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Subsecretario federal y ex gobernador de Oaxaca crearon red de negocios con sus familiares

El subsecretario de Desarrollo Social, Eviel Pérez Magaña, y el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, emprendieron, entre otros negocios de salud y energéticos, una operación de 33 millones de pesos a través de familiares cercanos y usando nombres de falsos compradores de casas oriundos de comunidades pobres. Como dato histórico, este 14 de junio se cumplen 10 años del desalojo de maestros en Oaxaca, con gases lacrimógenos y balas de goma, ordenado precisamente por Ulises Ruiz.

El ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz, integró junto con Eviel Pérez Magaña, actual subsecretario de Desarrollo Social del gobierno federal, una red de negocios, para la que usó nombres de pobladores humildes como falsos compradores de casas, con el fin de introducir en el sistema bancario al menos 33 millones de pesos en efectivo, de acuerdo con documentos y testimonios recogidos durante una investigación de Aristegui Noticias.

En 2008, dos años antes de que Ulises Ruiz dejara el gobierno, donde Pérez Magaña fungía como secretario de Obras Públicas, el sobrino del entonces gobernador, Álvaro Ortiz Alvarado; la esposa de Pérez Magaña, Gabriela López; así como socios de esos funcionarios públicos en otras empresas, y una familia poderosa de Oaxaca, los Bravo Bravo, formaron Grupo Inmobiliario del Papaloapan (GIPSA), compañía constructora del fraccionamiento “Los Álamos”, en la ciudad de Tuxtepec, Oaxaca, en los límites con el estado de Veracruz.

Un día después de que la compañía fue constituida, Gabriela López, esposa del actual subsecretario encargado del combate a la pobreza en el país, pidió “no aparecer ya como integrante de la sociedad”, sin precisar si retiraría el capital aportado, según los libros notariales consultados.Para llevar a cabo el proyecto inmobiliario denominado Los Álamos, la compañía adquirió en 22 millones de pesos un terreno propiedad de Sóstenes Bravo.“El dinero fue entregado en efectivo, luego de ser trasladado de Oaxaca a la Ciudad de México, vía el aeropuerto de Toluca por el propio Pérez Magaña y Hugo Ruiz Ortiz, hermano de Ulises. Bravo lo recibió en sus oficinas de la colonia San Jerónimo”, dijo el sacerdote Alejandro Solalinde, presidente de la Comisión de la Verdad de Oaxaca, citando a una fuente que atestiguó la operación y que después habló para Aristegui Noticias.De acuerdo con las leyes fiscales, una compra de esta naturaleza debió haberse hecho a través de un cheque o una transferencia bancaria, sin embargo, la entrega en efectivo de esta cantidad de dinero permitió a Ruiz Ortiz y Pérez Magaña, evitar que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público registrara la operación y cuestionara el origen del dinero utilizado para la transacción. De acuerdo con fiscalistas consultados, bastaría una revisión fiscal del Sistema de Administración Tributaria a esta transacción, para corroborar el inexplicable origen de los recursos con los que GIPSA adquirió el terreno para el fraccionamiento Los Álamos.



El domicilio oficial de GIPSA es un departamento de la colonia Del Valle, en la Ciudad de México, propiedad (desde 2007) de la prima política de Ulises Ruiz, Aida Alvarado Baños, madre de Álvaro Ortiz Alvarado, según el Registro Público de la Propiedad de la capital del país. En este mismo domicilio está registrada la página de internet del periódico El Despertar de Oaxaca, que recibió, por lo menos, 2 millones 552 mil pesos en recursos públicos durante el último año de gobierno de Ruiz Ortiz.










Como parte de GIPSA aparece también Celestino Pedro Vásquez, quien en 2011 constituyó la empresa “Servicios Energéticos Huajuapan”, en sociedad con Adelina Ortiz Visairo, una tía de Ruiz Ortiz de casi 80 años de edad al momento de realizar la inversión.

Ortiz Visairo es también una de las accionistas del hospital Sedna, negocio en la capital del país del que la esposa del ex gobernador, Lourdes Salinas, también es socia.














De acuerdo con una minuta de la Asociación Nacional de Hospitales Privados del 11 de mayo de 2015, uno de los representantes del Hospital Sedna es Álvaro Ortiz Fernández, padre de Álvaro Ortiz Alvarado, accionista principal del fraccionamiento “Los Álamos”, desarrollado por GIPSA en Tuxtepec.












Otro de los representantes del hospital Sedna que aparece en esa minuta es el yerno de Ruiz Ortiz, Miguel Alejandro Castillo Praz, quien desde 2013 aparece como apoderado legal de GIPSA y en 2014 se presentó públicamente como director general de la constructora.

El 28 de noviembre de ese año, el yerno del ex gobernador cortó el listón de inauguración del fraccionamiento “Los Álamos”. Lo hizo junto al presidente municipal de Tuxtepec, Antonio Sacre Rangel, emanado del PRI.

“Estamos esperando siete casas más de venta y nos arrancamos con la segunda etapa y comenzamos con otras 97 y así hasta culminar las mil 75 casas”, declaró Castillo Praz al periódico Noticias Voz e Imagen de Oaxaca.

Ese medio reportó que en ese momento la primera etapa terminada constaba de 118 casas, de las cuales sólo se habían vendido dos. También decía que el proyecto “Los Álamos” había iniciado cuatro años atrás.

Lo que no se sabía, hasta hoy, era los nombres de quiénes estaban detrás de la inyección de capital y cómo suplantaron los nombres de supuestos compradores de casas, para justificar las inversiones en efectivo.

