Las cuatro megacorporaciones petroleras internacionales, que en el pasado integraban el influyente grupo conocido como las Siete Hermanasy que durante décadas fueron propietarias del crudo mexicano, intentan regresar al país como licenciatarias y recuperar la explotación de yacimientos petroleros, ahora en aguas profundas del Golfo de México.
Se trata de la británica BP, la angloholandesa Shell, las gigantes estadunidenses Chevron y ExxonMobil (que antes operaban de manera independiente), las cuales han comenzado su proceso de precalificación para el concurso de contratos de exploración y explotación de hidrocarburos por un plazo máximo hasta de medio siglo.
A través del contrato licencia, la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) permite a las compañías ganadoras explotar los yacimientos petroleros, a cambio del pago de regalías e impuestos con una tasa máxima predefinida en el contrato.
La CNH informó que estas petroleras, junto con la española Repsol, la noruega Statoil, la francesa Total y la estatal mexicana Pemex forman parte de las 21 compañías petroleras inscritas para la subasta de 10 bloques en aguas territoriales del Golfo de México.
Reinaron antes de 1938
Hasta 1938, antes de la expropiación de la industria petrolera decretada por el presidente Lázaro Cárdenas del Río, siete compañías extranjeras, cinco estadunidenses y dos británicas eran propietarias del petróleo mexicano y fueron bautizadas por Enrico Mattei, padre de la industria energética italiana, como las Siete Hermanas.
Estas eran la estadunidense Standard Oil of New Jersey, mejor conocida como Esso, que luego se fusionó con Mobil para conformar el gigante petrolero estadunidense ExxonMobil.
Otras eran la angloholandesa Royal Dutch Shell, la británica Anglo-Iranian Oil Company (AIOC), más tarde conocida como British Petroleum, Standard Oil of New York, que después se llamó Mobil, así como Standard Oil of California, que cambió su nombre por Chevron y luego se fusionó con Texaco para formar la estadunidense Chevron-Texaco, que ahora se conoce como Chevron.
También figuraba Gulf Oil Corporation, que a la mitad de la década de los ochentas vendió una participación accionaria mayoritaria a Chevron, mientras la restante propiedad social quedó en manos de BP, y Texaco, que se fusionó con Chevron en 2001.
Después de estas fusiones empresariales hacia 2005 sólo sobreviven cuatro de las Siete Hermanas: ExxonMobil, Chevron, Royal Dutch Shell y BP, las cuales ahora esperan incursionar en la debilitada industria petrolera en México. El capital conjunto de estas cuatro megacorporaciones es inmensamente superior al que poseían las originales Siete Hermanas.
De acuerdo con la CNH, hasta este viernes las 21 empresas que continúan en la recta final para concursar en la exploración y explotación de petroleo crudo ligero, el de mayor valor en la industria, son: Atlantic Rim México, BHP Billiton Petróleo Operaciones de México, BP Exploration México, Chevron Energía de México, China Offshore Oil Corporation E&P Mexico, ExxonMobil Exploración y Producción México, Hess México Oil and Gas, Inpex Corporation, Mitsui & Co. Ltd, Murphy Sur S de RL de CV, NBL México, ONGC Videsh Limited, Ophir Mexico Holdings Limited, PC Carigali México Operations, Petro-Canada (International) Holdings BV, Petróleos Mexicanos, Repsol Exploración México, Shell Exploración y Extracción de México, Sierra O&G Exploración y Producción, Statoil E&P México y Total E&P México.
Entre los requisitos que tendrán que cubrir para que las compañías sean operadoras, deberán demostrar contar con un capital contable de por lo menos 2 mil millones de dólares, o activos totales con un valor mínimo de 10 mil millones de dólares y una calificación crediticia de grado de inversión emitida durante 2014 o 2015 (Fitch Ratings, Moody’s Investors Service, o Standard & Poors, Rating Services).
La fecha de apertura de propuestas para la entrega de la explotación por un periodo máximo hasta de 50 años de los 10 bloques subastados localizados en aguas profundas del Golfo de México será definida el 5 de diciembre de 2016.
Fuente: La Jornada
Autor: Israel Rodríguez
http://www.jornada.unam.mx/2016/05/30/economia/018n1eco