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lunes, 26 de marzo de 2018

México ante la encrucijada electoral

En tiempos de populismos de distinto color y aroma, la derechización o, mejor dicho, la desizquierdización del mundo como fenómeno general opera desplazamientos específicos en distintas regiones y países y produce recomposiciones de los clivajes entre derecha e izquierda, categorías relativas y escurridizas pero que permiten situar y caracterizar a las fuerzas políticas en la línea reacción-conservación-reformas-revolución en relación con su ideario, sus propuestas y sus referentes sociales.

domingo, 21 de enero de 2018

‘El servilismo, gran pecado de Peña y Meade; la terquedad, el de AMLO; Anaya trae algo del PAN corrompido; el pecado de Margarita es Calderón’: Solalinde

El sacerdote colaboró con la antropóloga Ana Luz Minera en la realización del libro ‘Solalinde. Los migrantes del sur’.

Desde hace varios años el sacerdote católico Alejandro Solalinde se dedica a apoyar a los miles de migrantes centroamericanos que cruzan México en busca de llegar a Estados Unidos. Sorteando cualquier cantidad de obstáculos, algunos interpuestos por las autoridades, otros por organizaciones criminales, el clérigo ha impulsado la creación de albergues y mecanismos de apoyo para los viajeros.

miércoles, 17 de enero de 2018

La democracia como lucha: 1968 – 1988 – ¿2018?

El año que comienza se anuncia peligroso ya que abrirá las compuertas de la disputa por el poder y el aparato estatal. En un país en donde imperan la corrupción y la violencia, ello significa abrir una caja de pandora. Pero la violencia y la corrupción no son plenamente soberanas en México, y no porque haya contención institucional o existe algún tipo de pacto social. De hecho, en buena medida, las instituciones públicas han sido sometidas a la lógica y los intereses de la acumulación capitalista lícita e ilícita desde los tiempos largos del PRI-régimen y, aún más, en la descomposición de la clase política y el saqueo de lo público y lo común que vivimos actualmente. Pero las clases dominantes mexicanas nunca fueron omnipotentes en su ejercicio violento, corrupto y explotador del poder porque, frente a ellas, se erigieron y se erigen resistencias, se levantan luchas y se enarbolan propuestas y prácticas alternativas.

domingo, 14 de enero de 2018

‘Si hubiera un Mundial de gobernantes, México no calificaría’: Roberto Gómez Junco

El ex futbolista y hoy analista de ESPN debuta como escritor con la novela ‘El ilustre pigmeo’.

Roberto Gómez Junco fue un medio campista fuera de lo común. No sólo porque sus atributos deportivos, también porque entre concentración y concentración siempre encontraba tiempo para leer. Durante sus trece años como futbolista militó en el Atlético Español, Toluca, Chivas y Tigres de la UANL. Una vez retirado se convirtió en uno de los mejores analistas del balompié. Y ahora debuta como novelista con El ilustre pigmeo (Editorial Font), donde recupera la historia de su bisabuelo, Celedonio Gómez Junco para mezclarla con reflexiones acerca del futbol.

martes, 9 de enero de 2018

Pintas en Venezuela vinculan a AMLO con el chavismo y generan tendencia en redes; priistas “sacan raja”

Una nueva técnica de “guerra sucia” electoral que va de las calles de ciudades venezolanas a las redes sociales inició desde hace días.

El portal antichavista www.venezuelaaldía.com informó que en Caracas, Barquisimeo, Marcaibo, Valencia y Maracay aparecieron murales a favor de Andrés Manuel López Obrador, precandidato presidencial de Morena, “aliada al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y que aparentemente busca implantar las doctrinas de Chávez en país azteca”.

domingo, 7 de enero de 2018

El futuro

Este año contiene, por razones electorales, la pregunta por el futuro. De un lado, el carácter enigmático del 2018 y su rasgo inaugural. Son dos formas de concebir un mismo año que se desenrollará frente a nuestros ojos.

jueves, 21 de diciembre de 2017

Ley de seguridad y estado de excepción

En sentido estricto, el estado de excepción, dice Giorgio Agamben, “es la respuesta inmediata del poder del Estado a los conflictos internos más extremos”. Desde que al inicio de su mandato Felipe Calderón sacó al ejército a las calles y, definiendo al narcotráfico como un asunto de seguridad nacional, decretó la guerra contra él, instauró esa excepcionalidad en nuestro país y con ella una guerra civil que al día de hoy no sólo ha cobrado centenas de miles de asesinados, desaparecidos y desplazados, sino que de facto nos ha desposeído de nuestras libertades personales: pese a que nuestros derechos están vigentes en la Constitución, en la realidad carecemos de ellos: desde hace 12 años se asesina, se extorsiona, se desparece a las personas y reina el terror, bajo la complicidad del Estado con los grandes intereses económicos, sean ilegales –los del narcotráfico y el crimen organizado– o legales –los de las grandes trasnacionales.

viernes, 29 de septiembre de 2017

Manipulación priista de la desgracia

Para buscar atronadores aplausos, el PRI ha propuesto que se cancele total y definitivamente el financiamiento público de los partidos políticos y se recorte la representación proporcional en el Congreso de la Unión.

En un momento en el que el partidismo en general y los partidos políticos, como entidades individuales, sufren descrédito, repudio e incluso descomposición, el PRI (léase Enrique Peña Nieto) ha decidido pegar un grito para que se escuche bien que él y su gente están del lado de los más resueltos demoledores del sistema de partidos, pero ahora bajo la atroz cobertura de ayudar a los damnificados. Sin embargo, ese discurso no le va a quitar al Revolucionario Institucional su condición de partido más repudiado del país. Lo que busca Peña es poner a otros partidos contra la pared, aunque sea dudoso que lo pueda lograr.

domingo, 9 de julio de 2017

Raquitismo electorero

A dos meses de que se inicie oficialmente el proceso electoral federal de 2108 (error escrito de Proceso, en realidad es 2018) la atención está centrada en el juego de adivinanzas sobre quién ganará la Presidencia, quiénes serán los candidatos de los principales partidos y los independientes, cuáles serán las alianzas que permitirían derrotar al candidato puntero o al partido en el gobierno. El punto central es si el PRD decidirá aliarse con el PAN o si el patriarca de Morena absolverá al menguante Sol Azteca para lograr una alianza de la pulverizada izquierda mexicana. Paralelamente, la ambición desbocada de los presuntos presidenciables ha desatado una ola de rencillas intestinas en los partidos que amenaza con fracturar la debilitada estructura de esas entidades que han dilapidado el interés público derivado del artículo 41 de la Constitución. Al mismo tiempo, la confianza ciudadana en las instituciones responsables de dotar de legitimidad a las elecciones está igualmente diluida.

viernes, 23 de junio de 2017

El racismo como política migratoria del gobierno estadounidense

Yo veo que allá en EU, los migrantes no valemos nada, nos maltratan, nos discriminan, nos explotan, ahí no hay futuro para nosotros los mexicanos.

Juan Sánchez, migrante mexicano

Mucho del discurso de la política migratoria es maniqueo y perverso.

Se basa en estereotipos discriminatorios y tendenciosos,

donde el migrante es visto como un transgresor de la ley,

mientras deliberadamente se omite que es un trabajador explotado,

carente de prestaciones, seguridad social y sin derechos,

y que, sobre todo, incrementa la riqueza de los empleadores y las empresas…

domingo, 11 de junio de 2017

La violencia en la “era del show”

Lo que vivimos en México en cuanto a asesinatos, desapariciones, tortura y corrupción, es espantoso. Pero lo es más ver que esa realidad se va volviendo parte de nuestra cotidianidad. Podemos hacer convivir nuestra vida diaria –trabajar, ir al cine, tomarnos unas copas con los amigos– con los crímenes más abyectos, como lo hizo la mayoría de los ciudadanos alemanes bajo el nazismo. Ciertamente nos indignamos –aún las reacciones humanas no se han extinguido del todo–; somos incluso capaces –como sucedió en el caso del asesinato de mi hijo Juan Francisco y de sus amigos o de los muchachos de Ayotzinapa o el del asesinato de Javier Valdez– de unir nuestras fuerzas y salir a protestar y a buscar una solución. Pero pasada la catarsis, la mayoría vuelve a un estado de normalidad, diluyendo su indignación en la ilusión de que con los procesos electorales algo cambiará.

domingo, 28 de mayo de 2017

Fue el Estado

Cuando K., el personaje de Franz Kafka, llega a trabajar como topógrafo para el Estado, imagina que el Castillo en el que se asienta su poder debe ser señorial y majestuoso. Pero no lo ve, “mira a las alturas que parecen vacías”. Finalmente, el hueco de la nieve se disipa y K., lo puede ver, pero no le parece más que un caserío de dos pisos; “un villorrio miserable”.

