Una manifestación de tal cisma es el ir a la deriva, sin dirección, sin rumbo que conduzca a la sana convivencia, a la acción social conforme a las virtudes cívicas.
Dirigir es poner delante de un pueblo ideas teñidas de valor para impedir el empuje avasallante de los factores disolventes, tal como lo describe Max Scheller en Sociología del Saber. Hoy se ponen delante estultas propagandas de nulidades políticas salidas de ambientes putrefactos para corresponder a la abyección de tantos, para ocultar el drama del caos social.