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La democracia como lucha: 1968 – 1988 – ¿2018?

El año que comienza se anuncia peligroso ya que abrirá las compuertas de la disputa por el poder y el aparato estatal. En un país en donde imperan la corrupción y la violencia, ello significa abrir una caja de pandora. Pero la violencia y la corrupción no son plenamente soberanas en México, y no porque haya contención institucional o existe algún tipo de pacto social. De hecho, en buena medida, las instituciones públicas han sido sometidas a la lógica y los intereses de la acumulación capitalista lícita e ilícita desde los tiempos largos del PRI-régimen y, aún más, en la descomposición de la clase política y el saqueo de lo público y lo común que vivimos actualmente. Pero las clases dominantes mexicanas nunca fueron omnipotentes en su ejercicio violento, corrupto y explotador del poder porque, frente a ellas, se erigieron y se erigen resistencias, se levantan luchas y se enarbolan propuestas y prácticas alternativas.

Desilusiona en México la democracia

En la encuesta Latinobarómetro 2017, entre 18 países de la región, 56% de adultos mexicanos consideró que la democracia es el mejor sistema de gobierno, pero puede tener problemas, una caída de 15 puntos respecto del año pasado. Frente a otros países, México está en el último sitio.

El apoyo de los mexicanos a la democracia cayó a su nivel más bajo en las mediciones del estudio Latinobarómetro, encuesta que se realiza con regularidad en 18 países de la región


Corrupción e impunidad dañaron la democracia: Cienfuegos

Ciudad de México. La corrupción y la impunidad se han convertido en un “complejo fenómeno que ha dañado nuestra democracia, nuestra economía, profundizando la desigualdad e incrementando la violencia”, reconoció el general secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, quien agregó que además esta situación ha minado la credibilidad en las instituciones públicas.

De cara a las elecciones, la democracia en un “bache”: INE

Ciudad de México. México tiene serios problemas estructurales, pero no son a causa de las elecciones, sino de políticas públicas equivocadas, a una enorme corrupción que ofende, y una gravísima impunidad presente, aseguró el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello.

Dijo que de cara a las elecciones del próximo año, la democracia en el país se encuentra en un “bache”, en medio de una sociedad crispada, enojada con la política y lo público. “Como nunca antes, hay un creciente descontento en la democracia”, dijo.

“La convulsión social puede poner en riesgo las conquistas democráticas”, alerta Córdova

El presidente del Instituto Nacional Electoral expone la razón para no hacer compras, ni contratos, ni ningún gasto millonario en estos precisos momentos. Por lo pronto, quedó suspendida la edificación de dos torres gemelas para concentrar en una sola sede a los trabajadores de ese órgano, así como la renta de celulares iphone 7 plus. Dice que es una medida de austeridad ante una economía frenada cuyo padecimiento se intensificó en esta cuesta de enero. Y dice que no sólo se pretende empatía; sino ejemplaridad. Las protestas de ahora le parecen tan graves que deben ser “entendidas y atendidas” porque pueden poner en riesgo las conquistas democráticas de las últimas tres décadas. En el edificio del otrora IFE, inaugurado en 1990, Lorenzo Córdova Vianello sostiene que aspira a que en el instituto se instalen mecanismos de transparencia inéditos frente a un paisaje en el que la corrupción es el eje de todos los problemas. Por ahora, no muestra interés en presentar la declaración patrimonial 3de3.

Ha salido del ojo del huracán. La pretendida edificación de un par de torres gemelas y la renta de celulares con el iphone 7 plus para once consejeros, puso al Instituto Nacional Electoral [INE] en el epicentro de la crítica. Pero esas compras han sido suspendidas.

El INE inició el año determinado a hacer tal gasto millonario en un contexto donde el Presupuesto de Egresos de la Federación disminuyó en 239 mil millones y la mayoría de las dependencias padeció recortes. El impacto fue la desaparición de programas como el de Prevención del Delito, así como de 31 rubros del sector agropecuario.


En diciembre pasado, la Secretaría de Hacienda anunció un aumento de 20 por ciento en las gasolinas Magna y Premium, así como del Diesel. Un mega gasolinazo. Una crítica noticia con la que millones de mexicanos atravesaron el Año Nuevo. El colmo de la incertidumbre porque pronto, el 20 de enero, Donald Trump tomará posesión como Presidente de Estados Unidos. ¿Qué pasará? ¿Cumplirá el republicano con clausurar el TLCAN? ¿Deportará a los millones de connacionales que puntuales, envían remesas a México?

Por lo pronto, las calles de varias ciudades de México ardieron. Marchas airadas y saqueos de tiendas comerciales fueron la crónica más fiel del enojo que causó el anuncio de Hacienda, bautizado como “mega gasolinazo”.

