Rosaura Benítez, de 34 años, trabaja en uno de los institutos que atenderá a enfermos graves contagiados por coronavirus COVID-19, por eso en las últimas dos semanas ha estado capacitando a todo el personal médico para estar listos cuando llegue el momento de hacer frente desde la primera línea.
Aunque en este momento ella y sus compañeros aún no están en contacto con pacientes graves, sabe que en algún momento el hospital podría ser foco de infección, y sabe también la facilidad de contagio del coronavirus que hasta el momento ha dejado 34 mil fallecidos en todo el mundo.