Las dos facciones más importantes del crimen organizado sinaloense, los Guzmán y los Zambada, pelean a muerte por el territorio que les dio origen y donde construyeron el cártel más poderoso del mundo. Pero ya no sólo asesinan. Una base de datos construida para esta entrega advierte que durante su disputa han privado de la libertad a 750 personas en el estado.
Los balazos estallaron el pasado lunes 9 de septiembre en la colonia La Campiña de Culiacán, pero la guerra entre los Guzmán y los Zambada comenzó antes.
Cuarenta y seis días antes, de hecho, cuando Joaquín Guzmán López, hijo del capo del mismo nombre y mundialmente conocido como “El Chapo”, obligó a su socio de toda la vida, el también mítico pero más discreto jefe del narco, Ismael “El Mayo” Zambada, a subir a un avión para entregarse ambos al Gobierno de Estados Unidos. Esa traición confrontó a los dos clanes criminales más importantes de Sinaloa y sumió a los culiacanenses en el miedo y la parálisis económica.