Animal Político platicó con mujeres que dejaron aparcadas sus vidas para ayudar en la búsqueda de sobrevivientes en las zonas más afectadas por el sismo del 19 de septiembre.
Brigadistas y bomberas que arriesgan todo por meterse entre los escombros en busca de supervivientes, ingenieras que cambiaron los planos por los guantes y el casco, paramédicas, psicólogas, veterinarias, estudiantes, y también amas de casa que ayudan a detener el tráfico cuando los topos requieren silencio absoluto en la búsqueda de personas.
Todas son mujeres que viven en la Ciudad de México, o que llegaron desde otros puntos de la República para ayudar con su profesionalismo y entrega a la capital mexicana en una de sus peores crisis, desde que otro 19 de septiembre, pero de 1985, un terremoto asolara la ciudad.