Anayeli quería ser enfermera, ganar buen dinero para apoyar a sus padres y que superarán su condición de pobreza. Pero se lo truncaron. Hoy sus seres amados no saben por qué o quién fue la persona que le privó la vida. Quiso estudiar medicina, pero sus padres la convencieron de que optara por enfermería ante la precaria situación en la que viven. Hasta antes de ser asesinada, buscaba ingresar a una escuela en el estado de Puebla para contar con una especialidad. “Lleva en las venas el ánimo por el trabajo y superarse”, recuerda su familia.
Anayeli Torres Morales, de 19 años de edad, pagaba sus estudios con el dinero que obtenía de la venta de tortas y antojitos que metía a escondidas al salón de clases donde cursaba el segundo semestre de Enfermería.
En su pueblo era conocida por el espíritu de superación que exaltaba en su vida diaria. Provenía de una familia de escasos recursos, pero hacía lo posible para no abandonar los estudios y ayudar con el gasto en su hogar.