Entonces, el INE decidió suspender sus planes. Antes de que concluyera la primera quincena de enero, Lorenzo Córdova Vianello, el presidente consejero, salió ante los medios para anunciar que el consejo de esa autoridad electoral había determinado no gastar en el nuevo edificio ni en celulares. Primero, convocó a una conferencia de prensa. Después, citó para entrevistas a varios medios en su despacho de Viaducto Tlalpan, en la antigua y emblemática edificación de la autoridad electoral, el mismo sitio donde fue inaugurada en 1990.

Ante SinEmbargo, el abogado con Doctorado en la Universidad de Turín, expuso:
“Las medidas de austeridad que hemos tomado tienen un doble propósito. Demostrar la sensibilidad que deben tener todas las instituciones públicas y todos los servidores ante una situación tan complicada para la sociedad mexicana. Por otra parte también tratar de contribuir con la racionalización de los recursos para enfrentar estas circunstancias graves para la economía nacional”.

– ¿Pero cómo serán las elecciones de 2018? ¿Esta convulsión social de ahora es ya la gran antesala?

– Es el contexto en el que hemos venido operando. En 2015 tuvimos elecciones que se realizaron en condiciones inéditas. Lamentablemente inéditas. Las protestas cobraron una especie de legitimidad, de falsa legitimidad. El discurso de boicot de las elecciones como una manera para poder conseguir o reclamar la satisfacción de necesidades que incluso en cuanto tales podían ser legítimas, como las de los derechos humanos. En muchos sentidos fue expresión de inconformidades y desasosiego con el estado de cosas en el país, que es justo lo que ha venido ocurriendo con las protestas del gasolinazo. Esto nos habla de un medio ambiente. De un contexto en el que la democracia se está recreando. Un ambiente que es profundamente adverso porque termina por estimular conductas y actitudes con la lógica misma de la democracia. Pero las elecciones siguen teniendo un enorme poder civilizatorio. El hecho de que nos estemos avecinando a lo que van a hacer las elecciones más grandes, es también paradójicamente un momento de oportunidad. También es cierto que a pesar de las complejidades, las elecciones siempre se han llevado puntualmente y hasta ahora han servido para cumplir el propósito que tienen en una democracia; es decir, ser las vías institucionales para que el poder político se realice sin derramamiento de sangre, como dicen los clásicos.

–¿Qué pasó? Cuando surgió el IFE había confianza. ¿Qué pasó en el camino de dos décadas?

… Se están conjuntando muchos grandes problemas estructurales. Pobreza, desigualdad, crisis de derechos humanos, ahora, un estancamiento y una situación económica muy delicada. [Estos factores] están generando una crispación que es justo lo que hemos visto en los días pasados [en referencia a las protestas en contra del gasolinazo] con expresiones que de no atenderse y no entenderse adecuadamente pueden poner en riesgo las conquistas democráticas que hemos logrado afanosamente en más de tres décadas.

– ¿Ve usted directrices para salir de esta crisis?


– Si bien hoy tenemos gobiernos democráticamente electos están resultando a ojos de todos ineficaces para enfrentar estos grandes problemas estructurales. El modelo económico que acompañó la apuesta por la transición se ha demostrado a todas las luces insuficiente para lograr crecimiento. Ahí están las tasas de los últimos años que hoy nos tienen en una situación muy delicada, sea por factores externos pero también de una política que no logró generar el bienestar prometido a la par de la democratización.

– La crisis de credibilidad, según arrojan las encuestas y la misma manifestación callejera, está dirigida a las instituciones y la clase política. Y las sumas millonarias que reciben los partidos políticos es uno de los grandes elementos del enojo social. Entonces, ¿cuál es la transformación conveniente para el sistema de partidos?

– … Yo soy un defensor del financiamiento público, pero eso no significa que esté en contra de la racionalización del monto que se entrega por parte del Estado a los partidos políticos. (Hay que tener cuidado) de caer en estas posturas simplistas o demagógicas de ah, ‘quítesele la mitad del dinero a los partidos’. Creo que plantearlo así incluso puede llegar a ser irresponsable. Tiene que haber un diagnóstico. Si hay una lógica de reducción de los recursos no caer en los extremos de cerrarles la llave del financiamiento que orille a los partidos políticos a buscar dinero donde no queremos que lo busquen. Hoy en México y el mundo hay muchos dispuestos a financiar la política. Desde fuentes ilegales como grandes intereses que podrían, lejos de robustecer el sistema democrático, transformar las democracias en plutocracias; es decir, en el reino del dinero. Eso no significa que no tengamos que avanzar de discutir los montos con que se financia la política. En el caso de los partidos está determinado con una fórmula determinada en la Constitución, pero hay muchos recursos para que disminuya ese financiamiento. Su dinero está en el centro de la atención y tensión social. (La disminución de financiamiento público) puede ser una manera de recomponer la imagen pública de los partidos políticos.

