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Nos piden 9 mil pesos para salir libres o la sentencia será indefinida: presos de Las Abejas de Acteal

Los nueve indígenas presos de la organización Las Abejas de Acteal señalaron en una carta que las autoridades les pidieron 9 mil pesos para salir en libertad o de lo contrario la sentencia será “indefinida”, luego de que fueron detenidos arbitrariamente en la comunidad Río Jordán, Chiapas.

Linchamientos, cortes de manos… la impunidad lanza a civiles a una “justicia irracional”: sociólogos

En septiembre, el 71.9 por ciento de la población mayor a 18 años consideró que vivir en su ciudad es inseguro, sobre todo cuando está en un cajero automático o en el transporte público, de acuerdo con una encuesta del Inegi. Además, el 63 por ciento de la población consultada percibió el desempeño de la Policía Federal “muy o algo efectivo”; el 51 por ciento lo cree de la Policía Estatal y el 41.7 por ciento de la Policía Preventiva Municipal. Las autoridades registraron, de enero a agosto, 25 mil 658 homicidios; 3 mil 383 extorsiones y 867 secuestros en el país. Ante los índices de inseguridad e impunidad, además de la corrupción entre policías y criminales, algunos ciudadanos optan por la justicia por mano propia, una que es violenta e irracional, alertaron sociólogos.

Ciudad de México, 22 de octubre (SinEmbargo).– Si alguien comete un crimen, merece ser golpeado (o linchado) sin pruebas de por medio. Al menos según algunos ciudadanos hartos de la inseguridad. Sin embargo, sociólogos aseguran que bajo ninguna circunstancia es justificable dado la existencia del derecho al debido proceso y porque al hacerlo se es parte de un círculo vicioso: se combate al crimen con más crimen.

El lunes pasado, seis personas fueron localizadas en Tlaquepaque, Jalisco, con las manos cortadas y la palabra “rata” escrita en sus cuerpos. De acuerdo con los testimonios de los dos detenidos pertenecientes al narcotráfico, las amputaciones se dieron porque las víctimas “no habían pagado una droga que habían distribuido”.

Sin embargo, ante la impunidad para frenar la violencia, este tipo de justicia o autodefensa se está extendiendo a ciertas comunidades que, ante un hecho, forman grupos exaltados e “irracionales”, explicaron sociólogos.

Señalamientos, golpes furiosos, sangre y descontrol… en algunos casos los justicieros terminan detenidos o atacando a gente inocente. La justicia es un proceso lento que requiere pruebas y respeto a los derechos humanos de las personas. Ellos, enardecidos, no están dispuestos a esperar.

El “Grupo de élite antirratas” les puso a las siete personas de Jalisco un letrero que contenía el mensaje: “Esto nos pasó por rateros”, así como advertencias para los ladrones de casas, autos y motocicletas, y a quienes agredan a transeúntes. Pero el fiscal estatal, Eduardo Almaguer, aseguró que fue un ajuste entre criminales.

“Aunque es una reacción natural y masiva a la inseguridad, y a la preocupación, es una venganza fuera de toda racionalidad. En algunos casos tienen relación con las costumbres de la comunidad. Mientras permanezca la inseguridad, seguirán estos fenómenos”, aseguró el sociólogo del Colegio de México, Arturo Alvarado Mendoza.


Alicia Ortiz Rivera, socióloga del Instituto Mora, coincidió en que, además de “un evidente vacío” del Estado en materia de seguridad, la violencia se ha arraigado en comunidades donde hay pobreza, falta de atención de las instituciones públicas y donde hay ciertas prácticas comunitarias que favorecen una cohesión interna muy cerrada.

“Se vuelve una especie de paradoja en donde el delito se vuelve arma para combatir al delito. Eso no debería darse en sociedades que se dicen civilizadas y con un Estado de Derecho”, añadió.

