Karla Irazu llegó a la Ciudad de México para disfrutar de sus vacaciones de Semana Santa. Con la emoción de quien no visita su país desde hace un año, aterrizó en el aeropuerto el pasado 23 de marzo.
Debido a que su primo no pudo recogerla, decidió pedirle a Irazu un Uber. Ambos confiaban en el servicio que está regulado en la capital, y nunca sospecharon que el chofer arruinaría sus vacaciones.