Del presupuesto asignado para la operatividad de los congresistas mexicanos, a pesar de las leyes de austeridad que ellos mismos aprobaron, la mayor parte es para pagar los servicios personales que mantienen partidas para “remuneraciones adicionales”, “otras prestaciones sociales” y “pago de estímulos a servidores”.
De acuerdo con los números de la Cuenta Pública de 2019, en ese rubro la Cámara de Diputados gastó 4 mil 403 millones 349 mil 876 pesos y la Cámara de Senadores, 2 mil 259 millones 192 mil 599 pesos. En ambos casos, comparando las cifras con 2017 y 2018, se nota que el monto asignado a eso es constante.