Red familiar


Mientras Ruiz Ortiz era gobernador y Pérez Magaña secretario de Obras Públicas de Oaxaca, sus familiares y socios de negocios se reunieron en una notaría del Distrito Federal para firmar el acta constitutiva de GIPSA, creada oficialmente el 28 de enero de 2008.

En la primera versión del acta constitutiva aparecían como accionistas el empresario oaxaqueño Sóstenes Bravo Rodríguez, su esposa Teresa de Jesús Bravo Sobrón, la esposa de Eviel Pérez Magaña, Gabriela López, y el socio de negocios de la tía de Ulises Ruiz Ortiz, Celestino Pedro Vásquez, con un capital inicial de 100 mil pesos, de acuerdo con el acta constitutiva que consultó Aristegui Noticias.

En el historial de la notaría aparece una modificación a la sociedad, fechada un día después, el 29 de enero de 2008, y firmada por la esposa de Pérez Magaña, quien se había identificado como una mujer casada y ama de casa:

“La que suscribe forma parte de dicha sociedad, tanto en el capital social de la misma, como accionista, como en el encargo de vocal en el consejo de administración. Por así convenir a mis intereses, es mi deseo ya no pertenecer a dicha sociedad, ni como accionista ni como integrante del Consejo de Administración, ni como apoderada por lo cual solicitó realice los cambios necesarios y correspondientes en la escritura a efecto de no aparecer ya como integrante de la sociedad en mención”, dice la carta consultada.

En la carta reconoció que entregó capital para arrancar la compañía; pero no mencionó si, además de dejar de ser accionista y miembro del consejo, también retiró su aportación monetaria.

En una segunda versión del acta constitutiva, corregida con tachones en la notaría, sustituyeron el nombre de Gabriela López por el de Sóstenes Bravo Bravo, heredero de una de las familias más poderosas de Oaxaca.

Un año después, el 23 de marzo de 2009, todos los socios vendieron sus acciones, pero el control de la empresa siguió en el círculo cercano a Ruiz Ortiz. Quienes quedaron con la totalidad de las acciones fueron el sobrino del ex gobernador, Álvaro Ortiz Alvarado, y un hombre llamado Juan Carlos Salinas Gutiérrez, familiar de la esposa del ex mandatario.

Apenas un mes después, en abril de 2009, uno de los socios que había vendido sus acciones, recibió un poder para actuar a nombre de la compañía. Se trataba de Celestino Pedro Velásquez, el mismo socio que estuvo en la creación de la sociedad y quien dos años después también se haría socio de la tía de Ulises Ruiz.

Aristegui Noticias obtuvo documentos de 2011 en los que ese mismo hombre compró uno de los terrenos que posteriormente serían parte del fraccionamiento “Los Álamos”.









El yerno de Ulises Ruiz, Castillo Pratz, apareció oficialmente como apoderado legal de la constructora a partir del 1 de marzo del 2013, según documentos del Registro Público de la Propiedad del Distrito Federal, donde está registrada la compañía GIPSA.

El terreno más grande del fraccionamiento “Los Álamos” pertenecía a la familia Bravo hasta el 23 de noviembre de 2009; lo vendieron en 22 millones de pesos, 8 meses después de haber renunciado a sus acciones de GIPSA.

Los “compradores”
Aristegui Noticias también tuvo acceso a pagos de impuestos predial y planos del proyecto, así como a archivos electrónicos de contabilidad de GIPSA. En ese último archivo hay una lista de supuestos interesados en las casas, quienes habrían dado enganches de entre 500 y 10 mil pesos. Estos depósitos se llevaron a cabo de manera semanal durante por lo menos dos años en la sucursal de Banamex de la avenida Independencia.

Sin embargo, al revisar la información puede observarse que decenas de los supuestos compradores, tienen sus domicilios en la misma colonia. En una visita hecha al poblado de Chacaltianguis, Veracruz, los supuestos compradores dijeron que ni siquiera conocían el fraccionamiento y algunos de ellos habían fallecido incluso antes del inicio del proyecto inmobiliario. La mayoría de los consultados formaban parte del 61 porciento de personas que viven en la pobreza en este lugar, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). 


Esos pagos fueron hechos a dos cuentas bancarias registradas a nombre de GIPSA, en la sucursal de Banamex de Tuxtepec, y varios de ellos el mismo día, de acuerdo con los comprobantes de depósito originales. Ambas cuentas seguían activas hasta mayo de 2016, según comprobó este medio.















 Estos comprobantes de depósito sumaron más de 33 millones de pesos, de acuerdo con una hoja de cálculo que da cuenta de las transacciones realizadas en efectivo, entre los años 2009 y 2010, al final del periodo de Ulises Ruiz como gobernador de Oaxaca.

Un empresario oaxaqueño consultado aceptó que durante la gestión de Ruiz Ortiz, debió pagar cuotas extra en efectivo para poder realizar obras públicas que formalmente se adjudicaban mediante licitaciones. El constructor asegura que lo mismo ocurrió con todos los demás empresarios que conoce y consideró esto parte de “los usos y costumbres del gobierno en Oaxaca”.

“El dinero en efectivo era trasladado vía terrestre de la ciudad de Oaxaca a Tuxtepec por un colaborador de Pérez Magaña llamado Sergio Moreno y en dos ocasiones se usaron incluso aeronaves”, de acuerdo con el testimonio dado al padre Solalinde y a Aristegui Noticias. José Alberto y Orlando Pérez Magaña, hermanos del subsecretario, recibían el dinero en Tuxtepec, en las oficinas de Comercializadora Tres Hermanos (COTESA), según esa misma fuente.

Para introducir al sistema bancario el dinero obtenido mediante estos “diezmos”, la red de Ruiz Ortiz y Pérez Magaña creó un registro electrónico de los supuestos compradores que incluyó a 80 personas, de Cosamaloapan y Chacaltianguis, Veracruz, poblados que se encuentran a dos horas de las casas de “Los Álamos” de Tuxtepec, Oaxaca.

