Las unidades compradoras del gobierno no han seguido un criterio uniforme en la adquisición de insumos, como ventiladores, para afrontar la pandemia de COVID-19.
Esta descoordinación ha propiciado, incluso, que el IMSS compre modelos de ventiladores respiratorios no aprobados por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) de la Secretaría de Salud, autoridad rectora de la política sanitaria para atender la emergencia.