Hace un año, en octubre de 2015, dos encuestadores del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) fueron linchados por pobladores de Ajalpan, Puebla. Una versión señaló que los habitantes creyeron escuchar “Somos secuestradores”. Entonces los golpearon e incendiaron.

Uno de los sujetos que intentaba robar tanques de gas en un poblado de Tlaxcala. Foto: Cuartoscuro.

Pero hay casos más antiguos.

En noviembre de 2003, cuando grabar vídeos con celular y compartirlos en redes sociales no era común, habitantes de San Juan Ixtayopan, en la delegación Tláhuac, lincharon a tres elementos de la Policía Federal Preventiva (PFP). Y lo filmaron. Un año después, cientos de personas de Santiago, Atlatonco, en el Estado de México, creyeron que policías ministeriales iban a realizar un secuestro e intentaron lincharlos.

En Jilotzingo, otro municipio mexiquense, el 10 de noviembre de 2009 vecinos retuvieron a cuatro sujetos que supuestamente secuestraron a uno de los pobladores, los golpearon y los amenazaron con lincharlos.

Un patrón común es que los pobladores que agreden no están seguros de si es culpable. Pero lo escucharon.

“Al ser gente muy al margen de las instituciones, se dejan llevar por información que no necesariamente es verdad. Tiene que ver con manipulación de tipo grupal religioso o interno que distorsiona el ejercicio de la justicia. Ni siquiera se da la posibilidad de que el acusado pueda acceder a lo que en materia de derechos humanos se conoce como el debido proceso”, explicó la también psicoanalista, Alicia Ortiz.

Arturo Alvarado, especialista en sociología de la violencia y la criminalidad, dijo que “en un linchamiento colectivo, con una o dos personas que empiecen a decir que hay un ladrón, no hay manera de demostrar que es el agresor real ni que la gente razone y lo entregue a una autoridad para que lo deslinde. Han habido casos en que el supuesto agresor no era, pero fueron acusados por pobladores y estaban totalmente indefensos”.

MIENTRAS HAYA INSEGURIDAD… 


Siete años después del linchamiento en Jilotzingo, los grupos de gente enardecida siguen y van de la mano de las olas delictivas en el país y desconfianza en las autoridades.

Nadie está a salvo. Un juez, Vicente Antonio Bermúdez, fue asesinado mientras salía a correr. El Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública documenta 25 mil 658 homicidios, principalmente en Guanajuato y Jalisco; 3 mil 383 extorsiones, más en Nuevo León y la Ciudad de México; y 867 secuestros, sobre todo en Jalisco y Tamaulipas, de enero a agosto de este año. Tan solo los registrados por denuncias, no el total.

En septiembre, el 71.9 por ciento de la población mayor a 18 años consideró que vivir en su ciudad es inseguro, sobre todo cuando está en un cajero automático o en el transporte público, de acuerdo con una encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Principalmente lo manifestaron habitantes de Ecatepec de Morelos, la región Oriente de la Ciudad de México, Coatzacoalcos, Acapulco de Juárez y Villahermosa. En contraste, pobladores de Mérida, Tepic, San Francisco de Campeche, Puerto Vallarta y Durango se dijeron menos inseguros.

El 63 por ciento de la población consultada percibió el desempeño de la Policía Federal “muy o algo efectivo”; el 51 por ciento lo cree de la Policía Estatal y el 41.7 por ciento de la Policía Preventiva Municipal.

Sin embargo, al hacer justicia por propia mano al no confiar en la efectividad de las autoridades, los ciudadanos también se vuelven criminales.

“No está permitido por la ley hacer justicia por mano propia. Además, protegerse bajo que las masas están enojadas y que es inevitable no es una excusa frente a los derechos humanos de las personas y a la necesidad de buscar un proceso de justicia. Bajo ningún motivo es justificable”, determinó el sociólogo Alvarado Mendoza.

Un presunto secuestrador golpeado en Ecatepec. Foto: Cuartoscuro.