–Si la medida de austeridad del INE intenta ser ejemplar y el mensaje ya está dado. ¿Qué institución debe seguir en la aplicación de medidas de austeridad?


– Yo aspiraría a que lo fuera. El mensaje de austeridad que nosotros quisimos tenía dos propósitos, uno tratar de demostrar esa sensibilidad a la que hacía referencia hace un momento de cara a la sociedad que está padeciendo un momento económico muy complejo, muy complicado, y por otra parte tratar de proveer al Estado mexicano de recursos que si bien estamos convencidos tenían un destino y una racionalidad absolutamente justificada, por el ejemplo, el dinero que se autorizó por la Cámara de Diputados al INE para construir una nueva sede de oficinas centrales que nos permitiera concentrar oficinas que hoy están dispersas en locales rentados en un único espacio propio y que tenía el propósito del ahorro.

CÓRDOVA, SIN 3de3, SE LANZA POR LA TRANSPARENCIA

A la par de las medidas de austeridad, Lorenzo Córdova Vianello expone que aspira a que el instituto tenga mecanismos de rendición de cuentas para que informe cada trimestre sobre el ejercicio de sus recursos públicos. “Ningún órgano del Estado lo hace como nosotros lo hemos hasta ahora”, expresa el presidente consejero.

Abunda que “la idea es que se cree un contexto de exigencia y en consecuencia una mayor rendición de cuentas. Finalmente decidimos instruir a la junta general ejecutiva para que en el mes de febrero se presente además de estas medidas, un análisis que nos permitan tomar medidas de racionalidad que generen economías y eventualmente mayores recursos que podríamos poner a disposición para tratar de compensar o de contribuir a tratar de mejorar las condiciones actuales”.

–¿Cómo evalúa la corrupción nacional?

– El problema de la corrupción es el resultado de la impunidad. Hay un déficit en el país. No lo digo yo. Lo dicen análisis internacionales que califican muy mal al país en esta materia. Creo que no hay que ir muy lejos. Parte de la irritación social respecto de la clase política, respecto de la función pública tiene que ver con episodios de corrupción que son muy lamentables y que han generado la sensación de que se trate de un fenómeno muy extendido. Ese es uno de los puntos clave que tienen que combatirse y que estoy convencido están en la base de la irritación social.

– Y entonces, ¿presentará su declaración 3de3? [al momento de la entrevista, Lorenzo Córdoba Vianello es una de las personas de interés que no han publicado en esta iniciativa ciudadana el documento que ayudaría a ver cuál es su fortuna y si esta ha evolucionado a partir del día que tomó posesión como presidente consejero del INE, en 2014].


– Estoy convencido de que la rendición de cuentas tiene que tener un mecanismos legales de absoluta robustez. Y soy ¡copartícipe de la rendición de cuentas como parte de un contexto de exigencia, como parte de la propia ciudadanía. ¿Qué quiero decir? Que el problema de la corrupción no es solamente que la comunidad se entere, sino que existan mecanismos institucionales legales eficaces que evidencien y sancionen todo caso de corrupción y hoy estamos en una situación muy precaria. Desde el punto de vista institucional en este sentido, lo demás no sirve. Lo demás es fuego de artificio. No digo que no sea necesario, pero la columna vertebral del combate a la corrupción es que los mecanismos de sanción estén claramente establecidos institucionalmente y funcionen, que sean eficaces.

AQUELLOS 90

Hubo un tiempo, en los noventa, en que el INE (antes IFE) fue una de las instituciones con mayor confianza de los mexicanos. En 1990, dos años después del controvertido triunfo de Carlos Salinas de Gortari en las elecciones en las que “se cayó el sistema”, nació el IFE que organizó su primera elección a la Presidencia cuatro años después, con credencial de elector con fotografía.

Al candidato priista, Luis Donaldo Colosio Murrieta, lo asesinaron ese año y al final, su sustituto, Ernesto Zedillo Ponce de León ganó la elección. No hubo impugnaciones, ni señalamientos de fraude. El entonces IFE entregó los paquetes electorales en un ejercicio que no fue cuestionado.

En 2000, el instituto realizó las elecciones en las que el PRI concluyó 71 años en el poder y con las que se inició la alternancia partidista. Entonces, había confianza y esperanza, según dan cuenta ejemplares de diarios nacionales de esa época. Años de fraudes quedarían sepultados. Ya no existiría o empezaría a diluirse aquella conocida semántica de “la operación ratón” o la “tamal”.

