Así lo propuso la diputada Elizabeth Mateos Hernández, quien destacó que actualmente se contempla una pena de 6 a 17 años de cárcel, que pasaría de 12 a 34 años de prisión para los victimarios.
En un comunicado difundido este martes, la legisladora perredista recordó que cada año en la Ciudad de México, más de 300 mujeres son víctimas de ataque mientras se encuentran en un estado de narcosis. Eso las somete, quiebra su voluntad y las deja expuestas al abuso sexual, además que les genera pérdida de memoria, puntualizó.