El poder, sin embargo, está presente desde que pregunta por su contrato del que nadie sabe y todo mundo sospecha. Él, que vive “en el destierro de estar afuera de todo asunto público”, es visto por los aldeanos como un vagabundo –lleva sólo un jergón que usa como almohada y una vara para medir– cuyas intenciones no son transparentes y, también, como un niño que “entiende todo al revés”.

sábado, 27 de mayo de 2017

Contraproductividad de las partidocracias

Para Miriam Rodríguez Martínez y Javier Valdez, otras víctimas más de la imbecilidad y la corrupción de las partidocracias y el Estado.

La contraproductividad es un término acuñado por Iván Illich en los años setenta del siglo pasado. Se refiere al hecho de que pasados ciertos umbrales, el funcionamiento de u­na institución –lo mismo que el de u­na herramienta– genera fines contrarios para los que fue creada. Bajo esa premisa y a maneras de ejemplo, Illich tomó los casos de la escuela (La sociedad desescolarizada), la energía y el transporte (Energía y equidad) y la medicina (Némesis médica) para demostrarlo. Este descubrimiento del funcionamiento de las sociedades modernas de servicio puede aplicarse también a los partidos políticos.

sábado, 11 de marzo de 2017

Los problemas con los silbantes se deben a un tema cultural: Palencia

Juan Francisco Palencia, técnico de los Pumas de la UNAM, afirmó que muchas situaciones que suceden con los árbitros de la liga mexicana se deben a un tema cultural, pues apuntó que en el país se considera pecado tocar a los silbantes.

Sin justificar las recientes agresiones hacia los nazarenos, el timonel auriazul explicó que en México la relación entre jugadores y árbitros es muy diferente a la que se da en ligas de Sudamérica y Europa.

“Jugué contra equipos sudamericanos, con arbitrajes de esa región, en Europa también, y la cultura es diferente; aquí estamos acostumbrados a que no puedes siquiera dialogar con el silbante o tocarlo, porque ya es un pecado.

viernes, 10 de febrero de 2017

Regresión en materia de derechos de las audiencias

Los concesionarios de radio y televisión, entre otros grupos de poder, lanzaron una oleada de censuras al Instituto Federal de Telecomunicaciones por sus lineamientos para la defensa de las audiencias. El Ejecutivo y el Senado cerraron la pinza con sendas controversias constitucionales contra esa norma, que debía entrar en vigor el próximo jueves 16. El IFT, “por prudencia”, pospuso la entrada en vigor de las medidas que la sociedad civil logró incluir en la pasada reforma de telecomunicaciones para proteger los derechos a la información y a la libertad de expresión.

Con una furia y consistencia que no se habían visto antes, los concesionarios de radio y televisión agrupados en la CIRT, los principales comentaristas y periodistas que trabajan en esta industria, más senadores, alcaldes, gobernadores, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, empresarios y hasta la arquidiócesis capitalina sumaron sus voces para descalificar los Lineamientos Generales sobre la Defensa de las Audiencias que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) dio a conocer desde el 21 de diciembre de 2016 y que debían entrar en vigor el próximo jueves 16.

Las críticas más difundidas fueron que estos lineamientos “violan la libertad de expresión”, constituyen “censura previa” y son una extralimitación de las funciones y atribuciones del IFT porque establecen, entre otras cosas, la obligación de diferenciar opinión de información, distinguir la publicidad del contenido programático, establecer requisitos y procedimientos para el registro de defensores de audiencias en cada estación, obligan también a elaborar códigos de ética tanto entre programadores y concesionarios de radiodifusión como de televisión restringida, así como a realizar “campañas integrales de alfabetización mediática”.

Producto de una larga consulta de dos años entre los principales involucrados, los lineamientos también reglamentan la facultad de “la suspensión precautoria de transmisiones establecidas en la ley” y el establecimiento de multas para quienes incumplan.

La campaña contra el IFT fue tan intensa que hasta alcaldes de Jalisco, pertenecientes a Movimiento Ciudadano, aparecieron en los noticiarios de Televisa y de TV Azteca opinando sobre las “amenazas a la libertad de expresión” que representaban los lineamientos de defensa de los derechos de las audiencias.

En el Senado, los legisladores Zoé Robledo, del PRD, y Mariana Gómez del Campo, del PAN –respectivamente presidente y secretaria de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía–, opinaron que había una “imposibilidad material” de cumplimiento para que los concesionarios puedan diferenciar noticia y opinión, por lo que se pronunciaron por “alcanzar un equilibrio entre la libertad de expresión y los derechos de las audiencias”.

De manera sorpresiva, el consejero jurídico de la Presidencia, Humberto Castillejos, y el vocero del gobierno de la República, Eduardo Sánchez, anunciaron el 31 de enero que el Poder Ejecutivo determinó promover una controversia constitucional contra los lineamientos del IFT en materia de defensa de las audiencias, ya que contiene “vicios de origen” basados en leyes que considera inconstitucionales.

La controversia del Ejecutivo es contra el Congreso, que aprobó su reforma de telecomunicaciones y, en específico, contra ocho artículos que regulan las medidas adoptadas sobre el derecho de las audiencias.

Castillejos afirmó en conferencia de prensa que el IFT, al emitir dichos lineamientos, “invadió facultades exclusivas” del presidente de la República. Argumentó que la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión “no debió darle facultades al IFT de regular un derecho humano, el derecho de las audiencias”, y que “cualquier regulación de los derechos de las audiencias debe estar prevista en la ley, en términos del artículo 89”.

El miércoles 1, el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Pablo Escudero, presentó otra controversia en la que advierte que el IFT “invadió la esfera de competencias” del Congreso de la Unión para normar los derechos de las audiencias, en virtud de que vulnera los principios pro persona y de interdependencia, indivisibilidad y progresividad de los derechos humanos.

Además, el Senado afirmó en su controversia que el IFT invade la competencia electoral, establecida en el artículo 41 constitucional, al no distinguir la publicidad comercial de la publicidad de partidos políticos y autoridades electorales.

Para sorpresa de la mayoría de los especialistas y observadores, el pleno del IFT determinó el mismo miércoles 1 postergar la entrada en vigor de los Lineamientos Generales sobre la Defensa de las Audiencias hasta agosto de este año, ya que “la prudencia dicta” que así debe actuar.

La decisión provocó una votación dividida de cuatro votos a favor y tres en contra en el pleno del IFT. Las comisionadas Adriana Labardini y Elena Estavillo, así como el comisionado Adolfo Cuevas, votaron en contra de la mayoría.

El comunicado del IFT afirma que, “considerando la importancia de esta nueva regulación y su aplicación efectiva, no debe existir duda sobre su apego a la Constitución”, y que, “tomando en cuenta el tiempo que regularmente toma este tipo de procesos judiciales”, decidieron diferir hasta agosto de 2017 la entrada en vigor de los lineamientos.

Las controversias

En entrevista con Proceso, la comisionada Adriana Labardini afirma que la decisión no estuvo “debidamente fundada y motivada”, ya que las controversias del Ejecutivo y del Senado ni siquiera se les habían notificado a los integrantes del IFT de manera formal y sólo tenían “conocimiento a través de los medios”.

