A 18 meses de su potencial desaparición, la Policía Federal está, coloquialmente hablando, en quiebra.
La corporación federal – que será gradualmente desplazada por la nueva Guardia Nacional- tiene un adeudo reconocido de casi 2 mil 500 millones de pesos por pagos pendientes en múltiples conceptos, desde gasolina para sus coches, pasando por viáticos y hospedajes, hasta indemnizaciones para sus elementos.