La periodista Carmen Aristegui es una de las voces más respetadas e independientes en México.
A pesar de ello o, probablemente, debido a ello fue uno de los objetivos del espionaje ilegal que desveló el The New York Times con el escándalo Pegasus, el software intrusivo usado por el gobierno mexicano sobre el que PlayGround publicó recientemente un extenso reportaje.
No solo la espiaron a ella, también a su hijo, único menor de edad en la lista de objetivos.