El domingo pasado, el medio A Fondo Estado de México difundió un video que muestra cómo pasajeros de un autobús golpearon a tres sujetos, que supuestamente intentaron asaltarlos cuando transitaban por la Calzada de Ignacio Zaragoza con dirección al Estado de México.

En las imágenes se observa a los usuarios enardecidos contra el trío de jóvenes, a quienes bajan del camión, patean y golpean hasta que una patrulla de la Policía Municipal llegó y los rescató, asegurándolos para ponerlos bajo arresto.

Otro intento de linchamiento a un presunto ladrón ocurrió en San Pedro Totoltepec, en Toluca, Estado de México. Los pobladores desnudaron y golpearon a un joven que intentó asaltar un negocio de flores con arma de fuego. Lo retuvieron hasta que una patrulla de la Policía local lo aseguró.

El presunto delincuente amagó con arma de fuego a los dueños del establecimiento comercial, sin embargo, vecinos del lugar se dieron cuenta del asalto y sometieron al joven, a quien golpearon hasta que una patrulla de la Policía local lo aseguró.

“Los linchamientos son un tema de preocupación importante porque son mecanismos para hacer justicia por propia mano que obedecen a una lógica: se reproduce en espacios donde hay frustración, enojo, y rabia de verse indefenso por la inexistencia de un aparato policial que pueda responder ante esta grave situación de violencia en el país. No tiene motivaciones racionales, sino emotivas. Estas formas de agresión ocurren porque no hay mecanismos reales donde uno pueda obtener justicia y protección en asaltos o violaciones”, expuso el académico-investigador Arturo Alvarado.

Este mes, el 5 de octubre, pobladores de Zacamulpa, en el Estado de México, intentaron linchar a un delincuente, que asaltaba a pasajeros de un autobús. Durante el enfrentamiento, se registraron daños a las instalaciones del centro de Justicia, a varias patrullas dañadas y hubo elementos de la municipal lesionados, por lo que se detuvieron a cuatro colonos

El 2 de septiembre, en Papalotla, Tlaxcala, habitantes de la cabecera del municipio de Papalotla golpearon e intentaron linchar a cinco sujetos que fueron sorprendidos cuando intentaban robar tanques de gas que se encontraban al interior de un domicilio.

Meses antes, el 27 de mayo, pobladores de Santa María Maquixco, Estado de México, retuvieron a dos sujetos que presuntamente intentaron subir a una mujer a un vehículo Tsuru con placas del Estado de México. Habitantes del lugar prendieron fuego al carro, por lo que la policía tuvo que intervenir. Los detenidos fueron trasladados al ministerio público de esa localidad.

Dado que las autoridades no logran frenar a la delincuencia y la justicia por propia mano es ilegal, la socióloga Alicia Ortiz recomendó implementar políticas para detectar los grupos que manejan un discurso que incita a la violencia dentro de las comunidades; debe abordarse a nivel cultural en las comunidades con esos antecedentes.

“La violencia tiende a reproducirse”, advirtió.





Fuente: Sin Embargo
Autora: Dulce Olvera
http://www.sinembargo.mx/22-10-2016/3105412

Y de los periodistas asesinados y agraviados en el duartismo, ¿quién se acuerda?

El desgobierno de Javier Duarte se resintió primero como una ola de inseguridad y violencia inauditas en Veracruz, que pronto se cebó en los encargados de informar de esa situación, entre ellos la corresponsal de Proceso, Regina Martínez, y el fotógrafo Rubén Espinosa, colaborador del semanario. A ellos y a decenas de otros periodistas, las instancias de seguridad estatales les negaron acceso a la justicia y garantías para su trabajo. El resultado: al menos 15 comunicadores asesinados y 40 desplazados de su estado con amenazas de muerte. Sin embargo, aún no está claro que Duarte vaya a rendir cuentas de su criminal omisión en la procuración de justicia.