Este medio tomó la lista de supuestos compradores de casas y acudió al poblado de Chacaltianguis para verificar la existencia de esas personas y preguntarles si habían estado interesadas en una casa de GIPSA, así como si habían realizado un depósito en la sucursal de Banamex ubicada en Tuxtepec, Oaxaca.

Seis de esas 15 personas fueron localizadas en sus domicilios. Todos negaron conocer el fraccionamiento “Los Álamos” y uno de ellos había fallecido desde el año 2007. José Luis Alarcón Cornejo dijo que tiene dos casas en Chacaltianguis, por lo que no necesita otra, y aseguró que nunca ha tenido propiedades en Tuxtepec.

Al acudir al domicilio de otro de los supuestos compradores, Rogelio Bravo Tinoco, su viuda dijo que había fallecido 8 años antes, en el 2007, y que jamás tuvo propiedades en Tuxtepec, Oaxaca.

La planeación financiera

Aristegui Noticias tiene en su poder dos facturas emitidas por el despacho de contadores Munir Hayek, que cobró a GIPSA 184 mil pesos desde el 30 de octubre de 2009.





Los conceptos de las facturas son: “Honorarios profesionales derivados del avance del estudio y estrategias de mercado, así como del control del ingreso y obras”, y “Honorarios profesionales derivados del registro de su contabilidad y otros trámites legales y fiscales, correspondientes a los meses de julio, agosto y septiembre de 2009, a razón de 20 mil pesos cada uno”.

El nombre de ese despacho coincide con el autor del archivo electrónico de contabilidad de los supuestos compradores de casas, en cuyos metadatos se puede leer “HAYEK”.


El contador Munir Hayek Domínguez formó parte del proyecto “Los Álamos” desde el inicio. Así lo demuestran las actas del Registro Público de GIPSA en las que aparece como “comisario”, una figura que “vigila ilimitadamente y en cualquier tiempo todas las operaciones de la sociedad”, según las leyes mexicanas.












El contador Hayek Munir tiene el mismo cargo de “comisario” en otra sociedad llamada “Davizao Construcciones”, una de las seis empresas involucradas en la denuncia por peculado contra el ahora subsecretario de Desarrollo Social, Eviel Pérez, en el año 2010, cuando competía por la gubernatura de Oaxaca, apoyado por su mentor, Ulises Ruiz Ortiz.


La impunidad


Después de ser gobernador, Ruiz Ortiz fungió como delegado de su partido, el PRI, en el estado de Quintana Roo; pero dejó ese cargo en 2016, luego de que el PRD abanderó al priista Carlos Joaquín González, para competir en las próximas elecciones del 5 de junio de 2016.

Durante los comicios celebrados en Oaxaca el pasado 5 de junio, Ruiz Ortiz apoyó a José Antonio Estefan Garfias, candidato del PAN y PRD, respaldado también por el actual gobernador, Gabino Cué. Pérez Magaña, miembro del equipo de Ruiz Ortiz, después de perder la candidatura con el actual gobernador electo, Alejandro Murat Hinojosa, fue nombrado coordinador de su campaña, pero a los dos días, de manera intempestiva, renunció para ocupar el cargo de subsecretario de Desarrollo Social, en sustitución de Ernesto Nemer, quien dejó el puesto después de haber tuiteado una foto al lado de un niño que le boleaba los zapatos en Chiapas.

Aunque no tiene ninguna experiencia en el combate a la pobreza y personal de la dependencia ha cuestionado su falta de conocimiento de términos básicos de la política social, Pérez Magaña ocupa el cargo más importante de la dependencia que encabeza el secretario José Antonio Meade, quien aspira a la candidatura presidencial priista en 2018.

El pasado 18 de mayo de 2016, Pérez Magaña presentó su declaración patrimonial, pero decidió mantener en secreto sus bienes, así como todos sus ingresos y sus posibles conflictos de interés.




El ex gobernador Ruiz Ortiz ha logrado hasta ahora evitar la acción de la justicia en su contra, pese a los diversos señalamientos de crímenes de lesa humanidad, documentados por la Comisión de la Verdad de Oaxaca, así como también de corrupción, como los que se indican en la averiguación previa UEIORPI FAM/157/2010 en contra de Miguel Ángel Ortega Habib, quien fungió como secretario de finanzas de su administración y en la actualidad se encuentra prófugo de la justicia, tras haber triangulado alrededor de 800 millones de pesos del erario a cuentas de su hermana Martha Ortega Habib y su sobrino Daniel García Teruel Ortega, así como su trabajadora doméstica, Rosa Elvia Orozco.

Para esta investigación de Aristegui Noticias, se obtuvieron más de un centenar de documentos oficiales, algunos sobre otras empresas y otras transacciones que involucran al mismo círculo.

Este medio solicitó las versiones de Ulises Ruiz, a través de su celular; la de Eviel Pérez Magaña en la Sedesol; la del despacho Munir Hayek; así como las de Miguel Castillo, Álvaro Ortiz y Juan Carlos Salinas, en los teléfonos del Hospital Sedna, donde las operadoras confirmaron que allí podían recibir recados. Hasta el momento de publicar este reportaje, ninguno ha respondido a esa solicitud.




FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS
AUTOR: INVESTIGACIÓN ESPECIAL DE DIEGO ENRIQUE OSORNO E IRVING HUERTA







Dejaron registro de la transa Toyota-Guanajuato. La base del “negocio”: despojar a ejidatarios

La empresa JAOS & SGB SAPI de C.V. compró predios ejidales en el polígono donde se planeó instalar la planta de Toyota y obtuvo el 300 por ciento de ganancia tras venderlos al Gobierno del estado de Guanajuato, que preside el panista Miguel Márquez Márquez. De acuerdo con una investigación de Zona Franca, medio que tiene copia de los 11 certificados de historia registral inscritos en el Registro Público de la Propiedad del municipio de Apaseo el Grande, los terrenos suman una superficie de 34.11 hectáreas.

León, Guanajuato, 13 de junio (SinEmbargo/Zona Franca).– En una operación sincronizada y planeada que se llevó a cabo entre octubre de 2014 y diciembre de 2015, la empresa JAOS & SGB SAPI de C.V, compró predios ejidales exactamente en el polígono donde se planeó instalar la planta de Toyota y obtuvo el 300 por ciento de ganancia tras venderlos al Gobierno del estado de Guanajuato.

Como han documentado otras investigaciones periodísticas, Zona Franca constató que las adquisiciones de por lo menos once de esos predios necesarios para la instalación de Toyota, ubicados en la comunidad de Caleras de Ameche en Apaseo el Grande, se realizaron recurriendo a engaños y amenazas a ejidatarios.

Este medio tiene copia de los 11 certificados de historia registral inscritos en el Registro Público de la Propiedad del municipio de Apaseo en Grande en los que aparece la empresa JAOS & SGB, como adquiriente primero y vendedor después. Ellos suman un total de 34.11 hectáreas, aunque no son todas las que la empresa adquirió.

JAOS & SGB desembolsó 42 millones 300 mil 200 pesos por la compra de estos terrenos, es decir que en promedio pagó 124.01 pesos por metro cuadrado, sin embargo recibió 121 millones 846 mil 500 pesos del gobierno estatal, lo que significa una ganancia de 79 millones 546 mil 300 pesos para la empresa, cuyos accionistas son José Antonio Ortega Serrano y Santiago Germán Bordes.

Ellos dos trabajaron en la Procuraduría Agraria durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa y posteriormente, junto a Abraham Cherem Mizrahi, fundaron la empresa LASC, que comparte domicilio fiscal con Losrram y cuyos socios, Ignacio Soto Borja y Daniel Esquenazi Beraha, fueron quienes financiaron la campaña política de Miguel Márquez Márquez, quien ahora es Gobernador de Guanajuato.

En estas 11 transacciones, el Gobierno de Miguel Márquez Márquez pagó un promedio 357.21 pesos por metro cuadrado a la empresa JAOS & SGB, aun cuando públicamente se anunció que el pago sería de tan sólo 148 pesos, sin hacer distinción alguna.

GANANCIAS MILLONARIAS
Hasta mediados del mes de mayo, en el Registro Público de la Propiedad de Apaseo el Grande sólo había constancia de once predios que fueron comprados por JAOS & SGB a ejidatarios de Caleras de Ameche y luego expropiados por el Gobierno estatal.

Dos de estos 11 predios fueron comprados por JAOS & SGB a ejidatarios el 20 de octubre de 2014, a tan sólo tres meses de distancia de la constitución de esta empresa, que se formó el 13 de julio del mismo año y cuyas acciones mayoritarias están a nombre del empresario regiomontano José María Garza Treviño.

Ocho de estas 11 ventas se concretaron hasta diciembre de 2014, mientras que las tres restantes se dieron durante los meses de julio y diciembre de 2015.

En 10 de los 11 casos, el Gobierno de Guanajuato pagó 11 millones 893 mil 100 pesos por cada uno de los predios comprados a JAOS & SGB, sin importar que hubiera una diferencia en la extensión de éstos, considerando que se pagó lo mismo por uno de 0.43 hectáreas que por uno de 7.14 hectáreas.

En todos los casos de venta, consta que ante el notario público la transacción se hizo entre los respectivos ejidatarios y Santiago Germán Bordes como representante de la empresa JAOS & SGB.

El 20 de octubre de 2014, la empresa JAOS & SGB compró dos predios a Víctor Trejo Hernández, el primero de 0.43 hectáreas y el segundo de 1.44 hectáreas; pese a la diferencia en extensión de estos terrenos, la empresa pagó 1 millón 200 mil pesos cada uno. Estos cambios de propiedad quedaron asentados bajo los folios 43618 y 2165 ante el Registro Público de la Propiedad de Apaseo el Grande.

Ambos terrenos fueron expropiados el pasado 3 de febrero de 2016 por el Gobierno de Guanajuato a JAOS & SGB y por cada uno de ellos pagó 11 millones 893 mil 100 pesos, es decir, la empresa recibió una ganancia de 21 millones 386 mil 200 pesos.

Entre noviembre y diciembre de 2014, JAOS & SGB logró la compra de otros seis predios a ejidatarios de Caleras de Ameche, por los que en conjunto pagó 26 millones 600 mil 200 pesos y tras vender al Gobierno de Guanajuato recibió 71 millones 358 mil 600 pesos, obteniéndose una ganancia para la empresa de 44 millones 758 mil 400 pesos.

Dos de estos seis terrenos fueron comprados a Mauro Rodríguez Rubio. El primero de ellos quedó registrado con el folio 43617 y tiene una extensión de 2.33 hectáreas y el segundo bajo el folio 26.09 por una extensión de 7.14 hectáreas.

Por cada uno de ellos JAOS & SGB pagó a Mauro Rodríguez Rubio la cantidad de 5 millones 200 mil pesos, y el Gobierno estatal le pagó a la empresa la suma de 23 millones 786 mil 200 pesos, es decir 11 millones 893 mil 100 pesos por terreno.

