CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La delegación Cuauhtémoc, en el corazón de la Ciudad de México, es una de las zonas económicas y políticas más importantes de todo el país; ahí tienen sus centros neurálgicos los poderes Ejecutivo y Legislativo, la Iglesia católica y el sector financiero. Pero también es el epicentro del crimen organizado, que actúa como promotor de células delictivas que se dedican a la venta de droga, tráfico de armas, extorsión, lenocinio, secuestro, piratería, asaltos, violaciones y homicidio.
La demarcación, gobernada por Ricardo Monreal, es la séptima economía del país: contribuye con 4.6% al PIB nacional y concentra 36% del equipamiento y 40% de la infraestructura cultural de la Ciudad de México.
Y en la última década varias de sus colonias –Condesa y Roma, sobre todo– son las de mayor plusvalía inmobiliaria y comercial, y atraen a buena parte de las empresas, comercios y restaurantes más importantes del país.
Este crecimiento comercial, económico e inmobiliario interesó al crimen organizado y a bandas que se han multiplicado sin control.
Según Monreal, en la Cuauhtémoc no existe la delincuencia organizada “protegida estructuralmente por la autoridad policial o alguna autoridad política local, como sí es el caso de entidades o municipios de los estados de Guerrero, Morelos, Michoacán, Veracruz, Tamaulipas, Sinaloa o Jalisco”.
Lo que existe, sostiene el político en un diagnóstico al cual este semanario tuvo acceso, es la delincuencia organizada “como agente promotor o fuente de actividades ilícitas, tales como lavado de dinero, comercio de estupefacientes, trata de personas y secuestros, principalmente”.
El jefe delegacional menciona un informe de la agencia antidrogas de Estados Unidos, fechado en noviembre pasado, que identificó la presencia operativa de al menos cinco cárteles en la Ciudad de México:
El de Sinaloa, que maneja los cargamentos de droga en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez y su distribución en el corredor Tepito-Lagunilla; el de los Beltrán Leyva, en la venta de estupefacientes en antros y bares de las colonias Centro, Condesa y Roma; Los Zetas, vinculados con robo, contrabando de mercancías y trata de personas en el corredor Eje Central-Merced-Circunvalación; el del Golfo, en robo de mercancías y secuestros en el Centro, Tepito y La Lagunilla; y Los Caballeros Templarios, en secuestros y extorsión a los comercios del Centro, La Merced y Eje Central.
La baraja desplegada
De acuerdo con el diagnóstico de Monreal –expuesto el 27 de abril pasado en el seminario Violencia y Paz, en El Colegio de México–, de las 23 actividades ilícitas propias de la delincuencia organizada, en la delegación Cuauhtémoc se tiene registro de que ocurren al menos 10: tráfico de estupefacientes, trata de personas, lenocinio, contrabando de bienes y servicios diversos, falsificación de documentos, homicidios calificados, piratería, extorsión, secuestro y tráfico de armas.
Como ejemplo de la presencia operativa del crimen organizado en la Ciudad de México cita el caso de la desaparición forzada de 13 jóvenes del bar Heaven, en la Zona Rosa, en mayo de 2013.
El delegado señala que este hecho fue una expresión de la rivalidad entre dos grupos locales: Unión Tepito y la Unión Insurgentes o Unión Condesa, que están relacionados con cárteles poderosos.
“A partir de este hecho se estableció una línea de vinculación entre la Unión Tepito y el Cártel de los Beltrán Leyva, principales distribuidores de drogas en bares y antros de la Ciudad de México”, se lee en el diagnóstico.
El informe del delegado hace referencia a la publicación del diario Reforma que refiere que el grupo Unión Tepito controla el mercado de la droga en la Ciudad de México. Dicha agrupación supuestamente surgió en 2009 como una especie de autodefensa de los comerciantes del famoso barrio ante las amenazas de La Familia Michoacana. Una vez que lograron repeler a esta banda del crimen organizado, la Unión Tepito se convirtió en el grupo delincuencial dominante.
Violencia cotidiana
De acuerdo con las autoridades, en la delegación Cuauhtémoc actúan grupos que no son propiamente de la delincuencia organizada, sino que se concentran en delitos del orden común, como robo a transeúnte, a casa habitación, a comercios, automóviles, transporte público y asalto a cuentahabientes.