CIUDAD DE MéXICO (Proceso).- La mañana del 28 de abril de 2012, la reportera Regina Martínez fue encontrada sin vida en su casa de Xalapa, Veracruz. Su cuerpo había sido macerado y su garganta destrozada por la toalla que usaron para asfixiarla. Era la primera vez que Proceso recibía un impacto de tal magnitud.

Dos días después el gobernador Javier Duarte escuchó las palabras de desconfianza del fundador de Proceso, Julio Scherer: “No le creemos”. Y cuando el mandatario prometió una investigación seria para dar con los criminales, escuchó los reclamos directos del director del semanario, Rafael Rodríguez Castañeda.

En su libro Vivir, Scherer recuerda el desencuentro con Duarte en Xalapa, del que fueron testigos el subdirector Salvador Corro, el reportero Jorge Carrasco y el fotógrafo Germán Canseco:

Duarte de Ochoa los escuchó y tomó la palabra. Su discurso se disolvió en palabras rutinarias, abusivamente aburridas. Habló como los oradores, sin una idea original, igual que los de su clase. La investigación sería exhaustiva, las fuerzas del orden no se darían reposo hasta dar con los criminales. Agregó que Veracruz vivía en el cauce de un río que no alcanzaba la turbulencia. Prevalecía el Estado de Derecho.

No pude más y le dije al gobernador que no le creíamos, que su discurso estaba de más. Yo pretendía dejar claro en palabras inequívocas que no siguiera por ahí.

Rodríguez Castañeda intervino, ríspido, directo. Dio cuenta del hostigamiento del que Proceso era objeto. La revista era confiscada en los números ingratos para el gobernador estatal y a nuestra Regina no se le había tratado de la mejor manera. El gobernador se mantuvo en silencio y dio la palabra a cada uno de sus colaboradores.





Fuente: Proceso
Autor: José Gil Olmos
http://www.proceso.com.mx/458927/los-periodistas-asesinados-agraviados-en-duartismo-se-acuerda

Marchan padres en aniversario de la tragedia de Guardería ABC

Hermosillo, Sonora. Con motivo del séptimo aniversario de la tragedia en la Guardería ABC, en Hermosillo, Sonora, padres de los 49 niños fallecidos marcharon acompañados de la ciudadanía, para exigir justicia en el caso que a la fecha ha quedado impune.

El recorrido de siete kilómetros, inicio a 18:00 horas desde las ruinas de la Guardería ABC, al Sur de Hermosillo, para terminar con el manifiesto expuesto por los padres de las víctimas en las escalinatas del Museo de la Universidad de Sonora, en el Centro de la ciudad.

En esta ocasión, el “Manifiesto ABC” declarado por el vocero del Movimiento por la Justicia 5 de Junio, expresó su inconformidad por la resolución efectuada por el Juez Primero de Distrito, Raúl Martínez Martínez, al catalogar el delito como culposo, en la última resolución efectuada el pasado 13 de mayo.

A pesar de las inclemencias de un clima de 48 grados centígrados, miles de sonorenses participaron en la marcha, al igual que algunos menores sobrevivientes del caso ABC, que a la fecha tiene entre 8 a 10 años.

Así mismo, la Marcha por la Justicia ABC se llevó a cabo de manera simultánea también en el centro y sur de la República, en la Ciudad de México miles de personas marcharon del Ángel de la Independencia para terminar en el Zócalo de la Ciudad, mientras que en Mérida, Yucatán se realizaron actividades artísticas y culturales en manifiesto de Justicia en el Parque Santiago.

Patricia Duarte, madre de Andrés Alonso, niño que perdió la vida en el incendio del 5 de junio, mencionó que aun con las inclemencias de la temperatura que se presentan en Sonora es necesario acompañarlos durante la marcha, con el fin de exigir justicia a las autoridades.

“Mañana debemos marchar, no importa que estemos a 50 grados, los niños soportaron hasta los 300 grados y muchos de ellos sobrevivieron”, mencionó Patricia Duarte.

