Una mujer a quien su esposo amenazó durante años con asesinarla y hasta afilaba el machete con el que supuestamente lo haría; una niña a la que su papá violó varias veces; una joven migrante secuestrada y torturada. Todas tienen algo en común: encontraron la paz en “La Casita de Mujeres”, Ziwacaitzintli.
La casa – refugio, a donde llegaron ellas y muchas otras mujeres que vivieron violencia de género en Veracruz, forma parte de los trabajos del Colectivo Feminista Cihuatlahtolli.