Subraya que, de acuerdo con el artículo 28 constitucional aprobado por el Congreso de la Unión, le corresponde al IFT regular los derechos de las audiencias y de los usuarios, dos elementos nuevos que se incorporaron en los artículos 6 y 7 de la Constitución durante la reforma de telecomunicaciones.

Abogada y especialista en derechos de las audiencias, Labardini recuerda que este debate ya lo resolvió la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en su sentencia 117/2014, cuando los ministros por unanimidad determinaron que el IFT tiene facultades para regular no sólo las funciones técnicas y económicas del sector, sino también los derechos derivados de los artícu­los 6 y 7 constitucionales.

El ministro ponente de aquella sentencia fue Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y resolvió sobre la controversia interpuesta por el entonces presidente del Senado, Miguel Barbosa, en contra de los lineamientos del IFT sobre la portabilidad numérica, es decir, la posibilidad de que el usuario de telefonía pueda conservar el mismo número al cambiarse de empresa concesionaria.

El 2 de enero de 2015 la SCJN resolvió, entre otros puntos fundamentales, que el IFT conforma “una pieza clave de una nueva ingeniería constitucional, cuyo propósito es ampliar el umbral de protección de los derechos de libertad de expresión y acceso a la información en los sectores de telecomunicaciones y radiodifusión”.

El máximo tribunal estableció desde ese momento que el IFT tiene “una doble función: regular las cuestiones técnicas y económicas del sector, así como los derechos humanos de expresión y acceso a la información en la actual época de las tecnologías”. Esa doble responsabilidad le otorga al instituto “poderes quasi legislativos, quasi ejecutivos y quasi judiciales”, según la sentencia, cuya copia tiene Proceso.

Con dicho antecedente, la comisionada Labardini subraya que “no debe existir duda alguna sobre la legalidad y la constitucionalidad de las decisiones del IFT”. Por ese motivo, señala, el IFT no debió suspender los lineamientos “por prudencia”, sino mantenerlos hasta que la SCJN decidiera sobre las dos controversias.

“¿La prudencia para qué y para quién? –cuestiona–. Lo prudente es no dejar en el limbo los mecanismos para garantizar el ejercicio efectivo de los derechos de las audiencias, como son los códigos de ética o las defensorías de las audiencias que establecen los lineamientos. Me preocupa que nosotros mismos, como integrantes del IFT, tengamos dudas sobre los elementos de legalidad o ‘regularidad’, como dijo el acuerdo que votamos.”

–¿Qué sería lo más prudente y legal en este caso? –se le pregunta.

–Mi prudencia me indica que no debe privarse a las audiencias de los lineamientos. Además, este procedimiento de controversia constitucional está reglamentado por la ley secundaria del artículo 105 constitucional, y en el artículo 14 de esta ley dice que si vas a impugnar una ley de carácter general, la SCJN no puede suspender su aplicación.

–El comunicado del IFT no habla de suspender, sino de postergar la entrada en vigor.

–Técnicamente no es una suspensión, pero de facto opera como tal. Cuando se discutieron los lineamientos sobre portabilidad numérica, nunca se suspendieron aunque la SCJN discutía la controversia constitucional. Es grave cuando tú como órgano autónomo suspendes una norma que nadie ha declarado inválida.

–¿Durante el proceso de consulta los concesionarios no se quejaron de los lineamientos? ¿Por qué esperaron hasta que entraron en vigor?

–Desde las consultas, en agosto de 2015, la CIRT dijo que al menos 10 puntos de los lineamientos deberían ser causal de controversia constitucional. Claro que lo dijeron, pero ellos no pueden interponer una controversia; es necesario que sea otro poder.

“Los concesionarios de la radio y la televisión en las consultas no han querido nada: no quieren más estaciones de radio, no quieren disminuir de 800 a 400 Mhz el ancho de banda, no querían pagar las prórrogas a sus concesiones; no querían, por supuesto, los lineamientos de defensa de las audiencias.

“El Ejecutivo y el Senado están en todo su derecho de acudir a la SCJN, pero lo importante es advertir si se trata de revisar las facultades del IFT o de quitarle el corazón al instituto como órgano que regule también los derechos de las audiencias y los derechos de los usuarios de telecomunicaciones.”

Las comisionadas Labardini y Estavillo fueron las únicas comisionadas que votaron contra el dictamen del IFT en el cual se consideró que Televisa no tenía poder sustancial en el mercado de televisión restringida. Un tribunal especializado le dio la razón a empresas que promovieron un amparo contra este dictamen y el IFT tendrá que rehacer ese documento.

La autonomía del IFT, en juego

Las reacciones en contra del voto del IFT se sucedieron enseguida. El excomisionado presidente de la Cofetel Mony de Swaan publicó en su cuenta de Twitter que “si los actuales comisionados hubieran tenido que luchar por facultades que hoy tienen, las defenderían con más dignidad. Gracias, comisionadas… Perderán votaciones, pero no la congruencia ni la honestidad”.

Antes de esta votación, la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi) reiteró en un comunicado que los lineamientos no deben suspenderse y que el IFT tiene que refrendar sus facultades como regulador.

La Amedi recordó que cuando el Ejecutivo federal presentó la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones y radiodifusión, la iniciativa no contenía los derechos de las audiencias.

“El hecho de que éstos hayan quedado plasmados en la versión final del artículo sexto constitucional constituye un logro de la sociedad”, afirmó la agrupación, que ha enfatizado la necesidad de avanzar más en materia de derecho a la información y libertad de expresión.

Para la Amedi, las controversias del Ejecutivo y del Senado “resultan extrañas” porque “pareciera que los legisladores no saben lo que discuten y aprueban”. Además, argumenta que fue el Ejecutivo el que propuso “dos de los derechos de audiencias que más han sido atacados”, es decir, la necesidad de distinguir entre opinión e información en los medios concesionados.

“Los que ahora acuden a la SCJN ponen en entredicho la autonomía del IFT, un organismo que ha sido reconocido internacionalmente”, advierte la asociación.

Al respecto, la excomisionada de Cofetel y experta en telecomunicaciones Clara Luz Álvarez subraya que el descontento de los concesionarios se originó por “el cambio en las prácticas comerciales de vender publicidad incorporada dentro de la programación, sin identificarla”.

Tanto Álvarez como la exfuncionaria del ramo Irene Levy, en sus análisis publicados en medios impresos y digitales, advierten que en países como Gran Bretaña la regulación de los derechos de las audiencias es más rígida, pues se prohíbe insertar publicidad en los contenidos informativos. En Estados Unidos se penaliza a los concesionarios que incluyan publicidad en los contenidos de programas infantiles.

En España y Alemania están claramente establecidas las limitaciones de concentración de medios, para garantizar el pluralismo y la diversidad mediática como uno de los principales derechos de las audiencias.

La asociación A Favor de lo Mejor de los Medios también se pronunció en desplegados periodísticos por “conservar los derechos que ganamos las audiencias”, como son “recibir información plural y veraz, contar con defensores, conocer los códigos de ética, promover el interés superior de la niñez, la protección para los niños en horarios pertinentes y reconocimiento de las personas con discapacidad, entre otros.

“Es aspiración de las audiencias contar con medios de comunicación diversos, con ópticas y editoriales distintas, información objetiva y contenidos de mayor calidad”, abundó la asociación.

De igual forma, A Favor de lo Mejor expresó su preocupación de que las controversias interpuestas por el Ejecutivo y el Senado se dirijan “contra las facultades del IFT que ellos mismos le otorgaron”.