Esto durante la tradicional vigilia que se realizó en las instalaciones de la Guardería, donde se dieron cita alrededor de sesenta personas para realizar cánticos y oraciones.

En el lugar los asistentes encendiendo 49 velas en honor de los 24 niños y 25 niñas, que fallecieron a causa de quemaduras de primer grado en el incendio del 5 de junio de 2009.

Los presentes externaron su manifiesto en contra de la resolución del Juez Primero de Distrito, Raúl Martínez Martínez, quien el pasado 13 de mayo emitió sentencias a los inculpados por el caso de la Guardería ABC, con penas que van de los 20 a los 29 años de prisión, el pago de una multa y la reparación el daño a los familiares de las víctimas.

En la misma resolución, tres coordinadoras zonales del Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS) quedaron absueltas (Delia Botello Amante, Yadira Barreras e Irma Díaz Gómez), a quienes se les retiró el cargo de ejercicio indebido del servicio público y ya habían recibido un amparo sobre los delitos de homicidio y lesiones culposas.

Los padres de las víctimas aceptaron como responsables a los señalados en esta primera resolución por el Juez Primero de Distrito, sin embargo aseguran que aún falta sentenciar a mas responsables, incluyendo a las tres supervisoras del IMSS que fueron absueltas.

“La justicia agarró un rumbo que no debía, olvidó a los primeros responsables del incendio”, declaró Julia Escalante.




Fuente: La Jornada
Autora: Cristina Gómez Lima
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2016/06/05/marchan-padres-en-el-septimo-aniversario-de-la-tragedia-en-la-guarderia-abc

Policías de Sinaloa la torturan y violan. Vendada firma un crimen. Yesenia lleva presa casi 4 años

De 2008 a 2014 se tiene registro de 103 quejas por tortura en Sinaloa, de acuerdo con la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Entre éstas se encuentra el caso de Yesenia Armenta Graciano, una mujer que lleva casi cuatro años en prisión acusada de asesinar a su esposo. La única prueba en su contra, sin embargo, es un documento que ella firmó con los ojos vendados, después de haber sido torturada y violada durante horas por policías locales. A su historia se suma la de dos jóvenes señalados recientemente por el homicidio de dos turistas australianos; uno de ellos denunció bajo tortura y luego de la siembra de evidencia.

Ciudad de México, 14 de mayo (SinEmbargo).– Yesenia Armenta Graciano creía que estaba secuestrada. Con los ojos vendados y las manos esposadas hacia atrás, colgaba boca abajo atada de los tobillos. Escuchaba amenazas. Creía que no saldría viva de aquella bodega a la que fue llevada el 10 de julio de 2012 por policías vestidos de civil, luego de obligarla a salir de su automóvil. Después de ser golpeada, asfixiada y violada la obligaron a firmar una confesión que no pudo leer. A raíz de esa evidencia sustraída por medio de tortura, lleva casi cuatro años encarcelada en el penal de Aguaruto, en Culiacán, Sinaloa, acusada de haber asesinado a su esposo.

A pesar de todos los abusos a los que fue sometida, afirma Amnistía Internacional, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la entidad gobernada por Mario López Valdez, mejor conocido como “Malova”, no ha presentado ninguna prueba legítima y concreta. De aquella pesadilla sí hay huellas y, además, recomendaciones de las comisiones de derechos humanos estatal y nacional para investigar y castigar la tortura, así como reparar el daño físico y psicológico.

El próximo julio se cumplen cuatro años de que ella vive en prisión lejos de sus hijos y, en contraste, los policías ministeriales que la torturaron brutalmente continúan en libertad.

“En el estado de Sinaloa la tortura se tolera sin ninguna consecuencia […]. Nos lleva a cuestionar muchísimo la independencia de procuración de justicia en ese estado y nos lleva a preguntarnos sobre qué intereses pueden estar implicados en este caso”, declaró a SinEmbargo Madeleine Penman, investigadora sobre tortura en México de Amnistía Internacional.