En 2006, el triunfo de Felipe Calderón Hinojosa fue impugnado por el Partido de la Revolución Democrática que había postulado a Andrés Manuel López Obrador. La historia se repitió en 2012, con el regreso del PRI a Los Pinos con la persona de Enrique Peña Nieto.

Hoy, al transformado INE, ya no lo envuelven los factores de la confianza, ni de la esperanza. El año pasado, en los comicios del 7 de junio en los que se eligieron gobernadores, hubo un llamado extendido a no votar.

–¿Qué ocurrió doctor Córdoba? ¿Por qué se desmoronó una de las instituciones con mayor prestigio en México?


– Yo creo que las instituciones electorales han padecido a la par del desgaste y del desencanto democrático … Lo que ha pasado desde el año 2000 a la fecha ha sido un asentamiento del proceso democrático. Pero también, digámoslo así, los gobiernos emanados de procesos democráticos no han sido capaces de resolver los grandes desafíos en materia de derechos humanos que se plantearon a la par del proceso de transición en el mundo. Hoy vemos que hay un desencanto con la democracia, con los partidos políticos. El año pasado estuvo plagado de fenómenos en los que esto se presentó de manera clara muy nítida. A la par de este proceso de desencanto ha habido este desprestigio cada vez mayor respecto a la clase política y también a las instituciones del Estado. Y las instituciones electorales no han sido ajenas.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: LINALOE R. FLORES.
LINK: http://www.sinembargo.mx/16-01-2017/3136326

El fracaso de la transición democrática en Oaxaca

CIUDAD DE MÉXICO: A Gabino Cué le pasó lo que a Vicente Fox, llegó al poder con todas las posibilidades para realizar una profunda transición a la democracia y desperdiciaron la oportunidad, creando una profunda decepción en la sociedad que le apostó al cambio y sólo fueron testigos de pactos de impunidad.


Cuando apenas empezaba su gobierno, en una entrevista en palacio de gobierno le pregunté a Cué si no corría el riesgo de que le pudiera pasar lo mismo en Oaxaca que lo ocurrido con Fox en el 2000, que todo el país esperaba que realizara un ajuste de cuentas con personajes del pasado y al no hacerlo creó una verdadera desilusión.

En esa ocasión Cué sonrió, dijo que eso no ocurriría en Oaxaca y que no habría pactos de impunidad con el exgobernador Ulises Ruiz, a quien se le acusaba desde entonces de haber desviado unos 7 mil millones de pesos en obras asignadas a empresas fantasmas, como ahora se acusó al gobernador con licencia de Veracruz, Javier Duarte.


Cué había llegado al gobierno de Oaxaca con el apoyo de una coalición de diversos partidos, entre ellos el PRD y el PAN y, por primera vez en la historia de la entidad, le había arrebatado al PRI el poder del estado.

Los oaxaqueños tenían la esperanza de que habrían de llegar nuevos aires políticos, que Ulises Ruiz y su equipo sería llevado a tribunales por violaciones a los derechos humanos en el conflicto de la APPO y por el desvío de recursos del erario público.

Se pensaba que Oaxaca iniciaría una etapa transparente en el manejo de la gobernabilidad y de los recursos públicos. Que por fin se terminarían las cuotas de poder de grupos, personajes y con el sindicato de maestros.

Pero nada de esto ocurrió, el gobierno de Gabino Cué, influenciado por el exgobernador priista Diódoro Carrasco, dejó intactos los poderes caciquiles, no tocó al equipo de Ulises Ruíz ni lo cotos de poder de los maestros, aumentó al doble la deuda del estado y, lo peor de todo, abrió la puerta a la violencia.

Al inicio de su gobierno se registraron 641 asesinatos, al año siguiente 412 y a partir de 2013 la cifra ha ido en ascenso: 537 asesinatos; en 2014 subió a 640; en 2015 se elevó a 759 y de enero a septiembre de 2016 se han registrado 623.

En suma, se han cometido tres mil 612 asesinatos, es decir 1.72 diarios, 3.44 cada dos días o cinco ejecutados cada tres días, situación que ha colocado a la entidad entre los 10 estados de mayor violencia según datos del Fiscal General Joaquín Carrillo Ruiz.


El fracaso a la transición democrática de Cué en Oaxaca ha traído múltiples consecuencias sociales, y quizá la principal –como fue con Vicente Fox en el 2000 y Felipe calderón en 2006– es haber roto la esperanza de un cambio real en las estructuras de poder, no haber hecho un ajuste de cuentas con los delincuentes políticos y haber pactado con las familias en el poder que una vez pasarán a tomar las riendas del estado el próximo sexenio.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JOSÉ GIL OLMOS.
LINK: http://www.proceso.com.mx/459234/fracaso-la-transicion-democratica-en-oaxaca