Fuente: Proceso
Autor: Jenaro Villamil
http://www.proceso.com.mx/473386/regresion-en-materia-derechos-las-audiencias

martes, 31 de enero de 2017

El negocio “indocumentado” de Trump en México

En plena ofensiva inaugural del gobierno de Donald Trump, Jaime Martínez Veloz, comisionado para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México, amplió el miércoles 25 la denuncia que interpuso contra el magnate inmobiliario en octubre pasado ante la PGR por presunta defraudación fiscal y falta de documentación al construir y promover un complejo residencial de lujo en Baja California. El funcionario explica en entrevista que es un acto jurídico personal, pero puede servirle al Estado mexicano para equilibrar la negociación con el presidente de Estados Unidos.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Hubo un tiempo en que Donald Trump amaba a México: hace una década, cuando promovía un complejo residencial de superlujo en Baja California.

“Una de las cosas que más amo de este proyecto es que está en Baja, México”, decía Trump en un video en que publicitaba la venta de 526 departamentos –distribuidos en tres torres– en Punta Bandera, Tijuana, a 16 kilómetros de la frontera con Estados Unidos, el país que ahora gobierna.

“Estoy muy orgulloso de que cuando construyo hay inversionistas que me siguen, invierten en mí, invierten en lo que creo. Por eso estoy tan emocionado acerca del Trump Ocean Resort, y esto va a ser muy, muy especial.”

Ivanka Trump también fue promotora del negocio de su padre, asociado a la empresa inmobiliaria Irongate: “Están desarrollando un resort de clase mundial, acorde con la compañía Trump. Yo personalmente estoy muy emocionada acerca de eso: de hecho, escogí comprar una unidad en la primera torre”.

El amor se desvaneció y ahora Trump como presidente de Estados Unidos embiste a México, pero también enfrenta, precisamente por ese negocio en Baja California que defraudó a más de 200 compradores, una investigación de la Procuraduría General de la República (PGR) que lo coloca en la hipótesis de ser enjuiciado bajo leyes mexicanas.

El mismo día en que Trump emitió la orden ejecutiva para la construcción del muro en la frontera con México, el miércoles 25, Jaime Martínez Veloz, alto funcionario de la Secretaría de Gobernación y avecindado en Tijuana, amplió la denuncia que presentó contra Trump el 29 de octubre de 2016, por presunta defraudación fiscal, según el expediente FED/BC/TIJ/000958/2016.

Esta acción coincidió con la visita de la delegación de México a Washington, encabezada por el canciller, Luis Videgaray, y el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, quienes según Martínez Veloz debieron regresar al país en protesta por la decisión de Trump de construir el muro y otras acciones contra migrantes mexicanos. “No existe justificación alguna para que estuvieran ese día en ese lugar”, dice.

La ampliación de la demanda es por la supuesta violación del artículo 27 de la Constitución de México, las leyes migratorias, la Ley de Inversión Extrajera y las que resulten cuando Trump fue promotor del lujoso desarrollo en Baja California que colapsó en 2009, cuando él se deslindó de toda responsabilidad financiera alegando que sólo prestó su nombre a Irongate para la promoción de ventas, que incluyó un anuncio espectacular donde se edificaría la obra.

Sin embargo, Martínez Veloz, el demandante, advierte que Trump obtuvo cerca de 60 millones de dólares en ventas, “sin llevar a cabo ninguna obra y mucho menos cumplir con sus obligaciones fiscales, ya que de dicha cantidad el señor Trump no entregó al fisco mexicano ningún peso con motivo de las compraventas y el dinero adquirido por las ventas anticipadas de los condominios ofertados”.

La ampliación de la demanda establece que Trump tampoco tramitó licencia de construcción ni permisos de urbanización en el municipio de Tijuana, por lo que no pagó nada para construir el complejo turístico, pero además carecía de visa de negocios para realizar legalmente esas actividades en México.

Según la denuncia presentada por el comisionado para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México, de la Secretaría de Gobernación, Trump también violó el artículo 27 de la Constitución, que prohíbe a los extranjeros adquirir el dominio directo de tierras y aguas en 100 kilómetros a lo largo de las fronteras y 50 kilómetros en las playas, salvo que la Secretaría de Relaciones Exteriores lo autorice mediante un fideicomiso.

“Es por lo anterior que si la Secretaría de Relaciones Exteriores no expidió permiso alguno para constituir un fideicomiso a favor de Donald John Trump y/o Ivana Trump y/o Irongate de Los Ángeles y/o Trump Ocean Resort Baja México, esto quiere decir que lo hicieron en un marco de ilegalidad y de probables hechos constitutivos de algún delito.”

Es por eso que Martínez Veloz solicita a la PGR que continúe con la investigación y solicite a la Interpol que localice a Trump para que sea presentado “por las vías diplomáticas” a rendir su declaración ministerial y, una vez agotada la investigación, solicitar la orden de detención en su contra.

Trump como mafioso

Exdiputado federal priista y del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Martínez Veloz no oculta que la denuncia contra el presidente de Estados Unidos no es sólo de carácter legal: “Es, naturalmente una respuesta con elementos jurídicos, pero también es una respuesta política a la actitud beligerante de Trump”.

La idea de presentar la denuncia, dice, le vino cuando Trump empezó a agredir a México y a hablar de construir el muro. Comenzó a revisar los requisitos para construir el complejo residencial en Tijuana, del que él supo como residente en ese municipio y comprobó, mediante solicitudes de información, que no pagó al fisco, ni siquiera los permisos de construcción, por lo que presentó la denuncia.

Y al seguir investigando y allegarse información, también mediante solicitudes con base en la Ley de Transparencia, descubrió también que Trump y Irongate, la empresa con la que se asoció, habían violado la Constitución y otras leyes.

“Nos íbamos a esperar para la ampliación, pero el martes Trump anuncia que va a firmar el decreto para el muro y que debemos pagarlo. Lo que hicimos esa noche fue apresurarnos y con la información que tenemos interponer la ampliación de la denuncia, como una respuesta puntual a un hecho y a una agresión contra México como nunca en la vida había visto de parte de una nación hacia nuestro país.”

Se ofuscó, dice, porque para financiar la construcción del muro Trump amenazó imponer un impuesto a las empresas que exporten a Estados Unidos. “No hay ningún elemento jurídico de él para cobrar el muro ni para para imponerles un impuesto de esta naturaleza a las empresas. Está actuando con los criterios del crimen organizado de cobrar el derecho de piso”.

–¿Tiene viabilidad esta denuncia o es sólo una acción político-mediática contra Trump?

–Tomar la decisión siendo un ciudadano fronterizo, conociendo las implicaciones que esto tiene, la forma en como ellos operan, muchas veces gansteriles, conlleva una decisión de vida. No es protagonismo. Pero están las condiciones dadas para que las autoridades actúen.

La propia investigación, dice, podría servir al gobierno de Enrique Peña Nieto para que pueda negociar en condiciones de equidad y de igualdad.

“Él dice que ha sido totalmente de­sigual e injusta la relación de Estados Unidos con México. Entonces que explique los procedimientos jurídicos y económicos que realizó para desarrollar sus negocios en México. Él dice que prestó solamente el nombre. Pero no es una hermanita descalza, no lo prestó por prestar, eso le generó un ingreso.”

Recuerda que, según afirmó Trump, Irongate lo estafó, pero se trata de una compañía estadunidense. “Y eso es una mentira, porque Irongate y él siguieron haciendo negocios. Más aún: que diga cuáles impuestos pagó y qué trámites realizó para promover un negocio de esta naturaleza. Que no se salga por la tangente”.

Añade: “¿Podemos nosotros hacer lo mismo en su país sin visa de negocios y no hay problema? ¿Podemos ir a promover el negocio inmobiliario, la venta de bicicletas y de productos y no hay problema? No. El que no tiene visa de trabajo y hace eso va a la cárcel. Entonces con qué autoridad moral está diciendo que va a sacar a los indocumentados cuando él, al menos hasta hoy, con todas las evidencias que tenemos, trabajó en forma indocumentada en nuestro país”.

–¿Él o su personal?

–Y él mismo. Ahí estaban los anuncios espectaculares en los terrenos donde se iba a hacer el desarrollo y en televisión. Aparecía su imagen, la de él y de su hija. Y está la voz de él diciendo que vinieran a Baja.