Abel López Parra también vendió a JAOS & SGB dos propiedades, la primera foliada con el número 43619 por 0.66 hectáreas y la segunda con el folio 2162 por 1.99 hectáreas. En suma la empresa regiomontana pagó 3 millones 300 mil pesos, es decir 1 millón 650 mil por predio.

Al igual que en los casos anteriores, JAOS & SGB recibió del gobierno de Guanajuato 11 millones 983 mil 100 pesos por cada expropiación.

Pueblito Sánchez Gómez vendió dos propiedades a JAOS & SGB, la primera en noviembre de 2014 que quedó asentada con el folio 3012 con una extensión de 6.65 hectáreas y la segunda en julio de 2015, que tuvo una extensión de 2.38 hectáreas. Por cada una JAOS & SGB pagó 6 millones 100 mil pesos y recibió del gobierno de Guanajuato 11 millones 893 mil 100 pesos por indemnización.

En diciembre de 2014, Espiridion Ochoa Rojas vendió 6.74 hectáreas y en julio de 2015 volvió a vender 2.35 hectáreas a JAOS & SGB, por cada una recibió 7 millones de pesos y posteriormente, JAOS & SGB obtuvo 11 millones 893 mil 100 pesos del gobierno estatal.

La última propiedad se vendió en diciembre de 2015, según consta en el Registro Público de Apaseo el Grande, y quedó asentada con el folio 6441. Esta tiene una extensión de dos hectáreas que fueron compradas por JAOS & SGB a Elpidio Rodríguez Acosta por el monto de 200 mil pesos y revendidas en 2 millones 915 mil 500 pesos al Gobierno de Guanajuato.

GOBIERNO PAGA A JAOS MÁS DEL DOBLE
En promedio, el Gobierno de Guanajuato pagó a JAOS & SGB la cantidad de 357.21 pesos por metro cuadrado, aun cuando el Gobernador Miguel Márquez Márquez, en reiteradas ocasiones aseguró que de manera imparcial se pagarían 148 pesos por metro cuadrado.

Aunque la información sobre la adquisición de los predios para Toyota quedó reservada, por decreto gubernamental, hasta septiembre de 2018, el Gobernador Miguel Márquez Márquez reconoció en noviembre de 2015, que se pagarían 148 pesos por metro cuadrado.

En reiteradas ocasiones el Gobernador dijo que se pagaría un precio justo e igualitario, e inclusive por encima de lo valuado, a fin de que estas compras se hicieran con transparencia.

“Se están pagando por encima de los avalúos, inclusive, el haber negociado con pequeña propiedad que tiene mucho más infraestructura, mucho mayor complejidad, lo que puedo decir es que se tiene que pagar por lo que vale (…) Se lo tenemos que pagar igual a todos, si ya se negociaron más de 400 hectáreas de a 148 pesos, eso dice bastante”, declaró Márquez Márquez a Zona Franca en diciembre de 2015 [http://zonafranca.mx/terrenos-para-toyota-se-han-pagado-por-encima-de-los-avaluos-marquez/].
Entre el precio dicho por el Gobernador y el que realmente se pagó a JAOS & SGB existe una diferencia de 233.20 pesos por metro cuadrado.

JAOS & SGB UTILIZA AMENAZAS PARA COMPRAR
En 2014, justo tras su conformación, Santiago Germán Bordes y José Antonio Ortega Serrano acudieron hasta Caleras de Ameche para empezar con la compra de los terrenos.

Francisco Ramírez, quien es tesorero del Ejido de Caleras de Ameche y quien fue uno de los que se resistió a vender a JAOS & SGB, expuso que Santiago y José Antonio se hacían pasar en un principio por ejidatarios para lograr la compra de los terrenos.

“Ellos llegaron a venir aquí a este ejido a finales del 2014 y principios de 2015, por ahí más o menos, llegaron aquí a este ejido y se les reconoció como avecindados; el que los trajo aquí para que los reconocieran como avecindados porque compraron algunas hectáreas fue el comisariado Refugio Rubio”, mencionó.
 Al principio había resistencia de parte de los ejidatarios para vender porque muchos de ellos subsistían del trabajo de la tierra.

Sospechosamente, en diciembre de 2014 el suministro de agua para el pozo del ejido fue interrumpido y según Francisco Ramírez, esto fue interpretado por los ejidatarios como una manera de presión de parte de Santiago y Juan Antonio para que comenzara la venta de propiedades.

Tras las primeras compras, Santiago y José Antonio se unieron como ejidatarios y acudían a las reuniones que se realizaban, ahí aprovecharon para conocer a los otros propietarios a quienes acosaban en sus terrenos para pedir que vendieran:

“como para amenazarnos, diciendo que si no vendíamos nos iba a entrar la expropiación”.
“Nomás andaban comprando, a mí no me dijeron nada, ya hasta el último nos dimos cuenta que era para la Toyota (…) ellos me iban a ver hasta la Parcela diciendo que si siempre les iba a vender o no, ellos me venían a buscar y ellos no hacían comentarios de si era para una empresa o no”, relató Mauro Rodríguez, quien vendió dos terrenos a JAOS & SGB.
 Mauro Rodríguez trató directamente con Santiago y Juan Antonio, estos últimos lo acosaban persiguiéndolo hasta cuando estaba en el campo: “venían a vuelta y vuelta hasta que ya decidimos vender”.

Pueblito Rubio, dijo que todo el proceso de compra-venta con la empresa JAOS & SGB se hizo de una manera discrecional y dando información a cuentagotas a los ejidatarios.

“Uno se llamaba Juan y otro se llamaba Santiago, pero nunca me preocupé por preguntarles los apellidos, aquí estuvieron mucho tiempo y les compraron a muchas personas (…) nunca nos quisieron decir si era para una empresa, no nos quisieron decir para qué querían el terreno”, explicó.

