Entre 2013 y 2016, la administración de Emilio Lozoya en Petróleos Mexicanos (Pemex) dejó un boquete de más de 23 mil 500 millones de pesos en los recursos y finanzas de la empresa del Estado y sus subsidiarias, como resultado de 111 presuntos actos de corrupción, malos manejos y posibles desvíos detectados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Sin embargo, aunque han transcurrido cuatro años desde que la gestión de Lozoya al frente de Pemex terminó, hasta ahora el destino de todo ese dinero sigue sin aclararse y los quebrantos al erario permanecen impunes.