El 31 de agosto de 2015, Enrique Peña Nieto, Presidente de México, y Donald Trump, en ese momento candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, se reunieron en privado en la residencia oficial de Los Pinos.
El invitado había insultado como nadie a los mexicanos. Pero el agravio no se trataba sólo de palabras hirientes. De llegar a la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump amenazaba con hacerle pagar a México la construcción de un muro en la frontera, finalizar el Tratado de Libre Comercio para América del Norte y deportar a miles de mexicanos. Pese a todo, el Mandatario mexicano le abrió las puertas de la residencia oficial del Gobierno.