Ecatepec, en el Estado de México, es un lugar donde nadie habla, pero todos saben lo que pasa. En algunas zonas los vecinos han aprendido a vivir así, vigilando desde los techos cada movimiento en las calles porque ésa es su única arma contra la delincuencia.
Aquí nadie se siente seguro. Algunas organizaciones lo califican como el municipio más peligroso de México, incluso por encima de aquellas que tienen una marcada presencia de los grandes cárteles de la droga.