El 9 de mayo pasado, la Procuraduría local formuló al juez conclusiones acusatorias. “A pesar de que cuatro peritos de gran calidad han verificado la tortura que Yesenia vivió, la han seguido acusando de un delito fabricado”, aseguró Penman.

Ahora el juez es quien tiene que determinar si será liberada o condenada por delito de homicidio agravado. No tiene un plazo definido, pero es probable que tarde un par de meses para tener un fallo.

“DE TODAS LAS FORMAS ME AGREDIERON” 

“Señora, conteste todo lo que le pregunten porque si no la va a pasar muy mal”, escuchó aquel 10 de julio sin poder ver nada. “Me hablaba de una persona que le gustaba cortar lenguas y orejas. Que estaba afilando el cuchillo. Que iban a traer a mis hijos y los iban a violar y hacer pedazos”, narró Yesenia para Amnistía Internacional. “De todas las formas me agredieron”, recordó.

“No quiero pasar otro día más aquí. Necesito su ayuda: las autoridades deben saber que el mundo las está viendo. Sin esta presión, las autoridades se olvidarán de mí”, escribió en una carta.

Su esposo Jesús Alfredo Cuén Ojeda, médico en la Dirección de Deportes de la Universidad Autónoma de Sinaloa, fue asesinado a disparos al salir de un restaurante la mañana del 2 de julio de 2012, un día después del proceso electoral en el que su hermano Héctor Melesio participó como candidato al Senado por el Partido Nueva Alianza (Panal).

El cuerpo quedó boca arriba cerca de la camioneta en la que se subiría. Los peritos ubicaron a su alrededor nueve casquillos de arma de fuego calibre nueve milímetros. El Procurador de Justicia estatal, Marco Antonio Higuera Gómez, declaró que las primeras investigaciones revelaron “que fue un solo sujeto” quien lo asesinó, reportó la prensa local. El sospechoso, agregó, viajaba en un vehículo color blanco.

Luego que Yesenia, bajo tortura, firmó un documento que nunca leyó, la versión se amplió.

La PGJ de Sinaloa informó, de acuerdo con una nota del 12 de julio de 2012 del diarioNoroeste, que Yesenia “confesó haber pagado 85 mil pesos a una célula delictiva para que asesinara a su esposo, y fue la encargada de ‘ponerlo’ el día del crimen”.

También fue detenido Luis Enrique Hernández Maldonado, quien vigiló si había policías en las cercanías donde ocurrió el homicidio.

El Procurador Higuera Gómez añadió que Yesenia declaró quiénes colaboraron con ella, quién fue el contacto con las personas que cometieron el asesinato y también que ella corroboró que la víctima se encontraba en el restaurante.

Según la confesión, la pareja estaba en trámites de divorcio y ella, “víctima de maltrato”, buscaba cobrar un seguro de vida. El Procurador descartó que el móvil del homicidio tuviera relación con el ex candidato al Senado.

“La Procuraduría de Justicia de Sinaloa está jugando el papel de juez y parte, es decir, son los torturadores de Yesenia y también los que llevan la acusación en su contra. Eso es un grave atento a la justicia”, consideró Madeleine Penman, investigadora de Amnistía Internacional.

CNDH PIDE CASTIGAR SU TORTURA

En febrero de 2013, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) de Sinaloa determinó que aplicaron tortura en contra de Yesenia y lo notificó a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE). En septiembre de 2012, médicos independientes ya habían detectado señales físicas y psicológicas.

El Ombudsman sinaloense, Juan José Ríos Estavillo, informó que encontraron violaciones a su derecho a la libertad, integridad, seguridad personal, legalidad y salud. Ante ello, recomendó iniciar una investigación contra los servidores públicos identificados como responsables.

La PGJE no aceptó la recomendación por no estar acreditada la existencia de una “situación de coacción” contra la mujer.

