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Denuncian “política de Terrorismo de Estado” en contra del movimiento social oaxaqueño

Integrantes de la Sección 22 y miembros de organizaciones sociales y civiles pidieron justicia a un mes del asesinato de los tres defensores de CODEDI Ignacio Ventura Martínez, Alejandro Díaz Cruz, Luis Ángel Martínez.

En ese sentido denunciaron en conferencia de prensa que las autoridades no han hecho nada al respecto, por su parte el secretario general de la Sección 22 Eloy López Hernández condenó los hechos donde sus compañeros resultaron rociados con ácido en unas oficinas de gobierno cuando tenían retenidos a trabajadores, por lo que exigió justicia para los lesionados.

Denunciamos la política de Terrorismo de Estado en Oaxaca en contra del movimiento social encabezada por Alejandro Murat y Enrique Peña Nieto

Comunicado de prensa

Un año tres meses de la llegada de Alejandro Murat a gobernar Oaxaca, han sido suficientes para poner en evidencia una politica de Estado que poco le apuesta a la gobernabilidad, el diálogo y la concertación. Durante este periodo se han registrado al menos nueve asesinatos de luchadores sociales, 11 allanamientos, dos desapariciones forzadas, despojo de la tierra y territorio, militarización, imposición de megaproyectos como minas, presas hidroeléctricas y parques eólicos; amenazas de muerte, vigilancia con drones, espionaje, procesos judiciales, órdenes de aprehensión y difamación en contra de quienes conformamos el movimiento social de Oaxaca, así como la brutal acción de rociar con ácido muriático a integrantes de la Sección 22. Lo anterior da cuenta de una politica de Terrorismo de Estado.

Reprocha Venezuela "ceguera" internacional ante "terrorismo"

Caracas. El gobierno de Venezuela criticó este miércoles a la comunidad internacional por su "ceguera" frente al ataque con granadas desde un helicóptero, de acuerdo con la información que ofreció el presidente Nicolás Maduro, contra la sede de la corte suprema.

"Eso en cualquier lugar del mundo es un acto de terrorismo (...). Sin embargo, nosotros todavía estamos esperando cuál es la reacción de muchos países que dicen preocuparse por Venezuela (...) y todavía no hemos tenido la primera declaración", dijo el canciller Samuel Moncada en rueda de prensa.


Fiscal repudia “terrorismo de Estado” en Venezuela

Caracas. La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega, aseguró este miércoles que el gobierno de Nicolás Maduro ha impuesto un "terrorismo de Estado" a través del máximo tribunal de justicia y los militares.

"Aquí parece que todo el país es terrorista (...) Yo lo que creo es que tenemos un terrorismo de Estado, donde se perdió el derecho a manifestar, donde son reprimidas cruelmente las manifestaciones, donde se enjuicia a civiles en justicia militar", afirmó Ortega.


Golpe de Estado en Turquía

Estambul. Las Fuerzas Armadas de Turquía dijeron el viernes que tomaron el poder en el país para proteger el orden democrático y para mantener el respeto a los derechos humanos.

En un comunicado enviado por correo electrónico y reportado por los canales de televisión turcos, los militares agregaron que todas las relaciones exteriores de Turquía existentes se mantendrán y que el estado de derecho seguirá siendo la prioridad.

El primer ministro de Turquía había dicho previamente que una facción dentro de las fuerzas armadas había intentado tomar el poder, pero que sería combatida y que no era correcto calificarlo de un golpe de Estado.

"Algunas personas emprendieron ilegalmente una acción ilegal fuera de la cadena de comando". "El gobierno electo por el pueblo sigue a cargo. El gobierno sólo se irá cuando el pueblo lo diga", dijo.

"El poder en el país ha sido tomado en su totalidad", indica el comunicado leído en la cadena NTV. La página web del ejército estaba caída.

El jefe del estado mayor de Turquía es "rehén" de militares golpistas, de acuerdo con la agencia de noticias estatal Anadolu.





