Para evitar que la carga económica de la crisis provocada por el coronavirus recaiga desproporcionadamente sobre la población más desprotegida y acentúe la desigualdad en el mundo es necesario un acuerdo internacional para fijar un impuesto empresarial mínimo global de 25%, propone la Comisión Independiente para la Reforma de la Tributación Corporativa Internacional (ICRICT, por sus siglas en inglés).
En su informe “La pandemia mundial, recuperación económica sostenible y fiscalidad internacional”, la Comisión señala que rebajar los impuestos a las compañías bajo el argumento de “estimular la inversión en la fase de recuperación” no será una opción económicamente efectiva ni socialmente adecuada.