Aun con sus graves problemas financieros, billonaria deuda y baja productividad, cada mes Pemex destina a su sindicato más de 7 millones de pesos que se usan en bebidas alcohólicas, cremas, tratamientos de belleza, plumas de lujo y arreglos de orquídeas.
Quizá ningún sindicato en el mundo laboral posee una cláusula para obtener este tipo de viáticos. Mucho menos para que los recursos terminen derrochándose en gastos superfluos. Pero, en México, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) cuenta con la “Cláusula 251”. Mes con mes, un grupo selecto del sindicato petrolero echa mano de una bolsa millonaria que forma parte de su contrato colectivo que establece que se le debe pagar generosos salarios y prestaciones.