Fuente: La Jornada
Autores: Dpa, Afp y Reuters
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2016/07/15/intento-de-golpe-de-estado-en-turquia

México: percepciones y datos sobre terrorismo

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El ataque terrorista perpetrado en Turquía en días pasados ha puesto en jaque las tendencias observadas en los años recientes y pone de relieve la distancia entre datos duros y las percepciones de los mexicanos sobre el tema.

De acuerdo con la más reciente edición del Índice Global sobre Terrorismo 2015, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz, con sedes en Sídney, Australia; Nueva York, Estados Unidos; y Oxford, Reino Unido (http://economicsandpeace.org/wp-content/uploads/2015/11/Global-Terrorism-Index-2015.pdf), Turquía no está en los primeros lugares de países con incidentes de terrorismo (para este índice, un acto terrorista es aquel cometido por grupos o personas ajenas al Estado con la intención de causar violencia o amenaza de causarla) al estar en el lugar 27 del ranking del citado índice. Los países con mayor incidencia de actos de terror son, en orden descendente: Irak, Afganistán, Nigeria, Pakistán y Siria. De la misma forma, Turquía no aparece en la lista de los 10 primeros países con incidentes de terrorismo del año 2000 a 2014, periodo que abarca el estudio.

La primera lectura es que no hay, o son muy pocos, lugares seguros. México está ubicado en el lugar 44 del ranking referido. Tampoco, por ende, se encuentra en la lista de los 10 países con algún tipo de incidente terrorista de 2000 a 2014. Una reflexión lógica es que el país estaría fuera del radar de este tipo de actos. El problema es que también lo estaba Turquía hasta que dejó de estarlo.

Contra lo que pudiera pensarse (porque ese no suele ser tema de conversación entre amigos o familiares), a los mexicanos les inquieta muchísimo la amenaza de actos terroristas. Según señala el World Values Survey (2010-2014) un estudio que mide percepciones con cortes cada cuatro años (http://www.worldvaluessurvey.org/WVSDocumentationWV6.jsp), a la pregunta: “¿Qué grado de preocupación tiene de un ataque terrorista?”, 86.4% de los mexicanos respondió que mucho (76.8%) o que sí les preocupa (9.6%). Sólo 13.6 % dijo no tener ninguna preocupación (6.8%) o muy poca (6.8%). En Turquía, 68.1% de sus ciudadanos dijo estar muy preocupado o preocupado. Sólo 29.7% dijo no tener ninguna (7.4%) o poca preocupación (22.3%). Más todavía, es sorprendente que la sociedad mexicana ocupe el tercer lugar en el nivel de máxima preocupación por un ataque terrorista, sólo superado por Ruanda (92.8%) y Túnez (91.4%). En el lado opuesto, Holanda es el país al cual menos le inquieta el tema, habida cuenta de que sus ciudadanos que dijeron estar muy preocupados representa 1.7%, seguido de Suecia con 4.5%.

El gran problema es que México no está preparado para un ataque terrorista por más que la retórica gubernamental diga lo contrario, en un esfuerzo para ofrecer seguridad psicológica a los ciudadanos. La discusión se centra en la tensión entre libertad y seguridad. Debe haber, sin duda, seguridad, particularmente en los grandes centros de concentración humana, pero eso no debe restringir la libertad, como pretendió el expresidente Felipe Calderón, y lo que logró después de su fallida guerra contra el crimen organizado y el terrorismo es que el país se quedó sin libertad y sin seguridad. Parafraseando a Jorge de Santayana, quien no conoce su pasado está condenado a repetirlo. De ahí, por tanto, que la lección sobre este tema en el sexenio de Felipe Calderón debe ser aprendida en su justa dimensión para que México no tenga caminos de regreso al autoritarismo, ahora con el agravante de que se gobierna con un despotismo iletrado. Y es que casi todos los centros de altísima concentración humana en la Ciudad de México, por ejemplo, no tienen la capacidad estratégica ni servicios de inteligencia eficaces para prevenir ataques terroristas como sí la tienen, por citar dos casos que señala el índice comentado, el Reino Unido –que sufrió 102 ataques terroristas y no tuvo un solo muerto en 2014– o Alemania –donde se perpetraron 12 ataques sin ningún deceso en el mismo año–.

