“Los normalistas fueron privados de la vida. Es la verdad histórica”, dijo Jesús Murillo Karam. Sin embargo, y a tres años de distancia, sus palabras se sostienen en una investigación que contiene tortura, irregularidades y nada de credibilidad.
Por eso es que los padres y madres aún esperan verlos volver. Porque la versión oficial no los convence, y porque el Grupo Interdisciplinario de Expertas y Expertos Independientes (GIEI) así lo demostró con diversas pruebas científicas.