Los padres de Celia también padecieron diabetes e hipertensión arterial. Ambos fallecieron por complicaciones: doña Celia tuvo falla renal y don Juan murió de un paro cardiorespiratorio. Hoy ella padece ambas enfermedades. A sus 56 años se atiende en el Seguro Popular, donde, afirma, recibe buena atención, pero siempre sale con sus medicamentos incompletos. Cada mes gasta 600 pesos en completar su tratamiento y, en ocasiones, mucho más si se ve en la necesidad de hacerse análisis en laboratorios privados; es desempleada y su esposo trabaja de manera independiente, por lo que en ocasiones se dedica a vender comida para contar con un mayor ingreso. En los siguientes días, SinEmbargo publica una serie de casos donde los pacientes de enfermedades crónicas describen desde su realidad la crisis de los sistemas de salud pública en México y las dolorosas implicaciones físicas, morales y económicas para ellos y sus familias.
Celia Guzmán Muñoz, como más del 9 por ciento de los mexicanos vive con diabetes mellitus tipo 2 y padece hipertensión arterial, como la cuarta parte de la población de este país.
En 2016, en un hecho inédito, el Gobierno federal decretó alerta epidemiológica por diabetes, obesidad y sobrepeso. Sin embargo, organizaciones de la sociedad civil han denunciado que desde el sector salud no ha realizado las acciones prometidas para mitigarla y, al contrario, ha alentado la mala alimentación de los mexicanos. Las autoridades han guardado silencio.