Con base en el índice señalado, el problema en los países occidentales de los que abreva (obviamente con carácter solamente aspiracional) el sistema de diseño institucional de México, casi 70% de los ataques son llevados a cabo por lo que el índice denomina “lobos solitarios”, que son simpatizantes espontáneos de algún movimiento o detractores de una política pública, para diferenciarlos de los grupos organizados trasnacionales, como el Estado Islámico. Esta circunstancia hace más compleja su prevención y seguimiento, particularmente por la ausencia de formación cognitiva de las fuerzas del orden y de los servicios de seguridad en el país.

La precariedad preventiva es tal, que un ataque, por ejemplo, en las instalaciones del Metro de la capital del país en horas pico haría que lo ocurrido en Turquía sea un juego de niños. Aquí en Proceso publiqué en su momento cómo el sistema de videovigilancia y los llamados “biombos” o detectores de metales de ese medio de transporte no funcionan o lo hacen sólo de manera simbólica, por razones imputables a la corrupción de servidores públicos (http://www.proceso.com.mx/345314/metro-inseguridad-corrupcion-e-impunidad).

Lo cierto es que debe coexistir la seguridad con la libertad, de suerte que se garantice la máxima libertad posible con la mínima (pero efectiva) seguridad necesaria en el país, que hoy no hay.





Fuente: Proceso
Autor: Ernesto Villanueva
http://www.proceso.com.mx/446711/mexico-percepciones-datos-terrorismo

Peña Nieto y la sangre de Nochixtlán

Lo único que le faltaba a Enrique Peña Nieto, llegó: mancharse las manos de sangre, como Díaz Ordaz, tras ordenarse la represión armada – no encuentro otro término- contra maestros de la CNTE y simpatizantes en Oaxaca.

Peña lo volvió a hacer: cuando parece que ya nada de su gobierno nos sorprenderá – para mal o para bien-, tras los escándalos de corrupción en el entorno presidencial (Casa Blanca, casota de Videgaray, Grupo Higa y OHL), la manipulación y derrota con el caso Ayotzinapa, el fracaso de un gobierno en materia fiscal y económica, legalizar dosis de mariguana, y reconocimiento a uniones homosexuales, entre otros factores, hoy parecen decirnos desde Los Pinos: “esperen, que aún somos capaces de ser más incapaces”, y nos ofrecen, a México y al mundo, postales de barbarie, violencia máxima y terror desde Nochixtlán, un pequeño poblado oaxaqueño que, sin pie de foto, podría confundirse con Damasco.

Lo sucedido en Nochixtlán – 8 muertos y más de 100 heridos tras la batalla – no es otra cosa más que el indiscutible fracaso del arte de la política en la actual administración, y tiene nombres y responsables directos: Peña Nieto, Miguel Ángel Osorio Chong y Aurelio Nuño, tras no saber manejar un conflicto de alto riesgo – con tintes de guerrilla urbana-, llevarlo a un punto de ebullición máxima al rechazar los llamados para instalar una mesa de negociación sobre la Reforma Educativa, y conducirlo, finalmente, a niveles de alta violencia que hoy tienen al gobierno mexicano, ante el mundo, bajo una etiqueta: gobierno asesino.

Cierto: la CNTE no es fácil de lidiar. Pero hubo un momento clave en este drama: cuando sus dirigentes propusieron negociar abiertamente la reforma con el gobierno, entre finales de mayo y principios de junio. Ser escuchados respecto a que era imposible aplicar una reforma más de orden laboral que educativa y a rajatabla, sin deslindar modelos para diversas regiones (no es lo mismo educar en Nuevo León que en Oaxaca, Chiapas o Guerrero por sus diversidades naturales), y exigir se reconsiderara la evaluación a maestros bajo otros términos y formatos.

¿Acaso era muy difícil para Peña, Nuño y Osorio Chong sentarse a debatir una reforma y demostrar que en política son muy duchos? ¿Pues no que los priistas y particularmente el Grupo Toluca son una maravilla a la hora de hacer y ejercer política? ¿Por qué las negativas rotundas y hasta autoritarias del Secretario de Educación con su rechazo a sentarse con la CNTE para platicar con los maestros, aún dentro de todo su radicalismo? ¿Por qué se desechó la palabra y se prefirió el fusil contra la CNTE?

