El diablo las quiere sin infancia y les enseña que lo mejor es ser popular y ser bonitas, sin importar la edad en la que deban perder la inocencia.
El diablo hace que duden sobre su libertad y que pongan en tela de juicio las vejaciones que van a sufrir a lo largo de su vida.
El diablo les quita su valor cuando les dice que para competir con los hombres deben trabajar mas o que deben ser mas corruptas que ellos.
El diablo diluye en la lluvia sus lagrimas y su sangre.
El diablo les grita y les pide que sonrÃan ante la cámara.
El diablo quiere que sean la semilla sin raÃz y que hagan lo mismo con su descendencia.
El diablo les canta burlándose de ellas y les pide que entiendan que asà será siempre, es mas,deben bailarlo y agradecerlo.
El diablo quiere que apoyen a las que dicen estar preocupadas por ellas, cuando en realidad lo único que les importa es el dinero.
Por lo tanto, puede convertirlas en demonios o entes sin alma.
El diablo aplaude cuando la justicia baila con el hambre, la pobreza y la impunidad.
El diablo les quita el rostro y a las que ya compró las pone en revistas de sociales.
El diablo nunca se cansa de decir que la violencia puede ser la mejor amiga de las mujeres.
Salir de este infierno requiere de mucho esfuerzo y de perder la identidad, seguramente.
El diablo les dice a través de dios (y este a sus representantes) que le echen ganas y aguanten las duras pruebas que les envÃa.
También les dice que perdonen a sus victimarios y que a pesar de los crÃmenes que ellas hayan cometido solo deben de arrepentirse y el cielo esta asegurado.
Lo peor es que cuando hablamos de ellos no sabemos si trabajan juntos o son la misma persona.
Y por tanta devoción la sociedad pide esconder miles de cruces rosas.
Que no lloren las madres,las hijas,las abuelas,¿Qué no ven que es mejor morir en esta tierra que todo perdona?.