Osorio no sabía

No es la primera vez que Trump está envuelto en un litigio en México: También en 2006 se asoció con la empresa Comercializadora Ronac, del empresario Rodolfo Rosas Moya –vinculado al entonces gobernador Félix González Canto– para realizar en México el concurso Miss Universo en 2007, pero terminaron peleados y el litigio prevalece.

En 2008, un proyecto de Trump para el complejo de lujo de Punta Arrecifes Resort, en Cozumel, se canceló luego de que los hijos del magnate, Donald Jr., e Ivanka, se reu­nieron con el alcalde panista de Cozumel, Gustavo Ortega Joaquín, quien les pidió 20 millones de dólares de “moche” para cambiar el uso de suelo (Proceso 2058).

Quizá la demanda de Martínez Veloz sea la primera directa contra Trump, y según él no tuvo conocimiento previo de la misma su jefe, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, identificado como aspirante presidencial.

–¿Lo consultó con Osorio Chong?

–No, con nadie, porque es una decisión personal, de vida. Si esto implica un costo, lo pago. También tengo que decir que hasta hoy no tengo ninguna llamada de atención. Han sido respetuosos de mi postura, porque siempre trato, en todas mis acciones dentro de la institución y fuera, de conducirme con el respaldo de los instrumentos jurídicos y con la información objetiva y fundada de los temas que estoy tratando.

De hecho, para no dar lugar a interpretaciones, ni siquiera ha buscado a Osorio para tratar asuntos de su competencia, como son entre otros los conflictos sociales en zonas indígenas que él debe atender. Se trata de una iniciativa personal, con la convicción de que “en tiempos de crisis no hay matices”, dice citando a un “viejo chiapaneco”.

Provisto de amplia documentación que sustenta su denuncia, Martínez Veloz cita también la expresión del exembajador Jorge Montaño que, a su juicio, es la que mejor define la relación de México con Estados Unidos: “Con los estadunidenses vamos a ser vecinos siempre, vamos a ser socios en algunas ocasiones y amigos nunca”.

Por lo pronto, la PGR confirmó que ya se inició la investigación a cargo de Alfredo Higuera Bernal, subprocurador de Control Regional, Procedimiento Penal y Amparo, a quien dirigió la ampliación de la denuncia.

–¿Pero realmente tiene posibilidades de avanzar?

–¿Qué pasaría si se desecha una denun-cia de una persona que vende terrenos donde lo prohíbe la Constitución, donde hace negocios y no paga impuestos, donde hay requisitos legales para invertir y no los cumple y además es hoy el presidente de Estados Unidos y es el que dice que los mexicanos que van a Estados Unidos son lo peor? Esta denuncia puede servir al Estado mexicano para equilibrar la balanza de la relación. Son hechos de carácter delictivo, no importa quién los haya hecho.

–¿Al extremo de que Trump pueda ser llamado a comparecer?

–Nosotros estamos solicitando que sea citado, sea ubicado por la Interpol y comparezca ante la autoridad y se consigne para emitirse la orden de detención correspondiente.

–¿Tendrían que comparecer también funcionarios mexicanos implicados?

–¡Claro! A ver: ¿quiénes eran las autoridades municipales? Era Jorge Hank. También las autoridades hacendarias, de Relaciones Exteriores y de Migración.

Martínez Veloz insiste en que Videgaray y Guajardo debieron regresar a México cuando Trump, antes de iniciar el diálogo, anunció la construcción del muro y cree que Peña no ha sido bien asesorado en ese aspecto.

“No se trata de tener una actitud radical o de hacer una rabieta ni tampoco de romper el diálogo con Estados Unidos. Simplemente ese día no había que estar ahí. Trump trabaja con la lógica de los capos: además de agredirnos en público, pretendía y pretende humillarnos cada vez que pueda.”

Concluye: “(Trump) tiene olfato, le gusta que le teman y tener a su presa a la defensiva y exhibir su supuesto poder. Por estas razones he aprendido de la vida que puedes perder muchas cosas, menos que te falten al respeto, porque si no tu vida será un infierno moral y tus adversarios te tomarán la medida para doblarte”.





Fuente: Proceso
Autor: Álvaro Delgado
http://www.proceso.com.mx/472476/negocio-indocumentado-trump-en-mexico

jueves, 19 de enero de 2017

“El amor no basta”: habla una de las madres de la masacre de Columbine

El 20 de abril de 1999 Eric Harris y Dylan Klebold, dos estudiantes de secundaria, dispararon contra sus compañeros de la Escuela Secundaria de Columbine, Colorado, cerca de Denver y Littleton, dejando un saldo de 13 muertos y 24 heridos. Harris y Dylan se suicidaron después de la masacre. De los dos se dijo que presentaban cuadros de depresión.

Dos décadas después la madre de Dylan ofreció una larga entrevista a The Guardian. ¿Qué podría haber hecho para evitarlo?, se pregunta. La complejidad de un drama como éste se deshilvana en este texto de Emma Brockes, que reproducimos hoy en el contexto de lo ocurrido en el Colegio Americano del Noreste, en Monterrey Nuevo León, donde un joven de 15 años disparó a su maestra y a tres de sus compañeros y luego se suicidó, en un hecho sin precedentes en México.

Emma Brockes

Lo primero que hizo Sue Klebold cuando nos conocimos fue disculparse por su falta de hospitalidad. No nos encontramos en su casa sino en un hotel de la ciudad de Denver, no porque esta mujer de 66 años no quisiera invitarme sino porque cuando has sido víctima de muestras masivas de odio nunca es una buena idea hablar de los hechos que lo propiciaron en el lugar donde tuvieron lugar. Klebold parece la última persona del planeta Tierra que debería ser odiada, una administradora jubilada de un centro universitario y un pilar de su comunidad que afirma tener una vida agradable pero modesta. Sin embargo, desde hace diecisiete años es consciente de que en cualquier momento puede producirse un encuentro que le haga sentir vergüenza. “Puedo estar en la sala de espera de un médico y desear que me llamen por mi nombre y no por mi apellido”, reconoce: “Cada vez que conozco a alguien y me presento, se produce un silencio incómodo, miro su cara y veo que se está preguntando ¿de qué me suena este apellido?”.

Han pasado casi dos décadas desde que su hijo Dylan y su amigo Eric Harris asesinaran a 13 personas en la escuela de secundaria de Columbine y luego se suicidaran, y desde entonces el sistema educativo de los Estados Unidos ha cambiado. El acoso escolar es ahora una prioridad para los responsables de los centros y se han impulsado medidas y protocolos en todo el país para evitarlo. Además, el control de armas también ha pasado a ser a una cuestión clave y algunas medidas de seguridad son comunes para todas las escuelas, como la organización de simulacros de cierre y la instalación de detectores de metales, en parte como consecuencia de lo que hizo el hijo de Klebold. Lo que no parece haber cambiado es la percepción de que la culpa de que un adolescente mate a sus compañeros de clase es de sus padres, o mejor dicho, de la madre. “Una madre debería haberlo sabido”, dice Klebold.

El hecho de que ella afirmara tras la tragedia que ignoraba que el adolescente que vivía bajo su techo estaba profundamente deprimido, había comprado ilegalmente un arma y la había escondido en casa para preparar junto a su amigo Eric una masacre, levantó muchas ampollas en el momento de los hechos e incluso ahora genera incredulidad. Klebold comprende perfectamente esta reacción. Durante años, ella también fue muy dura consigo misma. “La descripción más amable que los medios de comunicación hicieron de nosotros fue que éramos unos inútiles”, escribe en sus memorias A mothers Reckoning (El juicio de una madre). “Según otras versiones, habíamos estado protegiendo a un racista odioso y habíamos preferido ignorar el arsenal que había construido en nuestro propio hogar, poniendo en peligro a toda la comunidad”, explica.

