la mayoría de ellas provenientes de Centroamérica.

Iniciativa Mérida

No es la primera vez que Washington destina fondos de la Iniciativa Mérida para reforzar la política de contención migratoria en México.

En febrero y marzo pasados, informes del Servicio de Investigación del Congreso (CRS) señalaron que, de acuerdo con el tercer pilar de la Iniciativa Mérida –que consiste en crear una “frontera del siglo XXI”–, el gobierno de Obama erogó casi 20 millones de dólares para reforzar la frontera sur de México.

Estos fondos se destinaron a la instalación de kioscos móviles, adiestramiento a equipos caninos y capacitación para agentes migratorios, “incluyendo el monitoreo de migrantes vulnerables, traficantes y terroristas potenciales”, según el informe Cooperación en Seguridad EU-México: la Iniciativa Mérida y más allá, publicado el 22 de febrero.

En el segundo informe, Los recientes esfuerzos de México en ordenar la migración, publicado el 9 de marzo, el CRS recordó que la Agencia de Inmigración y Aduanas creó en México una Unidad de Investigación del Crimen Trasnacional, que investiga el tráfico de personas, y que el Departamento de Defensa entrenó y equipó a las fuerzas armadas mexicanas.

Además señaló que “el Departamento de Estado reprogramó recientemente 60 millones de dólares (mil 122 millones de pesos, según el valor promedio de cambio en 2016) de fondos no erogados durante años previos para apoyar proyectos existentes, una red de comunicación segura para agencias mexicanas en la frontera sur y equipo biométrico para el INM”.

Y añadió: “Una amplia porción de los 70 millones de dólares (mil 309 millones de pesos, según el mismo cambio promedio anual) que el Departamento de Estado dedicó a los programas de seguridad fronteriza (norte y sur) con fondos de los años fiscales 2013-2015 se usarán para los esfuerzos de la frontera sur”.

En el presupuesto para 2016, la Secretaría de Hacienda destinó mil 809 millones de pesos al INM, 88% de los cuales se destinó a cubrir la nómina.

El CRS, que provee información a los congresistas estadunidenses, planteó que “mientras funcionarios de Estados Unidos saludaron los esfuerzos de México (en la contención migratoria), grupos defensores de derechos humanos criticaron a México por los abusos perpetrados por funcionarios contra migrantes, por fracasar en proveer información sobre visas humanitarias o asilo político (…) y por detener a niños migrantes”.

También subrayó que la sociedad civil “levantó voces preocupadas respecto a la gestión que tiene México de sus flujos migratorios complejos y sobre su capacidad de proteger a los migrantes” y que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados “expresó su preocupación ante las negativas de México para otorgar acceso al asilo a los refugiados provenientes del Triángulo Norte de Centroamérica”.





Fuente: Proceso
Autor: Mathieu Tourliere
http://www.proceso.com.mx/467787/la-migracion-encuentra-nuevas-rutas

Migrante sin justicia

Reina tiene 45 años, pero las marcas de la vida la hacen parecer de 60. Huérfana desde niña, trabajaba casi como esclava en su natal Belice, hasta que un día, a los 15 años, escapó, cruzó la frontera y viajó a México, donde desde hace tres décadas trabaja como sirvienta pasando penurias por vivir sin papeles, discriminada, atropellada por los patrones y golpeada sistemáticamente por su pareja.

Un día, hace ocho meses, Reina se cansó de los golpes de su marido y en medio de una paliza tomó un cuchillo y se defendió hiriendo a su atacante. Llamó de inmediato a la ambulancia, no huyó, pero el servicio médico tardó más de media hora y el agresor murió. Hoy Reina está condenada a 25 años de cárcel.

El juez segundo penal, Daniel Farah Godoy, la encontró culpable de homicidio culposo y le dio un cuarto de siglo de condena, sin contemplar las irregularidades de su proceso jurídico. Reina Gómez Solórzano escuchó la sentencia y de inmediato pensó en su hijo menor. Ya tiene 26 años, había logrado estudiar una carrera y estaba a punto de terminarla cuando fue atacado en el lugar donde trabajaba como guardia de seguridad. El golpe que recibió lo dejó ciego y dependiente de Reina.

En la cárcel de Chetumal Reina ve pasar los días. Ahí recibe apoyo y asesoría de la Red de Feministas Peninsulares de Yucatán, Campeche y Quintana Roo. La defensora Argentina Casanova cuenta a la reportera Eliana Gilet que Reina “fue detenida por policías ministeriales en su casa, cuando fueron a retirar el cadáver del agresor. La subieron a un carro gris y se la llevaron. La mantuvieron aislada, la incomunicaron y agredieron físicamente para que confesara. También incumplieron con el tiempo para presentarla en el centro penitenciario, además de llevarla de un lugar a otro, cambiarla de autos, hasta que finalmente la derivaron al Centro de Reinserción Social de Chetumal.

El juez Farah emitió su fallo y dijo que si ella vivía con violencia y en el momento de los hechos había sido agredida, se requería que presentara una lesión y que esto no ocurrió. Pero la investigación de la Comisión de Derechos Humanos de Quintana Roo sostiene que Reina fue objeto de detención arbitraria y de trato cruel y degradante.

Reina no sólo no es culpable. Es víctima. Se apelará la anulación del proceso a partir de la probada detención arbitraria, los tratos crueles y degradantes, así como el salto del juez de control por los policías, que decidieron convertirse en jueces. Bien dice Argentina Casanova: no sirve que se le achique la pena, lo único que cabe es que la condena se anule.



Fuente: Desinformémonos
Autora: Gloria Muñoz Ramírez
http://desinformemonos.org.mx/migrante-sin-justicia/