Francisco Ramírez dijo que la insistencia de Juan y Santiago por realizar las compras era tal que hasta le ofrecieron 300 mil pesos por cada ejidatario que lograra convencer, pero él siempre se negó.

“Yo creo que esos son empresarios que se dedican al cien por ciento a saber a dónde se van a poner industrias y yo creo que deben estar de acuerdo con los gobiernos o con el municipio o el estado que corresponda, porque son muy inteligentes, porque yo no creo que vayan a invertir donde no conozcan”, agregó.
 NO VENDEN A JAOS, Y SE ARREGLAN CON EL GOBIERNO

Francisco Ramírez, junto a otros 19 propietarios se negaron a vender a JAOS & SGB la suma de aproximadamente 180 hectáreas, mismas que ya están siendo compradas directamente por el Gobierno de Guanajuato.

Ramírez, quien fue uno de los primeros en denunciar la intervención de JAOS & SGB, explicó a Zona Franca que el Gobernador Miguel Márquez Márquez se entrevistó personalmente con quienes habían decidido no vender, para explicarles que necesitaban esos terrenos o se pondría en riesgo la llegada de la empresa Toyota.

El ejidatario dijo que en esa reunión se acordó un precio de 148 pesos por metro cuadrado, y que se les pagaría una cantidad extra dependiendo si en los terrenos había pozos y tenían algún tipo de construcción, siempre y cuando decidieran vender a la brevedad y evitaran hablar sobre JAOS & SGB.

Alrededor de 10 de estas 20 compras ya fueron cerradas por el Gobierno del estado y el resto estarán por concretarse en los próximos días.

UN TERRENO, VARIAS FORMAS DE COMPRAR

El Gobierno de Guanajuato requiere de 607 hectáreas para la instalación de Toyota, de las cuales 132 serán expropiadas directamente por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, pues no fueron desagregadas del ejido.

Otras 180 hectáreas sí están siendo compradas directamente por el Gobierno de Guanajuato a ejidatarios de Caleras de Ameche.

El resto, es decir 295 hectáreas son las que debió comprar JAOS & SGB con bastante tiempo de antelación para poder asegurar su ganancia millonaria.

https://www.scribd.com/doc/315470830/43621-pdf

https://www.scribd.com/doc/315470828/43620-pdf


https://www.scribd.com/doc/315470826/43619-pdf


https://www.scribd.com/doc/315470823/43618-pdf


https://www.scribd.com/doc/315470820/43617-pdf


https://www.scribd.com/doc/315470819/6441-pdf


https://www.scribd.com/doc/315470815/3012-pdf


https://www.scribd.com/doc/315470812/2609-pdf


https://www.scribd.com/doc/315470808/2165-pdf


https://www.scribd.com/doc/315470806/2162-pdf


https://www.scribd.com/doc/315470804/2160-pdf


FUENTE: SIN EMBARGO
AUTOR: CORMEN MARTINEZ - REDACCIÓN
LINK: http://www.sinembargo.mx/13-06-2016/3053381

Pajaritos: La detallada historia de una venta amañada

La venta del Complejo Petroquímico Parajitos se pactó desde el gobierno de Vicente Fox, revela a Proceso el ingeniero José de la Cruz Chung, quien entre 2001 y 2003 se encargó de los trabajos de ampliación de esa planta. El especialista muestra expedientes para documentar las pifias de Pemex Petroquímica para beneficiar a la empresa Mexichem, del banquero Antonio del Valle, quien adquirió todo el complejo a precio de ganga. Y aun así no cumplió con los acuerdos pactados. Luego vino la explosión del 20 de abril…
CIUDAD DE MÉXICO: La entrega del Complejo Petroquímico Pajaritos (CPP) al banquero Antonio del Valle y su firma Mexichem fue un acuerdo transexenal pactado entre la administración de Felipe Calderón y la de Enrique Peña Nieto. Pero antes de “regalárselo” a un 60% de su valor, fue “saqueado” durante la administración de Vicente Fox.
Así lo revelan memorándums de entendimiento consultados por Proceso, el último de los cuales data de 2009; el manual de operación de 2011, que obliga a Mexichem a invertir en el complejo 200 millones de dólares –lo que la empresa no había hecho hasta el pasado 20 de abril, día de la explosión en el área de Clorados III, donde murieron 32 trabajadores y un centenar resultaron heridos–, así como denuncias ante la Procuraduría General de la República (PGR) y documentos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Los activos del CPP entregados incluyen la Planta Derivados Clorados III, según cifras de Pemex; la Planta de Etileno, los turbogeneradores de energía eléctrica y vapor, así como los servicios auxiliares y el almacén de monómero de cloruro de vinilo (VCM).
El motivo por el cual el gobierno de Calderón decidió vender el complejo fue para que Mexichem tuviera en sus manos la cadena de producción completa, cuyo producto último es el policloruro de vinilo (PVC), y evitar el riesgo de que “cerraran” las empresas que aportan las materias primas, entre ellos la planta de Pajaritos.
A cambio de este apoyo, el 10 de septiembre de 2013 el dueño de la compañía se comprometió a invertir 200 millones de dólares en el CPP; sin embargo los 87 millones de dólares que correspondían sólo a la planta Clorados III no se habían aplicado al día de la explosión, revela el ingeniero José Daniel de la Cruz Chung, quien fue el encargado del proyecto de ampliación de esa planta entre 2001 y 2003.
El especialista comenta a Proceso que hasta el 20 de abril pasado estaban operando cinco equipos –TT-501, AS-501, PC-316, el TT-402 y el TT-504–, adquiridos en la época en que él tuvo a cargo el proyecto de ampliación de Clorados III.
Aclara que, por negligencia de Rafael Beverido Lomelín, quien llegó a la dirección de Pemex Petroquímica en 2001, los cinco estaban dañados. No descarta, dice, que uno de ellos haya sido el causante del accidente de la semana antepasada.