La respuesta gubernamental fue ordenar la detención de los líderes de la Coordinadora, tensando, aún más, la situación.

“Segob y CNTE firmaron en 2013 no ir a una guerra. Algo pasó y el gobierno reculó…”, es la cabeza en SINEMBARGOMX de información más que oportuna escrita por la reportera Linaloe R. Flores (vía #DatosCerrados), quien nos recuerda que a inicios del gobierno de Peña existió un acuerdo entre Gobernación y la CNTE para “privilegiar el diálogo para mejorar la educación”, mediante una minuta de que el acuerdo existió y que es mostrada en el cuerpo del trabajo periodístico y que, no obstante, “como si el acuerdo jamás hubiera ocurrido, la relación entre el Gobierno federal y la CNTE se tensó en los años siguientes”.

“Algo pasó…”, se plantea en la cabeza periodística.

Pues lo que pasó, fue lo siguiente:

Cuando las reformas de Peña Nieto – principalmente la Energética y la Hacendaria-, comenzaron a desinflarse – la primera, reventada por los bajos precios del petróleo y la poca transparencia con que se ha manejado, y la segunda, por sus severos castigos fiscales, reflejados en pobre crecimiento económico , cierre de empresas y desaliento para el contribuyente-, en Los Pinos solamente tuvieron un diagnóstico: la única reforma que les quedaba viva y viable, con posibilidades reales de medio rescatar del desastre a la administración peñista, era la Reforma Educativa, vista como tablita de salvación en medio del naufragio.

En Los Pinos acertaron al diagnóstico, pero se equivocaron en el procedimiento.

Agobiados por los malos resultados, apresurados por la derrota del PRI y de Peña el 5 de junio, precipitados en su operación política, decidieron dar un NO absoluto a la propuesta de la CNTE de negociar la Reforma Educativa y, por las prisas de ofrecer resultados a mediano plazo, quisieron imponer, a fuego y sangre literal, a la Reforma Educativa a la que, de manera brutal, también comenzaron a vulnerar con la sangre de Nochixtlán.

Eso fue lo que pasó: la Reforma Educativa era lo único rentable que les quedaba y, en su afán de imponerla y presentarla como logro de gobierno, la precipitaron de la peor manera: bajo el sello de la violencia, intolerancia y represión.

Peña Nieto queda, hoy por hoy, exhibido en México y en el mundo como un Presidente incapaz de negociar y proclive a la represión. “Ya ordené que se investigue…”, tuiteó Peña ayer sobre Nochixtlán. Demasiado tarde, ciudadano presidente. Perdió usted la oportunidad de sentarse – inclusive personalmente, emulando los Diálogos de Chapultepec entre Calderón y Sicilia-, con la CNTE, discutiendo con cifras, argumentos, escenarios, excesos y riesgos educativos, bien asesorado y arropado por especialistas, con una posibilidad enorme de sacar adelante dicha reforma, apoyado por una franja amplia de la opinión pública y exhibir, de paso, el radicalismo de la CNTE. Pero no lo hizo. Vaya paradoja: Peña fue capaz de ubicar a su gobierno como represor y violento por encima, inclusive, de los intolerantes y radicales líderes de la CNTE. Se necesita mucha torpeza política para lograrlo. Y Peña lo logró. Ayer, Atenco. Hoy, Nochixtlán.

Aurelio Nuño se erige, nada menos, que en el rostro represor del gobierno de Peña Nieto, y así no debe seguir como Secretario de Educación. Ya no digamos aspirar al 2018, como una de las cartas del salinismo en el juego sucesorio. Con su intolerancia y constantes rechazos al diálogo – Nuño hubiera sido un buen subsecretario de Gobernación con Díaz Ordaz-, empujó al gobierno a la violencia, a la CNTE al enfrentamiento, y al país a la polarización. Nada menos. Y con estas cartas-credenciales, Nuño no puede ya aspirar a muchos blasones.

