Durante los últimos cinco años la inversión en obra pública ha registrado una significativa disminución, lo que además de tener un impacto negativo en la economía ha repercutido en el bienestar social, pues estas reducciones significan que se han dejado de construir escuelas, hospitales, carreteras e infraestructura.
Al cierre de 2017, el monto de inversión en obra pública disminuyó 8.1 por ciento, comparado con el monto alcanzado en 2016 y la inversión presupuestada para este rubro se redujo un 26.3 por ciento, por lo que especialistas en el tema prevén que este año no habrá una recuperación y seguirá afectando al sector de la construcción y el crecimiento de la economía mexicana.