Primero, el saqueo
Los desaciertos cometidos en la planta de Clorados III y en conjunto del CPP se iniciaron con la administración de Vicente Fox y de Beverido Lomelín, puntualiza De la Cruz Chung, quien durante 26 años trabajó en la entonces subsidiaria de Pemex.
Muestra incluso las denuncias presentadas ante la PGR por daños a Pemex-Petroquímica por la venta irregular del Complejo Petroquímico Cosoleacaque “como chatarra”, así como por el mal ejercicio de recursos durante la ampliación de la planta de Clorados III.
También exhibe contratos, dictámenes técnicos, costos y oficios de la dirección general de Petroquímica Pajaritos, donde se reconoce el daño a los equipos, e insiste en que uno de ellos pudo haber provocado la explosión del 20 de abril pasado.
La compleja historia arranca con la ampliación de la planta de Clorados III ocurrida entre 2001 y 2003. El proyecto tuvo un costo de 3 mil millones de pesos, cantidad similar a la que, 10 años después, pagó el banquero Del Valle para quedarse con todo el CPP.
La denuncia presentada ante la PGR el 2 marzo de 2010, por ejemplo, establece como objeto de posible delito la “ingeniería, procura y construcción de la ampliación de la planta de derivados Clorados III de 200 mil a 405 mil toneladas por año; su integración y puesta en operación; daño a las instalaciones, elaboración de contratos de compra de materia prima y venta de cloruro de vinilo”.
En esa ampliación participaron la empresa española Duro Felguera y la propia Petroquímica. A la primera se le otorgó el contrato CO-PA-04-01 por 74 millones 395 mil dólares, que obligaba a la firma hispana a aportar algunos equipos.
Se firmó otro contrato por 54 millones de pesos con Prestación de los Servicios Profesionales –el CO-PA-32/00– para el monitoreo y coordinación de todas las obras necesarias para la ampliación, y otros con diversas compañías para la compra de “equipos críticos” por 22 millones de dólares. Sin embargo, dice De la Cruz, “éstos estaban por debajo del proyecto y los pagó Pemex-Petroquímica”.
Antes de que concluyeran los trabajos de ampliación y el contrato mismo, Pemex-Petroquímica exigió a Duro Felguera que “echara a andar” los equipos nuevos, algunos de los cuales estaban muy deteriorados. Eso causó daños estimados en 400 millones de pesos. También se averió un horno, cuya reparación costó 900 millones de pesos.
Como prueba de las afectaciones causadas por la necedad de echar andar equipos antes de que concluyera el proyecto, De la Cruz muestra el oficio de la Dirección General de Petroquímica Pajaritos, en el cual se admite “el daño a los equipos nuevos integrados al proyecto Clorados III: el TT-5001, AS-501, PC-316, TT-402 y TT-504”.
En resumen, la ampliación resultó con “un daño de 2 mil millones de pesos”, según la denuncia de De la Cruz, encargado del Proyecto de ampliación de Clorados III.
Antes, el 18 de noviembre de 2008, él mismo interpuso una denuncia penal en la PGR donde aludió a la solicitud de un préstamo de 20 millones de dólares autorizado por el Deutsche Bank “con cargo al proyecto Clorados III” (expediente Ac/PGR/VER/CTZ/1/051/2008).
Relata que, como encargado del proyecto, le pidieron firmar esa solicitud con el pretexto de que era para “financiar el proyecto y la compra de equipos”. Él se negó pues, dice, el proyecto contaba con una partida presupuestal y no requería esos recursos.
En su querella detalla que en la revisión de la cuenta pública de 2002 por parte de la ASF hay un solo pago por 7 millones 616 dólares con cargo al crédito solicitado al Deutsche Bank. “Todavía no sabemos qué pasó con el resto de dinero”.
Acuerdo transexenal
El 5 de mayo de 2009 el director de Pemex-Petroquímica, Rafael Beverido Lomelín, firmó con Mexichem el memorándum de entendimiento para entregarle la planta de Clorados III.
El documento, cuya copia obtuvo Proceso, así como los memorándums de entendimiento de septiembre de 2007 y de enero de 2008 –que reveló la ASF– existían, incluyendo el Manual de Operación del 15 de noviembre de 2011. Los documentos muestran que la entrega del complejo petroquímico al banquero Del Valle se hizo el 10 de septiembre de 2013 –durante la administración de Peña Nieto–, con la firma de la entrega final.
Pemex Petroquímica pidió a la empresa Oxy Vinyls una evaluación de la planta de Clorados III –que había sido saneada con la ampliación de 2001 y 2003–, y que dicha evaluación se entregara a Mexichem para que ésta hiciera su propuesta de compra.
Así, en lugar de entregar la evaluación a Pemex-Petroquímica, el gobierno pidió que se enviara a la empresa de Del Valle. Según las declaraciones de ambas partes, durante 2008 “el tecnólogo” de Oxy ­Vinyls realizó una evaluación operativa de la planta Clorados III y entregó a Mexichem los documentos titulados: Pemex Pajaritos VCM III Plant Assessment y Capital Project Budgetary Investment Estimates, en lo sucesivo Evaluación 2008.
Ambas partes –Pemex-Petroquímica y Mexichem– se obligan mantener en secrecía durante 10 años el memorándum “y toda información relacionada con el mismo”.
Mexichem establece que “es productor de cloro y de plicloruro de vinilo (PVC), que requiere el incremento en la producción de cloruro de vinilo (VCM) para estar en posibilidad de integrar la cadena de cloro hasta PVC, tal y como lo realizan los principales productores de PVC en el mundo, siendo así más rentable. Por lo tanto, ha considerado integrar dicha cadena en México”.