Osorio Chong también ha quedado rebasado bajo tres pistas: como responsable de la política interna del país, como jefe de la seguridad nacional, y como aspirante a la candidatura presidencial del PRI. En lo primero, porque a falta de negociación política, se optó por matar a quienes protestan, y eso se llama fracaso. En lo segundo, porque sin estrategia ni control, se permitió que las fuerzas federales acribillaran a oaxaqueños con postales que hoy le dan la vuelta al mundo: policías asesinando a ciudadanos. Y en lo tercero, porque en su delirio de cuidarse políticamente rumbo al 2018, ha dejado de ser Secretario Gobernación para convertirse en simple encargado del despacho, y ese vacío es un lujo que aún entre el desorden que tiene como gobierno, Peña Nieto no puede darse. El Presidente debe tomar una decisión de fondo sobre lo que debe hacer con Osorio, incluyendo su remoción.

Se anuncia mesa de diálogo en Gobernación para destrabar el conflicto con la CNTE. Muy tarde también: se necesitaron 8 muertos, decenas de heridos, violencia y represión, para sentarse a una mesa fincada en los cadáveres de Nochixtlán.

A la matanza de Nochixtlán, los aires represores del gobierno mexicano y el naufragio de la política, se viene a sumar el factor Beltrones. Cándidos, quienes se sorprendieron con su renuncia al PRI. ¿Qué esperaban, si la derrota del 5 de junio fue tan brutal para el priismo como la goliza de Chile a México en futbol? Manlio Fabio, simplemente, no debía seguir al frente del partido aun cuando, con dosis de razón, se pretenda achacar la derrota a los malos gobiernos de Peña Nieto y de algunos gobernadores. Beltrones también lleva su responsabilidad.

Sin embargo, conocedor de la circunstancia y la coyuntura, Beltrones sale del PRI justo en el momento en el que más le conviene: cuando el gobierno priista de Peña Nieto se ha manchado las manos de sangre. Preferible, bajo esas circunstancias, bajarse del barco de manera natural: como perdí, pues ya me voy.


¿Le jugará Beltrones la contra al Grupo Toluca rumbo al 2018, buscando la candidatura priista sin el apoyo de Peña?

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: MARTÍN MORENO.
LINK: http://www.sinembargo.mx/22-06-2016/3057357

La policía disparó contra todos, la batalla no fue pareja: familias de los asesinados en Nochixtlán

El caos se apoderó de Nochixtlán, Oaxaca, el fin de semana pasado; los ataques a la población por parte de elementos de la Policía Federal y Estatal –con balazos y gas lacrimógeno– generaron terror, y luego la tristeza enorme de perder a seres queridos. Los pobladores acusan que elementos de seguridad abrieron fuego en contra de civiles y maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Las balas alcanzaron a pobladores que estuvieron en la zona del ataque. Las cifras oficiales, hasta el martes pasado, señalan que hubo nueve muertos, pero la CNTE menciona que fueron diez personas las que perdieron la vida en los enfrentamientos.

El enfrentamiento del domingo entre maestros, padres de familia y Policía Federal (PF) y estatal en Nochixtlán, Oaxaca –con un saldo oficial que hasta ayer era de nueve muertos– no sólo se limitó al bloqueo de la carretera, sino que alcanzó a los pobladores que salieron de sus casas con palos y piedras para ayudar a sus vecinos que eran atacados, dijeron testigos de los hechos a SinEmbargo.

Los uniformados llegaron al bloqueo en la carretera México-Oaxaca que mantenían los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), en oposición a la Reforma Educativa, y sin hablar con los manifestantes, lanzaron gas lacrimógeno e inició el ataque, dijeron.

De acuerdo con Adonis Castellanos Miguel, vecino de Nochixtlán, los maestros y padres de familia se replegaron y llegaron hasta la entrada del poblado; entonces, las campanas de la iglesia repicaron y el vehículo comunal anunció a través de un altavoz que las personas que desearan ayudar a los maestros con agua, vinagre, cítricos y mantas, lo hicieran en ese momento. Después vino el caos.
“Muchos de mis vecinos salieron con palos en las manos, con tubos y algunos víveres para llevar a la entrada, entonces el ataque fue parejo. Fue una situación de tensión fea, de miedo, porque si hubieran actuado de una forma normal con sus toletes y cascos, hubiera sido una lucha cuerpo a cuerpo y de igualdad, pero pues echaron balas de verdad y eso hizo que las personas se dispersaran un poco y no fue una batalla pareja”, narró el habitante de Nochixtlán mientras a su espalda pasaba el cortejo fúnebre de uno de los asesinados el domingo.