Es un libro duro. Klebold hace un repaso minucioso de todos los pensamientos que ha tenido en los últimos 17 años y recuerda todas las decisiones que ella y su ex marido Tom tomaron en relación a la educación de su hijo, con el fin de entender en qué se equivocaron o qué señales no vieron. También detalla el impacto que la masacre ha tenido en las vidas de otros jóvenes violentos y explica cómo cambia la vida de unos padres después de que su hijo mate a otras personas (resumiendo: divorcio, bancarrota, enfermedad, desmoronamiento, seguido de un esfuerzo por comprender y racionalizar los hechos para poder soportar esta pesada carga.

Daría su vida por uno de los chicos que su hijo mató pero no aceptará que su hijo era un monstruo

La parte más polémica de sus memorias es que pide a los lectores que cambien la percepción que tienen de Dylan. Cuando sucedieron los hechos, la oficina de Klebold se encontraba en el mismo edificio que una oficina de libertad condicional, y a menudo se sentía intimidada y aterrada si tenía que subir en el ascensor con exconvictos. Tras la masacre, explica en el libro, “pensaba que simplemente eran como mi hijo, que solo eran personas que, por algún motivo, tomaron una decisión horrible que los empujó hacia una situación terrible y desesperada. Cuando los informativos hablan sobre terroristas siempre pienso son los hijos de alguien”.

Klebold siente compasión porqué también pide a los demás que sientan compasión, o mejor dicho, quiere su perdón. Sin embargo, también pide una reflexión más profunda sobre los motivos que llevan a los adolescentes a matar. Tras pasar los últimos 20 años reflexionando sobre este hecho y entrar en el mundo de la prevención de suicidios y de asesinatos con suicidio posterior, ha llegado a una conclusión que, de alguna manera, resulta más chocante que la noción de que ella fue una mala madre o Dylan era “malvado”. En su libro explica que daría la vida por recuperar “la de uno de los chicos que su hijo mató” pero no acepta la opinión generalizada de que su hijo era un monstruo. “Era un ser humano”, me dice mientras mira por la ventana. No debería ser una revelación sorprendente pero por algún motivo lo es: todavía lo quiere.

Sue Klebold durante una entrevista para la cadena británica BBC

Si nos ceñimos a su descripción, la impresión que tenemos que es Dylan Klebold era un niño normal y fantástico. Los contrastes hacen que los colores brillen y tal vez hay en el libro un esfuerzo por presentar una infancia angelical a la luz a la luz de cómo terminó la vida del adolescente. Sin embargo, cuando Klebold escribe que su hijo menor “era obediente, curioso, atento y con una personalidad apacible” nada hace pensar que esté mintiendo. Lo llama “mi sol” en referencia a su pelo rubio y naturaleza alegre y mi “pequeño trabajador” ya que era muy determinado y quería que sus proyectos se hicieran realidad. Nunca pensó que su hijo menor fuera a causarle problemas.

Klebold ha necesitado mucho tiempo para poder reivindicar esta imagen de Dylan. Tras la masacre, lo perdió dos veces. Primero físicamente y más tarde como recuerdo. ¿Cómo es el duelo de una madre que ha perdido a un hijo que siempre consideró decente y amoroso cuando su foto aparece en la portada de la revista Time con el titular “los monstruos de la casa de al lado”?  Con la decisión de incluir fotografías de Dylan cuando era pequeño parece suplicar que su hijo sea recordado como un niño inocente, incluso mono. Sin embargo explica que no lo hizo con este propósito. “Quería que la gente comprendiera que queríamos a Dylan. Y lo cuidábamos y lo mimábamos. Y tenía todas estas fotos de Dylan en mis brazos o en mi regazo”. Lamenta que muchos asumieran que Dylan “no había sido querido por su familia o que lo habíamos maltratado, y eso no es cierto. Una y otra vez se preguntó le dimos suficientes abrazos”.

Otras ideas equivocadas fueron más fáciles de aclarar. Los medios de comunicación repitieron una y otra vez que la familia era rica y que el comportamiento violento de Dylan era la versión más extrema del pobre niño mimado. En las fotografías aéreas su casa, situada en el pueblo de Littleton, en el estado de Colorado, parecía enorme, cuando en realidad la compraron por casi nada ya que necesitaba reformas. El BMW de Dylan les costó 500 dólares y el chico y su padre lo repararon completamente. Les gustaba cenar en familia, ver películas clásicas, tener proyectos en común. El hijo mayor ya se había independizado pero cuando los visitaba, Klebold le preparaba una bolsa con comida congelada para que se la pudiera llevar a su apartamento.

Esto podría sonar idílico pero al repasar todos y cada uno de los detalles Klebold deja entrever que si se hubiera producido una catástrofe en la casa, algo que permitiera comprender por qué Dylan hizo lo que hizo, habría sido más fácil lidiar con todo lo ocurrido. En los años anteriores a la masacre, las tensiones familiares fueron bastante normales. Al padre de Dylan, Tom Klebold, un geofísico, le diagnosticaron artritis reumatoide y esto limitó sus perspectivas laborales. A la pareja le preocupaba su situación económica (el trabajo de Sue, que gestionaba subvenciones  para que personas discapacitadas pudieran aprender informática era muy gratificante pero no estaba muy bien pagado).

Y luego está Byron, el hijo mayor. A finales de la década de los noventa, el hecho que más había afectado a la familia Klebold fue el hallazgo de una pequeña cantidad de marihuana en la habitación del chico. La reacción de la pareja demuestra que la creencia de que eran demasiado permisivos con sus hijos es errónea. Byron, que todavía estudiaba en el instituto, tuvo que asistir a sesiones de orientación, y sus padres tomaron cartas en el asunto para que rompiera la amistad con algunas personas que eran una mala influencia para él.

Una amistad peligrosa

El hecho de que solo unos años más tarde no fueran capaces de poner fin a la amistad de su hijo menor con Eric Harris cuando los dos se metieron en un problema similar se debe, según Klebold, al encanto natural de Harris y al hecho de que confiaron en el sentido común de su hijo.

También se debe al hecho de que hasta la fecha lo que más les preocupaba de Dylan era su carácter introvertido. Tras la masacre, los medios lo presentaron como un solitario disfuncional que solo tenía por amigo a un psicópata, Harris. Pero Klebold indica que esa descripción no es correcta: “Tal vez no era el chico más popular de clase pero tenía un reducido grupo de amigos y Eric solo era uno de ellos”.

En sus memorias, lo único que dice sobre la familia Harris es que el padre de Eric era un exmilitar y que ella y su exmarido sentían simpatía por ellos si bien nunca formaron parte de su círculo de amigos. De Eric dice que siempre fue respetuoso y muy educado. Cuando hace estos comentarios, la tensión se puede leer entre líneas. Tras la masacre el primer impulso de Klebold fue culpar a Eric; pensó que este le había lavado el cerebro a su hijo o que lo había obligado de alguna otra manera.

He conocido a varias madres de asesinos de masas y son mujeres muy dulces. Si nos vieras, nunca adivinarías qué tenemos en común.

Klebold ya no tiene esta opinión. Uno de los trabajos más duros de los últimos diecisiete años ha sido aceptar que Dylan desempeñó un papel parecido al de su amigo en la planificación y ejecución del macabro plan. Sin embargo, cuando escribe sobre Harris es evidente que le cuesta mostrar la misma comprensión que ella pide para su hijo. Tras la tragedia, se encontraron los diarios de ambos chicos y mientras que el de Dylan estaba lleno de sensiblerías y sueños sin sentido sobre suicidarse, el de Harris estaba lleno de fantasías violentas y sádicas sobre infligir daño en los demás. “Creo que Dylan padecía de algún trastorno del estado de ánimo”, concluye.

Le insinué que su juicio moral de  los dos chicos era distinto. “No sé si moral es la palabra correcta”, dijo: “Sus trastornos mentales eran distintos. Creo que la psicopatía (de Eric Harris) entra en otra categoría”.

