“Querido padre Maciel”, escribió afectuoso el Papa Juan Pablo II el 15 de noviembre de 1994 a quien en aquellos días era su cercano colaborador.
Marcial Maciel Degollado, fundador de la Legión de Cristo –una de las congregaciones religiosas más acaudaladas–, estaba a 11 días de cumplir 50 años de su ordenamiento como sacerdote y su amigo el Papa se anticipó a felicitarlo, en una carta en la que exaltó el trabajo pastoral y educativo que el sacerdote realizaba con niños y jóvenes. Lo llamó “guía eficaz de la juventud”.