Los firmantes reconocen también “la necesidad de alentar la industria nacional a través de la integración de la cadena cloro-VCM-PVC… necesidad de realizar inversiones en equipo y tecnología para incrementar producción… hacer negocios rentables bajo un entorno de mercados abiertos a la libre competencia para no correr el riesgo de cerrar sus respectivas instalaciones en el país”.
En la ampliación de Clorados III (2001-2003) se planteó aumentar la elaboración de cloruro de vinilo a 405 mil toneladas por año. Con dicho memorándum, Mexichem se comprometía a invertir 60 millones de dólares, recuerda la diputada federal Rocío Nahle, que ha trabajado en Pemex-Petroquímica.
Venta a modo
Tanto Nahle como el ingeniero De la Cruz cuestionaron que Pemex-Petroquímica aceptara que Oxy Vinyls, encargada de hacer la evaluación de Clorados III, entregara a la postora Mexichem el documento de 2008.
Oxy Vinyls dijo lo que necesitaba la planta y, con base en ello, Mexichem hizo la propuesta de compra años más tarde.
En el sexenio de Felipe Calderón se intentó todo para concretar la entrega de Pajaritos a Antonio del Valle. El 20 de octubre de 2011 la entonces Comisión Federal de Competencia autorizó “la concentración de la cadena productiva” y el 9 y 17 de noviembre de ese año tanto Pemex como Pemex-Petroquímica “recomendaron a sus consejos de administración aprobar” la alianza estratégica entre Mexichem y Pajaritos.
Ya echada a andar la entrega, el 15 de noviembre de 2012, 16 días antes de que Enrique Peña Nieto llegara a Los Pinos, el gobierno de Calderón elaboró el Manual de Operación de la sociedad tomando como base las necesidades que la misma Oxy Vinyls elaboró en 2008.
Esa firma, al igual que OxyChem, forma parte de la Occidental Petroleum Corporation. De manera coincidente, el 30 de julio de 2012 Mexichem anunció que crearía una empresa conjunta con OxyChem para producir 500 mil toneladas al año de etileno y así garantizar el suministro a largo plazo para producir PVC.
El CPP produce etileno, Mexichem (que esta frente al complejo) produce cloro. La mezcla de etileno y cloro genera cloruro de vinilo, materia que se requiere para producir PVC.
Ante la pregunta de por qué se le encargó a Oxy Vinyls la evaluación de la planta de Clorados III en 2008, el ingeniero De la Cruz explica que Geon Co., es el dueño de la patente de las plantas de los clorados. Aclara también que “después de que Geon tuvo problemas económicos, lo absorbió Oxy Vinyls, por ello le correspondió a ésta hacer la evaluación, porque Pemex-Petroquímica está obligado a recurrir al dueño de la patente, pero no a entregar los resultados de la evaluación a Mexichem”.
A diferencia de los 60 millones de dólares que Mexichem se comprometió aportar en 2009 si se quedaba con Pajaritos, en el Manual de Operación del 15 de noviembre de 2011 se habla de 200 millones.
La sociedad que finalmente se firmó el 10 de septiembre de 2013 tuvo, para Mexichem, un costo de 3 mil millones de pesos, e incluyó la planta de Clorados III, la de etileno, los turbogeneradores de energía eléctrica y vapor, así como los Servicios Auxiliares y almacén de VCM.
La sociedad entre Mexichem y Pemex-Petroquímica dio origen a la empresa Petroquímica Mexicana de Vinilo, dada de alta en España, donde 58.5% es propiedad de Mexichem y 41.5 % de Pemex.
En la página cuatro del Manual –activos que participan en la sociedad– se establece:
“Todos los activos del Complejo Petroquímico Pajaritos, excepto los que se indican en el punto 3.2. El alcance incluye las instalaciones de proceso que comprenden las plantas de producción de etileno, de monómero de cloruro de vinilo (VCM), de producción y distribución de servicios auxiliares, tratamiento de efluentes, así como los edificios, talleres, vialidades internas, racks de tuberías y demás infraestructura necesaria para la producción y almacenamiento de etileno y VCM, las instalaciones y patios de vías para el embarque de VCM en carros tanque e infraestructura para el envío de VCM a la terminal marítima.”
De acuerdo con el ingeniero De la Cruz, la venta de todo el CPP en 3 mil millones de pesos fue una ganga, pues tan sólo la ampliación de Clorados III, a inicios de 2001, tuvo un costo de 3 mil millones de pesos; en servicios auxiliares se pagaron mil 500 millones de pesos; por cuatro tanques de almacenamiento de cloroetano, 40 millones; por tres de cloruro de vinilo, 75 millones, y en turbogeneradores se invirtieron 289 millones.
En total, la cifra es cercana a los 5 mil millones de pesos; es decir Mexichem pagó 60% del costo de lo que invirtió Pemex aquellos años. Por si fuera poco, la empresa de Del Valle se comprometió a invertir 87 millones de dólares sólo en la planta de Clorados III. Hasta el 20 de abril pasado no lo había hecho, reitera De la Cruz.
En la revisión de la cuenta pública de 2013, la ASF confirma fallas en los equipos al explicar por qué no se alcanzó la producción estimada: “No obstante, por la antigüedad y las condiciones físicas de las plantas, la producción programada en ese periodo se afectó por fallas en los equipos de la planta de Clorados III en la sección de pirólisis en los vaporizadores y en los hornos”.
FUENTE: PROCESO
AUTOR: JESUSA CERVANTES
LINK: http://www.proceso.com.mx/439577/pajaritos-la-detallada-historia-una-venta-amanada