El hombre corrió para escapar y dejó en el pavimento una cartulina donde -horas después- se sabría que contenía un mensaje que indicaba que el asesinato habría sido por su cercanía con el gobernador Javier Corral y por “lenguona”. Lo firmaba un conocido capo: “El 80”. Lo acompañaba, en un extremo, las letras “WA WA”.
A las 6:48 de la mañana, el centro C-4 recibió una llamada en la que una mujer, con voz quebrada, pedía ayuda: “¡Dispararon a mi mamá!”. Era la hija de Miroslava, quien pedía una ambulancia; al fondo se escuchaba a su hermano adolescente, llorando a gritos.