“Justo ahí en esa carroza llevan a uno de los muertos de ayer [del domingo]. No es nada agradable ver esto”, dijo en entrevista.

Adonis Castellanos contó que “los policías” dispararon al aire y que una de las balas alcanzó a Andrés Aguilar Sanabria, de 25 años de edad, uno de los muertos reconocidos oficialmente.

El joven, de acuerdo con Castellanos, fue alcanzado por la bala a una cuadra de distancia de donde ocurría el enfrentamiento entre los policías y los maestros.
“Era un muchacho que vendía raspados, papas y agua, no era maestro, era un vecino de aquí del pueblo”, dijo.

Por la balacera el hospital y el Centro de Salud cerraron las puertas principales, pero recibían a los heridos por las puertas traseras. También se habilitó un lugar de emergencia en la parroquia. Los civiles eran atendidos en Nochixtlán, mientras que los policías eran trasladados en helicóptero, indicó.

Algunos dolientes que sepultaban en el panteón municipal el cadáver de una persona fallecida el día anterior fueron aprehendidos por los policías y el lunes por la tarde sólo se supo algo sobre la ubicación de una de ellas.

VI QUE SE LLEVABAN A MI HIJO Y PENSÉ LO PEOR

María Esperanza Monjardín Hernández, de 74 años, preparaba el desayuno en la capital oaxaqueña cuando se enteró que su hijo había sido aprehendido por policías en Nochixtlán.

La mujer dejó lo que estaba haciendo y salió corriendo a pedir ayuda. Se trasladó al lugar y recorrió varios lugares en busca de su hijo, un maestro de 35 años, que fue detenido en un entronque de la carretera, antes de llegar al bloqueo.
“Me enseñaron un video de cómo unos policías se llevaban a mi hijo. Fue horrible, pensé qué le van hacer, a dónde se lo llevan”, recordó.
María Esperanza pasó más de 24 horas buscando a su hijo en medio de la angustia. Se colocó un cartel en el pecho y salió a marchar. La cartulina pedía ayuda para localizar al maestro, hasta que le sugirieron que buscara en Santa María, una comunidad ubicada en los alrededores de Nochixtlán.
“En la marcha nos dijeron que se habían traído unos y aquí está, voy a verlo apenas. Pasé horas horribles por no saber de mi hijo, donde está, qué le pasaría, tan feo que estuvo, hubo muchos muertos”, dijo.
María Esperanza aseguró que los policías “abusaron de su poder para maltratar a la gente”.
“No saben ser autoridad, son como animales, se le echaron encima a la gente”, expuso.

Durante el enfrentamiento hubo varios niños perdidos que fueron trasladados a San Andrés Sinaxtla, según reportaron pobladores de Nochixtlán en una lista a través de redes sociales con 33 nombres de menores, el más pequeño de un año.

El testimonio de Magali, una estudiante destacada que ganó el Concurso de Conocimientos de Literatura estatal a nivel bachillerato, llegó a la redacción de SinEmbargo a través de un profesor universitario que recibió un correo electrónico de la joven.

Magali, de primer ingreso en la Facultad de Medicina de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), hija de un maestro y cuya familia vive en Nochixtlán, narró lo sucedido el domingo en el poblado:

“Hola! Hoy te escribo este mensaje con lágrimas en los ojos porque mi pueblo llora sangre, hoy a las 8 de la mañana llegaron cientos de policías a Nochixtlán para reprimir el bloqueo que tenían los maestros y padres de familia en la carretera. Tú sabes que por Nochixtlán pasa una vía importante para acceder a la capital. La gente se reunió, muchas madres y padres, maestros y jóvenes para defender a nuestro pueblo, armados solamente con palos, machetes y piedras. No sé si te conté alguna vez, pero mi papá es maestro de secundaria. Tú que has estado en la docencia tanto tiempo entiendes muy bien el arte de la enseñanza; mi papá me cuenta que sus alumnos muchas veces llegan con hambre a la escuela y así es imposible enseñar [sic]”, escribió la joven.
Magali prosigue: “Todos tenemos un amigo, un familiar, un conocido maestro, por ello nos solidarizamos y fuimos a apoyar a nuestra gente. Los policías quemaron un tráiler que llevaba pollos, cosa por lo que culparon a los maestros. Luego empezaron a tirar gas lacrimógeno y es una de las experiencias más horribles; el gas te llega a lo más profundo de los ojos y de la garganta, sientes que te sangran por dentro. Nosotros no teníamos ni escudos, ni cascos, ni armas y ellos empezaron a disparar desde arriba de unos hoteles cercanos, francotiradores dispararon balas reales (no de goma como decían y como dicen en sus páginas de internet y en los medios de comunicación) a toda la gente, nos tiramos al suelo y un joven de veintitrés años quedó a media carretera con una herida en la cabeza. Hay muchos heridos, entre maestros, padres de familia, hijos de maestros, en las listas de heridos hay muchos niños y bebés, además de otros que estén extraviados. La gente enardecida capturó a un policía, pero ellos se llevaron a mucha gente nuestra. A los heridos se los llevaron a la parroquia en donde doctores y enfermeras particulares trataban de atender a los caídos como podían y con lo que tenían, porque déjame contarte que el hospital comunitario lo tenían secuestrado los federales y sólo dejaban que los doctores atendieran a los suyos.Nuestro presidente nos dejó solos, ellos ayudaron a que los policías planearan la táctica para que entraran a nuestro Nochixtlán; él sí huyo con su familia en helicóptero mientras nuestra gente luchaba.Esto no saldrá en las noticias, porque la prensa está vendida; pasan imágenes solamente del policía herido, pero los nuestros no tienen derecho de ser reclamados [sic]”

EL ENFRENTAMIENTO DEL DOMINGO

El domingo cerca de 21 disidentes, entre ciudadanos y maestros, fueron detenidos. De acuerdo con el Gobierno de la República y el Gobierno del Estado de Oaxaca hay unos 53 civiles heridos, 41 policías federales y 14 estatales y se confirmó la muerte de seis civiles luego de una jornada de enfrentamientos entre integrantes de la CNTE, simpatizantes y elementos de las policías federal y estatal, quienes desalojaron a los profesores disidentes de la autopista Oaxaca-Puebla y la carretera federal 190, en el municipio de Asunción Nochixtlán, en Oaxaca.

El enfrentamiento se desató cuando unos 500 policías llegaron al lugar y fueron recibidos con piedras y palos por parte de los profesores, que incendiaron varios vehículos del lugar al intentar utilizarlos como barricadas. La policía de Oaxaca informó que seis agentes resultaron heridos “por armas de fuego” y que unos 20 manifestantes también fueron lesionados.

“Seis elementos de Seguridad Pública, quienes no portaban armas, resultaron lesionados de bala”, escribió la Policía Estatal en su cuenta de Twitter. “Los elementos portaban solo su equipo antimotín -no iban armados- fueron agredidos por disparos durante el Operativo Nochixtlán”.

La agencia The Associated Press dijo que según pudo constatar, en este último pueblo policías antidisturbios abrieron fuego para intentar disolver las protestas en las que se habían incendiado vehículos y levantado bloqueos y barricadas en algunas vialidades. En un comunicado, la Policía Federal dijo que en Nochixtlán es donde los manifestantes reaccionaron de forma más agresiva contra la autoridad, retuvieron a uno de sus agentes y no permitieron establecer diálogo alguno.


Los choques se prolongaron durante varias horas tanto en ese municipio como en San Pablo Huitzo, ambos al norte de la ciudad de Oaxaca. En el sur, la Policía Federal, la estatal y la Gendarmería desalojaron el sábado en la noche a los manifestantes que bloqueaban la carretera internacional 190 a la altura de la refinería de Petróleos Mexicanos ubicada en la localidad de Salina Cruz, en el Istmo de Tehuantepec.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SHAILA ROSAGEL.
LINK: http://www.sinembargo.mx/22-06-2016/3056760