Los intereses político-electorales del Partido Republicano, más que la denuncia mundial por las imágenes desgarradoras de niños llorando en la oscuridad de la frontera con México o de otros encerrados en jaulas, obligaron al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a retractarse de su estrategia discriminatoria y racista de inmigración.
El arresto de menores de edad y separación de sus padres o de los adultos que los acompañaban al momento de ser detenidos como indocumentados en la frontera sur estadunidense fue una política premeditada que forma parte del combate migratorio con “Tolerancia Cero” diseñada por Trump.