Mónica Esparza tiene 33 años y lleva seis en la cárcel. En 2013, mientras se dirigía a comprar material para hacer arreglos a su negocio de ropa con su pareja y su hermano, policías municipales de Torreón los detuvieron. Eran las 10 de la mañana. Según les dijeron, sólo sería una revisión de rutina.
Pero fueron llevados a una bodega de la Dirección de Seguridad Pública de Torreón. Ahí Alfredo, pareja de Mónica, y Edgar, su hermano, fueron desnudados y golpeados con tablas en el pecho y en la espalda. Al primero le desollaron el muslo izquierdo con una navaja, y con un látigo de espuelas le arrancaron pedazos de piel de la espalda.