Dos años después, en enero de 2015, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) pidió al Gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, acatar las disposiciones emitidas por la CEDH por la tortura a Yesenia Armenta. Coincidió en que se violaron los derechos humanos a la integridad y seguridad personal, así como al trato digno, y demandó a López Valdez que se repare el daño.

“Después de la recomendación de la CNDH en 2015, el estado de Sinaloa abrió una averiguación previa por tortura en el caso de Yesenia. Nosotros tenemos contacto con la Procuraduría estatal, pero no hemos visto resultados completos. Peor aún, después de tantas evidencias y a cuatro años de su tortura, la Procuraduría tuvo la audacia de mandar peritos para retraumatizarla y levantar otra pericia para fallar que ella no fue torturada”, dijo Madeleine Penman, de Amnistía Internacional.

AMNISTÍA INTERNACIONAL EXIGE JUSTICIA 

Yesenia firmó, luego de ser torturada por policías de Sinaloa y con los ojos vendados, una confesión que la retiene en la cárcel. Foto: Amnistía Internacional.

Más de siete mil firmas exigen que se lleve a cabo una investigación exhaustiva, inmediata e imparcial sobre la tortura sufrida por Yesenia Armenta y que se retiren los cargos en su contra.

Amnistía Internacional implementa esta petición en su plataforma Alza tu Voz. En una carta emitida al Procurador estatal Marco Antonio Higuera Gómez, denuncia que médicos forenses de la Procuraduría General de la República la examinaron. Sin embargo, no mencionaron indicio alguno de tortura u otras formas de malos tratos.

“Le pido que implemente las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de revisar la aplicación de los exámenes médicos forenses a víctimas de tortura, para que cumplan plenamente las normas internacionales de derechos humanos, como el Protocolo de Estambul, que México ha prometido respetar y defender desde hace muchos años. Las víctimas de tortura merecen un examen inmediato y adecuado a cargo de expertos independientes a la Procuraduría General de la República”, dice la misiva.

De acuerdo con Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, Yesenia es una de las miles de víctimas “del malvado sistema de justicia mexicano” que muy a menudo se basa en evidencia extraída bajo tortura u otros malos tratos para sentenciar a personas.

“Yesenia debe ser liberada inmediata e incondicionalmente y se debe lanzar una investigación urgente para asegurar que aquellos que abusaron de ella enfrenten la justicia. Si esto no se hace, se perpetuará el temible mensaje que la policía y los militares pueden torturar a cualquiera para que confiese sin que hayan consecuencias”, pidió este mayo en un comunicado de la organización.

Mañana, en la Plaza de España, de Santa Cruz de La Palma, en España, Amnistía Internacional llevará a cabo una manifestación con el objetivo de “despertar” al Procurador del Estado de Sinaloa, Marco Antonio Higuera, que lleva más de tres años “dormido” sin revisar la situación de Yesenia.

Los activistas escenificarán una “guerra de almohadas” entre dos bandos: uno, el de quienes lucirán máscaras del Procurador, y el otro, el de quienes exigen la liberación de la mujer torturada.

TORTURA EN SINALOA

De 2008 a 2014 se tiene el registro de 103 quejas por tortura en Sinaloa, revelan cifras de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Sinaloa. Pero de acuerdo con el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) no ha habido ninguna sentencia.

“A nivel estatal, la regla es la impunidad casi absoluta”, concluyó el Centro Prodh en su Informe sobre Patrones de Violaciones a Derechos Humanos. La ausencia de justicia “repercute en el reconocimiento legal del carácter de víctimas a las personas sobrevivientes de tortura a efecto de recibir una reparación integral del daño”.

A nivel federal, la Procuraduría General de la República (PGR) documentó que el número de denuncias de tortura presentadas aumentó más del doble entre 2013 y 2014 de mil 165 a 2 mil 403 casos, de acuerdo con el informe de Amnistía Internacional “La epidemia de la tortura en México continúa”. De los 2 mil 403 casos, mil 622 se encontraban bajo investigación.