Por algún motivo, se atraían, explica: “No quiero insinuar que las personas cometen atrocidades como la de Columbine porque tienen una enfermedad mental, ya que no es así, pero sí creo que tanto Dylan como Eric fueron víctimas de sus enfermedades, como también lo fueron todos aquellos que fueron asesinados por ellos”.

Reuniones de madres de asesinos de masas

Le dije que leyendo su libro uno tiende a pensar: “vaya, si los Klebold no son los culpables entonces los Harris deben ser los responsables de lo sucedido”. “Y esto es exactamente lo que hace la gente ante un hecho como este. Necesitamos pensar que a nosotros nunca nos podría suceder algo así, que les puede pasar a otros pero no a nosotros. Y este es el motivo por el cual tanta gente se siente mejor si culpabiliza a los padres de los chicos ya que los hace sentir más seguros. Lo comprendo. Pero una de las cosas más aterradoras de esta situación es que los familiares de alguien que hace algo así son como nosotros. He conocido a varias madres de asesinos de masas y son muy agradables y dulces. Si nos vieran juntas en una habitación nunca podrías imaginar qué tenemos en común”.

Los cambios fueron imperceptibles y muy parecidos a los de cualquier otro adolescente pero con el tiempo Klebold ha llegado a la conclusión de que si en ese momento hubiera sabido lo que ahora sabe podría haber detectado el problema. Dylan mostraba síntomas de depresión. “Señales que Tom y yo habíamos notado pero no habíamos interpretado correctamente. Si hubiésemos podido entender esas señales creo que habríamos podido evitar la masacre de Columbine”.

Los hábitos de sueño de Dylan cambiaron. Pasó de ser un chico muy madrugador a levantarse tarde. Se volvió irritable e introvertido. Siempre iba despeinado. Escribió una redacción que incluía descripciones de violencia pero nadie le dio importancia. Por primera vez se metió en problemas en la escuela, ya que él y Eric destrozaron algunas taquillas de estudiantes. Un año antes del tiroteo, los chicos robaron material eléctrico de una furgoneta y fueron detenidos. Sus padres se quedaron consternados pero también muy aliviados cuando los chicos quedaron en libertad sin cargos por el hecho de pertenecer a “buenas familias” y por tratarse de su primer delito. Solo tuvieron que ir a varias sesiones de orientación y también hicieron trabajo comunitario. “Ahora desearía que lo hubieran retenido bajo custodia. Eso hubiera evitado Columbine”, dice ahora la madre.

Aunque el episodio de la camioneta la dejó preocupada, pensó que Dylan se estaba haciendo mayor y estaba poniendo a prueba los límites. “Está haciendo cosas que no había hecho antes y tomando decisiones erróneas pero ha aprendido la lección. Nunca pensé que pudiera representar un peligro para él mismo o para los demás”, lamenta Klebold. Explica que tras ese incidente todo volvió a su cauce bastante pronto. Las sesiones de orientación obligatorias fueron bien. Cursó una solicitud para estudiar en la Universidad de Arizona y fue aceptado. Tres días antes de la masacre, asistió al baile de fin de curso con una chica.

Solo recuerda un incidente extraño. Un año antes de la masacre y en uno de los pocos momentos en que la madre se cuestiona si gestionó bien la situación, Dylan le respondió mal, algo muy frecuente en los últimos meses, y su madre se enfureció, lo empujó contra la nevera y lo riñó por su comportamiento. El chico le dijo: “no me empujes, mamá. Me estoy enfadando y no estoy seguro de que pudiera controlarme”. Lo dijo en voz suave pero era evidente que era una advertencia. Ella retrocedió y más tarde le pidió disculpas por haberlo empujado.

Cuando me contó esta situación le dije que su descripción sobre la reacción del chico me producía escalofríos. “Era una advertencia, sin duda”, reconoce. También era una amenaza. Klebold dice que nunca llegó a tener miedo pero es evidente que en esos tiempos ya caminaban sobre un campo minado. ¿Por qué no reaccionó y le dijo que él no era nadie para amenazarla? Le pregunté. “La verdad es que nunca lo pensé”, me respondió. “No es mi forma de ser. Lo escuché, me pidió que parara y lo hice. Entonces nos calmamos y los dos nos disculpamos”, indicó: “Ahora sí pienso que debería haberle dicho ¨No lo entiendo, tú no eres así”.

“Sí me percaté de que su comportamiento estaba cambiando. Pensé que era la adolescencia y lamento profundamente no haber comprendido que ese comportamiento indicaba algo más, depresión quizá. Es por este motivo que siempre digo si tus hijos se portan mal, si tu marido está irritable, si tu hija tiene síntomas somáticos, podría tratarse de una enfermedad mental. Deberíamos ser capaces de formular preguntas como ¿a veces piensas que preferirías estar muerto? ¿Alguna vez has acariciado la idea del suicidio? creo que tendríamos que escuchar a nuestros hijos en vez de intentar controlar sus vidas”.

Le pregunté si además de sentir compasión por Dylan también sentía ira. Esta fue su respuesta: “Nunca me enfadé con él excepto cuando la policía me mostró seis meses después de su muerte unas cintas de vídeos que mi hijo escondía en el sótano Son unos vídeos editados por Dylan y Eric antes de la masacre, en los que vapuleaban sin parar a todos sus conocidos y hablaban de los asesinatos que iban a cometer. Durante un día me sentí furiosa porque mi hijo hablaba mal de todos, también de su familia, y de todo, hacía comentarios racistas, y recordaba hechos del pasado, como un incidente en la guardería cuando solo tenía 3 años. Era obvio que se aferraba a recuerdos que le provocaban ira y le costó lo suyo ya que mi hijo tuvo una buena infancia”.

He conseguido hacer las paces conmigo misma hasta cierto punto. No creo que nunca logre perdonarme del todo.

¿Cómo puede enfadarse por unos vídeos y no por la masacre que cometieron?, le pregunté. “Creo que Dylan fue una víctima más de su problema mental. Si le explicas a un niño qué es un suicidio tal vez le expliques algo así como… tu abuelo murió porque tenía una enfermedad mental y por este motivo hizo daño a la abuela y también se hizo daño a sí mismo. Y es en estos términos que pienso sobre lo que le pasó a mi hijo. El Dylan que yo conocía y eduqué era una buena persona. Era responsable, se preocupaba por los demás, y este es el motivo por el cual aún me resulta muy difícil comprender lo que pasó”, indicó. Hace una larga pausa: “Tengo la necesidad de pedir disculpas a todos aquellos que puedan sentirse ofendidos por el hecho de que no estoy enfadada con él. No lo juzgo porque es mi hijo y lo que mató a todos los demás también lo mató a él”.

Cuando Dylan Klebold salió de casa esa mañana se despidió con un tono que a su madre le sorprendió. Era un tono plano y desagradable: “Desde entonces lo he analizado como si se tratara de un cubo de Rubik. Le he dado mil vueltas. ¿Qué me estaba diciendo? ¿Tal vez que era una mala madre?”.

El chico se fue pronto de casa porque tenía una clase de bolos, una de las asignaturas optativas de la escuela, de ahí  el título del documental de Michael Moore sobre la masacre de Columbine, Bowling for Columbine. Sin embargo, nunca se presentó a la clase sino que quedó con Eric Harris y los dos se dirigieron a la escuela cargados con armas y explosivos. La madre de Dylan nunca sabrá por qué lo hizo. Lo único que puede decir es que un porcentaje de personas que deciden suicidarse también matan a otros cuando lo hacen. Según el Departamento de Salud de los Estados Unidos el asesinato con posterior suicidio representa una pequeña fracción de la tasa total de suicidios, en torno al 3%. Sin embargo el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de entre 15 y 24 años y Klebold cree que se debe a una mezcla de factores biológicos, psicológicos, sociales y ambientales, y a un hecho desencadenante.