Estos delitos se concentran en la mitad de las 33 colonias que la integran, sobre todo en la Centro, Doctores, Guerrero, Roma, Santa María la Ribera, Morelos, Obrera, Juárez, Atlampa, Tránsito y Peralvillo.
El año pasado la delegación Cuauhtémoc fue la tercera más violenta de la Ciudad de México, sólo detrás de Iztapalapa y Gustavo A. Madero, que registraron los más altos índices de hechos delictivos.
En el informe aludido se reconocen con puntualidad los lugares de mayor incidencia delictiva. Incluso, en algunos casos –como en el de robo en transporte público– se ubican las calles más peligrosas (Arcos de Belén, Avenida Hidalgo, Balderas y José María Izazaga) y las horas en que se cometen más robos: de 12:00 a 16:00 horas.
Precisa, por ejemplo, que de los 419 robos en transporte público, 319 se perpetraron en el Metro, 55 a bordo de un microbús y 45 en un taxi. De los casos registrados dentro del Metro, las estaciones con mayor incidencia en horas pico fueron Hidalgo, Balderas, Pino Suárez, Chapultepec, Bellas Artes, Juárez y San Cosme.
Los 55 hurtos en microbús se realizaron principalmente en Pino Suárez, Eje 1 Norte, Chimalpopoca, Circunvalación, Ciprés, Eje 2 Norte, Avenida del Trabajo y la calle Naranjo.
El principal modus operandi en este delito es que dos o más sujetos abordan la unidad y con arma de fuego o arma blanca amenazan a los usuarios y los despojan de sus pertenencias. En otras ocasiones sólo el chofer realiza el atraco.
En la mayor parte de los 45 casos de robos en taxi, los agraviados recuerdan que abordaron el transporte en la Zona Rosa o en las colonias Condesa, Roma, Centro o Doctores, aunque precisaron que las calles donde se registra el robo estaban lejos del lugar donde ocuparon el servicio.
En el caso de los robos a transeúnte, se registraron en mayor medida en Eje Central, República de El Salvador, Doctor Arce y Eje 1 Poniente Guerrero de las colonias Centro, Doctores, Guerrero, Roma Norte y Morelos, de las nueve de la mañana al anochecer. De la misma manera ocurre con el robo de vehículo en las calles Amado Nervo, Enrique González Martínez y Guadalajara, de las colonias Santa María La Ribera y Roma Norte, así como en las colonias Centro y Doctores.
De acuerdo con el diagnóstico, en los casos de robo a negocio, el año pasado se iniciaron 400 averiguaciones. En más de 90% de estos casos, sujetos armados fueron los que despojaron a los dependientes o a los dueños del dinero de sus ventas.
En los casos de homicidio se advierte un aumento importante, de 71 a 116 casos en un año. Además de 152 lesionados por arma de fuego sin que se sepa el estatus final de las personas heridas.
De lo que sí se tiene registro es de las calles donde se han cometido la mayor parte de los homicidios en las colonias Centro, Guerrero y Peralvillo. La calle de Toltecas, con seis casos, es la de mayor registro. En el número 83 de esa calle se encuentra una vecindad donde se consumen drogas. También en la calle de Jesús Carranza hay cuatro vecindades donde se venden estupefacientes.
Otro de los delitos con una tendencia al alza es la violación. Durante 2015 se presentaron 82 averiguaciones previas ante la autoridad ministerial, superando por más del doble a las 38 de 2014.
El modus operandi que refieren muchas de las víctimas consiste en que los atacantes las suben a vehículos de transporte público y más adelante las violan. Las colonias de mayor incidencia son Centro, Peralvillo, Morelos, Obrera y Doctores. Las calles más peligrosas son Calzada de Guadalupe, Lucas Alamán y el Zócalo capitalino. Las horas de mayor peligro van de las 18:00 a las 23:00 horas.
El análisis asegura que el robo a casa habitación es uno de los delitos más aterradores y preocupantes para los ciudadanos, ya que vulnera la privacidad y el espacio familiar. También ha ido en aumento: en 2014 se registraron 42 casos con averiguación previa y en 2015 fueron 52. Las colonias con mayor cantidad son Roma Sur, Centro, Atlampa, Tránsito y Doctores, en las calles Anáhuac, Tonalá, Ayuntamiento y Fray Servando Teresa de Mier.