“La falta de seguimiento y control respecto a las denuncias de tortura suscita serias dudas sobre la capacidad de las autoridades para reunir pruebas suficientes con las que lograr una condena”, acusó Amnistía.

Los médicos oficiales, añadió, a menudo no documentan adecuadamente las señales de tortura y malos tratos, tanto físicos como psicológicos, tras el arresto de un detenido.

El 29 de abril de este año la Ley General contra la Tortura fue aprobada por el Senado y actualmente se encuentra una minuta en la Cámara de Diputados.

“La actual minuta tiene puntos que pueden ser positivos, pero de ninguna manera estamos fuera de la zona de peligro sin un dictamen que cumpla con los estándares internacionales de derechos humanos que asegure que cualquier prueba obtenida bajo tortura sea excluida del proceso y sin una buena entrada en vigor del nuevo Sistema Penal Acusatorio”, opinó Penman.

De acuerdo con el documento, todo “delito cometido por cualquier servidor público que cause dolor o sufrimiento físico o psíquico a una persona” es un acto de tortura, mismo que se sanciona con una pena de 10 a 20 años de prisión y de 500 a mil días de multa.

Si los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes se presentan cuando un servidor público veje, maltrate, degrade, insulte o humille a una persona, se castigará con una sanción que va de 3 meses a 3 años de prisión y hasta 200 días de multa.

CASO DE AUSTRALIANOS

Los jóvenes australianos asesinados en Sinaloa. Foto: Noroeste

Julio César González Muñiz, Martín Ponce Rogelio Muñiz (primos) y Sergio Simón Benítez fueron señalados por las autoridades sinaloenses como los culpables del asesinato de los dos australianos Dean Lucas y Adam Russell Coleman, quienes desaparecieron en noviembre durante sus vacaciones en la costa del Pacífico.

Sin embargo, de acuerdo con una queja levantada por sus familiares en la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), los hombres presos confesaron bajo golpes y amenazas.

“Ellos estaban echando agua en mi nariz y boca”, contó Martín Ponce a Men’s Journal desde prisión. Él estaba dormido en casa de su hermana cuando los policías arribaron. “Ellos estaban hiriendo a mi hermana, lastimándome, queriendo que les dijera dónde vivía Julio [su primo]”, añadió.

El 4 de diciembre, el Procurador de Sinaloa Marco Antonio Higuera informó que los tres detenidos pertenecían a un grupo de robo de vehículos que utilizaban uniformes falsos de corporaciones policiacas para atacar a sus víctimas.

Ellos sembraron los uniformes y armas, acusó Martín. Nosotros no estuvimos envueltos, dijo.

El abogado de los primos, Francisco Fierro Verdugo, declaró al medio que las autoridades de Sinaloa estaban bajo mucha presión nacional e internacional para encontrar a los culpables del homicidio. “Los arrestos aliviaron esa presión”, sugirió.

La medianoche del 20 al 21 de noviembre fue la última vez en que los turistas fueron vistos. El empleado de una tienda les indicó la ruta hacia Mazatlán. Al no poder comunicarse con ellos, sus novias, familiares y amigos comenzaron a solicitar ayuda.

Los cuerpos de los surfistas fueron localizados ya calcinados en el interior de una camioneta el sábado 21 de noviembre, en unas tierras de cultivo ubicadas entre los poblados Juan Aldama, “El Tigre” y San Blas, en Navolato, Sinaloa.




Fuente: Sin Embargo
Autora: Dulce Olvera
http://www.sinembargo.mx/14-05-2016/1660094

Detienen arbitrariamente a periodista por documentar "Pos Me Salto" en el metro de la CDMX

Debora Poo
México, D.F.- En la noche del jueves fue detenida la periodista y activista Debora Poo, por documentar la protesta "Pos Me Salto" en la estación del metro Coyoacán, de la línea 3 de la CDMX.