Aideé estaba por cumplir uno de sus sueños: estudiar en Ciudad Universitaria, el campus de la “mejor universidad de América Latina”, como narraba a sus amigas. La carrera ya la tenía elegida: ciencias forenses. Sus calificaciones de excelencia le habían garantizado que avanzaría a la facultad que quisiera sin problemas.
Pero su sueño se truncó el pasado lunes 29 de abril. Aideé fue asesinada en un aula del segundo piso del edificio P del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Oriente. A la joven la mataron en su propia escuela, dentro del salón donde tomaba una clase.