En cuanto a delitos contra la salud, durante 2014 se levantaron 208 averiguaciones, en 2015 fueron 87 y en lo que va de este año suman 23.
Ocho de cada 10 averiguaciones fueron por posesión de mariguana en las calles Eje 1 Norte (94 eventos), Jesús Carranza (88), Reforma (68), Argentina (26), Avenida del Trabajo (17) y Bolívar (nueve).
En su diagnóstico, el jefe delegacional admite que se tienen identificados inmuebles donde se comercializan diferentes tipos de drogas y las formas en que se trafican.
“El domicilio es punto de venta de droga. Es una vecindad cuya puerta permanece cerrada y para acceder es necesario tener la llave. Cabe señalar que la puerta de acceso está reforzada con herrería, para darle una mayor protección en caso de que alguna autoridad pretenda ingresar al inmueble. Para la distribución de la droga hacen uso de motonetas, circulando entre los puestos ambulantes del tianguis, las unidades habitacionales y en sentido contrario a la circulación de los vehículos.
“La venta se hace mediante el uso de ‘burreros’, siendo éstos personas en situación de calle, menores de edad o adultas mayores, en su mayoría adictos a alguna droga: ‘Llevan y traen’ a cambio de un poco de ésta. Sobre la calle de Carbajal, desde Peralvillo hasta Paseo de la Reforma, se puede observar a estas personas que sirven de ‘burreros’ en el acarreo de la droga para su venta. Quienes se dirigen a comprar saben que el intercambio se efectúa a través de ellos. Algunos de los personajes que habitan en el domicilio señalado tienen cuentas pendientes con la justicia o están cumpliendo con éstas mismas.”
En dicho informe se reconoce a una banda llamada Los Villafán Ríos que opera en la calle Jesús Carranza 22, en Tepito, considerada una de las más peligrosas de toda la delegación.
Se explica en el documento: “Aprovechándose de la alta afluencia de personas que acude al tianguis y a la protección que les brindan los puestos, los distribuidores se apostan en la puerta de la vecindad para vender la droga, desde donde tienen una amplia visión en caso de que arribe la policía, y así puedan introducirse inmediatamente a la vecindad, incluso sin la necesidad de correr o esconderse entre los edificios, ya que una vez adentro aseguran la puerta para no permitir ni el acceso ni la salida del sitio.
“Otro modo de operar la venta de droga es usando a personas del sexo femenino de distintas edades, desde menores de edad hasta adultas mayores. Colocan en la entrada de la vecindad puestos de venta de alguna mercancía menor, como dulces, calcetines u otro objeto pequeño que usan para poder tener y vender la droga.
“Las veces que se han hecho revisiones, la actitud con la que reciben a la policía es violenta: lo mismo mujeres que hombres y menores de edad no permiten que se les revise. Las femeninas amenazan a los uniformados con acusarlos ante la autoridad por haberlas ‘manoseado’ o ‘acosado sexualmente’, impidiendo con ese tipo de actitud que se pueda llevar a cabo una revisión. El ‘cliente’, al tener en su poder la droga, trata de llegar a la estación del Metro Lagunilla para salir del barrio, camina sobre Jesús Carranza hacia el Sur y al Eje 1 Norte hacia el poniente e ingresa al Metro.”
Los hermanos Mario y Héctor Villafaña Maya están identificados como los jefes de la banda que opera en el inmueble de Jesús Carranza 22.
“Los lugareños saben que los herederos de estas conductas siguen operando de manera abierta y con mejores desarrollos tecnológicos, lo que les permite ser más eficientes en sus tareas criminales”, reconoce el diagnóstico.
Finalmente, otro de los fenómenos de violencia que padece la delegación es el de lesionados con armas de fuego, que también creció. En 2014 hubo 107 casos y un año después se registraron 152. Sin embargo, sólo fueron 29 remisiones por el delito, quedando 123 casos impunes. No se sabe cuántos de estos heridos perdieron la vida.
Cuauhtémoc, la delegación que se denomina “el corazón de la Ciudad de México”, está padeciendo un alza en la delincuencia y la violencia. Y aunque su delegado sostiene que el crimen organizado no existe como delincuencia protegida por la autoridad, si está la presencia de cinco cárteles como “promotores” o “fuentes” de actividades ilícitas.
Fuente: Proceso
Autor: José Gil Olmos
http://www.proceso.com.mx/447390/crimen-dueno-del-corazon-la-cdmx