Recordemos el trabajo que le costo llegar a donde esta.
Desde que era un jovencito,trabajaba en un puesto en la merced.
Tenia mucha clientela gracias a que le gustaba difamar a su competencia diciendo que no pertenecían al sindicato, que no pagaban impuestos,que eran pagados por fuerzas oscuras, en fin, que cosas no se le ocurrían a Luis para lograr su objetivo.
Y es que su forma de hacerlo, levantando el tono de voz, agitando sus manos y aventando estiércol, es su sello característico.
Sumado a esto, sus cachetes de marrana flaca y su anhelo por ser abusado por unas cuantas monedas lo hacen realmente irresistible.
En fin todo marchaba bien hasta que lo despidieron del puesto de verduras, lo que paso fue que usaba alguno de los productos, por ejemplo, chile y camote,para uso personal.
Fue ahí cuando empezó a trabajar en la Tlapalería.
Este trabajo le dio varias revelaciones producto del abuso de solventes cuando el jefe no lo veía.
Accidentalmente, pensando que estaba leyendo el Tv Notas, descubrió el diccionario y varios panfletos de San Peje y Yosoy132,los cuales revolotearon en su mente.
Decidió entonces llamarse el hereje.
Varias investigaciones apuntan a que la traducción es incorrecta y que en realidad Luis se iba a llamar el ojete,pero al ser un iletrado se le perdona.
En fin, dicho esto empezó a ser notorio en Youtube, sus videos mamones llamaron la atención de un señor que fue a visitarlo a su lugar de trabajo.
Cuando Luis lo vio quedo extasiado, se sentía como un monaguillo tocado por el Padre Maciel.
Soy el presidente de MVS- le dijo el hombre con traje.
Luis lo abrazó y aceptó ir a su casa.
A partir de ese momento sabía que aquel hombre era su dueño.
El hombre lo metió a una clínica de rehabilitación y le enseño el oficio de ser periodista.
Le enseño a usar el microfono,a tocarlo, a besarlo, a usar su garganta.
Luis supo que sus dotes como verdulero le servirían mucho para esto.
Un día el Señor con traje le dijo:-Estas listo,ya eres un periodista.
Luis le dijo:-Mi amor,dime en que te puedo ayudar.
Hay una pinche vieja que voy a correr porque anda muy profesional con unas pendejadas de nuestro presidente, tu labor es ocupar su lugar-le dijo.
A Luis le brillaron los ojos,ya podía chupar el micrófono en vivo, ya podía ladrar a los cuatro vientos su amor por su jefe,estaba feliz.
Al travieso de Luis no le importan los suscriptores,ni las visitas,el amor lo puede todo.
El amor es tan basto como su recto.