Estaba trabajando cuando su marido la llamó y le contó que se había producido un incidente en la escuela y que encendiera el televisor. Lo primero que pensó es que Dylan corría peligro. Cuando finalmente llegó a casa, los dos chicos estaban muertos y los medios ya habían indicado que llevaban abrigos negros, como los que Dylan y Eric tenían. Tom llamó a su abogado, que a su vez llamó a la oficina del sheriff, que les dijo que Dylan no era una de las víctimas sino uno de los autores.

Y empezó la pesadilla. El abogado de la pareja les explicó que tenían que prepararse para una tormenta de odio. Se fueron de su casa. Tom le dijo a su esposa que lamentaba que Dylan no los hubiera matado a ellos también. Sue deseaba morirse mientras dormía. En los días posteriores a la masacre sopesaron la posibilidad de cambiarse los apellidos y mudarse a otro pueblo. Unos primos lejanos de Tom recibieron amenazas de muerte. Cuando personas bienintencionadas y compasivas les mandaron comida preparada, su abogado les recomendó que la tirasen a la basura por miedo a que estuviera envenenada.

Y al mismo tiempo, en un gesto que ellos agradecieron profundamente, sus amigos y su familia permanecieron a su lado. Mientras la pareja todavía se escondía de los medios de comunicación, sus vecinos colgaron un cartel fuera de su casa que decía “Sue y Tom. Os queremos y aquí estamos para lo que necesitéis. Llamadnos”. Klebold dice que al final llegó a la conclusión de que si se iba del pueblo siempre sería “la madre de ese asesino”: “Así que decidí quedarme donde tenía el apoyo de la gente que nos conocían”.

Recibió pilas de cartas, algunas de apoyo, otras de odio, y otras, más perturbadoras, elogiaban a Dylan y lo que había hecho. Las chicas explicaban que estaban enamoradas de Dylan y querían un hijo suyo. Se escribieron libros, se hicieron películas. Klebold no ha visto ninguna. El film Elephant de Gus Van Sant y la novela Tenemos que hablar de Kevin, de Lionel Shriver la hicieron temblar: “Estaba convencida de que Dylan me pertenecía, y estaba muy equivocada. Pensaba que era mío y todas estas películas y canciones me hacían sentir que me lo estaban arrebatando y que se estaban apoderando de alguien a quien no conocían”. También cree que estos trabajos podrían perpetuar el mito de Columbine.

Dos semanas antes de nuestro encuentro, la policía detuvo a dos chicas de Denver ya que, supuestamente, planeaban una masacre similar. También se encontraron referencias a la masacre de Columbine entre el material de Seung-Hui Cho, el asesino de Virginia Tech en 2007 y de Adam Lanza, el autor de la masacre en la escuela de primaria Sandy Hook en 2012. En 2014, una investigación de ABC News descubrió que el nombre de Columbine se había mencionado en al menos 17 ataques y más de 36 presuntos planes de ataque o amenazas graves contra escuelas. Klebold lo atribuye al hecho de que la masacre coincidió con el inicio del auge de las cadenas de noticias 24 horas y fue el primero que quedó atrapado en el bucle de una cobertura obsesiva de un suceso. También cree que el pueblo, Littleton, se ha convertido en un símbolo. Es algo que podría hacer el vecino de al lado. La masacre dio la vuelta al mundo. Y si bien son muchos los que intentan copiar la masacre de Columbine es importante recordar que Dylan y Eric también estaban copiando. Concretamente, estaban copiando una película. Se referían a su plan como NBK, Natural Born Killers, el título original de la película Asesinos natos. En la película de Oliver Stone, los dos protagonistas logran la atención de los medios de comunicación con varios tiroteos.

Uno de los aspectos más sorprendentes de la reacción de Klebold a la masacre es que si bien siempre estuvo en contra de la tenencia de armas y uno de los dos chicos utilizó una que había sido comprada legalmente, no se ha convertido en una firme defensora del control de armas. Reconoce que no es su prioridad: “He preferido centrarme en la prevención de los suicidios ya que, y no quiero que parezca que no estoy teniendo en cuenta los asesinatos que cometió mi hijo, que fueron numerosos y horribles, creo que el asesinato masivo con suicidio posterior es una forma de suicidio. Creo que si nos centramos en la prevención del suicidio podemos prevenir otro Columbine”. Quiere que en las escuelas de secundaria las sesiones de prevención de suicidios sean tan normales como las técnicas de reanimación cardiopulmonar.  “un curso sobre primeros auxilios en salud mental para todos”, concluye. Me cuenta que muchas escuelas son reacias a organizar un curso de estas características por miedo a posibles demandas. “Creen que si organizan un curso de prevención del suicidio y luego uno de los estudiantes se suicida, alguien podrá ver una relación. Las investigaciones indican que esta teoría no es correcta pero lo cierto es que muchas personas piensan así”, me contó.

Divorcio y facturas tras la masacre

Klebold y su marido lidiaron con el trauma de forma distinta; ella buscó la ayuda de terceros mientras que él se encerró en sí mismo. Tras 43 años de matrimonio se divorciaron. También acumularon muchas facturas legales. Durante años arrastraron las demandas civiles de las familias de las víctimas y finalmente consiguieron llegar a un acuerdo: ellos y los Harris acordaron indemnizar a las familias con 1,5 millones de dólares, que asumió su seguro para el hogar. Y Klebold se sumergió en un mar de culpabilidad durante años.

Me he perdonado hasta cierto punto

“Recuerdo que tenía la absoluta certeza de que el pastel de cumpleaños que le preparé a Dylan cuando cumplió tres años no era tan bonito como el que tuvo su hermano cuando cumplió la misma edad, lo que hizo que no se sintiera lo suficientemente querido y actuara como lo hizo. Analizas todas y cada una de las conversaciones, de los regalos, de los momentos y lo único que sientes es repugnancia. Permití que esto pasara, tenía el deber de protegerlo y de proteger a los demás, de algún modo esto pasó porque no fui capaz de evitarlo. La culpabilidad que sentía no cabe en esta habitación, era inmensa. Y lo único que puede curar un complejo de culpa tan grande es el conocimiento de las enfermedades mentales. Y con el paso del tiempo, tras asistir a muchas conferencias y leer muchos libros, conseguí sentirme menos culpable y pensar mi hijo murió porque tenía una enfermedad mental. Y sí, lo podría haber ayudado de haberlo sabido pero yo no lo maté”.

“Con el paso de los años ha encontrado consuelo en el pensamiento de que ese día Dylan se comportó de forma distinta que Eric: el hecho de que disparó contra menos personas. ¡Qué forma más rara de consolarme! Sin embargo, me aferraba a este pensamiento, creía que, de algún modo, sus acciones fueron menos horribles. Horribles sí, pero menos”.

Le pregunté si había conseguido hacer las paces consigo misma. “Me he perdonado hasta cierto punto. No creo que nunca consiga perdonarme del todo. Todavía tengo pesadillas, Dylan en peligro o sube por una escalera muy alta y lo intento agarrar pero se cae. Tengo la sensación de que lo dejé caer”, reconoció.

También le pregunté si todavía lo quería. “No tengo opción. Quieres a tus hijos. Para los demás, la última hora de su vida fue despiadada y sádica. En cambio, yo no puedo evitar pensar …mi pobre hijo, se encuentra en una situación horrible, se ha deshonrado con estos actos. Solo puedo responder a sus actos con amor”.

Lo cierto es que ya no se puede cambiar el pasado. Klebold sonríe y afirma: “el amor no basta”.

El libro de Sue Klebold, A Mother’s Reckoning: Living In The Aftermath Of The Columbine Tragedy, salió a la venta el 15 de febrero. Publicado por la editorial WH Allen, cuesta 16,99£. Puede encargar una copia por 12,99 libras en la librería de The Guardian. La autora dona los beneficios del libro a la investigación de las enfermedades mentales y a fundaciones que tengan la misma finalidad.





Fuente: Desinformémonos
Autor: Redacción, traducido por Emma Reverter
https://desinformemonos.org/amor-no-basta-habla-una-las-madres-la-masacre-columbine/