Germán no ha parado un segundo desde que los primeros integrantes del Frente Nacional Anti AMLO (Frena) irrumpieron en el Zócalo. Pasan algunos minutos de las 7 de la tarde del miércoles y el campamento está en “ebullición”. Él va de un lado a otro. Ayuda a una señora que no logra clavar su casa de campaña. Acarrea unas botellas de agua que alguien donó a los manifestantes. Corta pedazos de un plástico negro para cubrir las carpas en caso de que llueva.
El hombre, nacido en Tlaxcala hace 38 años, pareciera uno de los activistas más convencidos de la iniciativa de rechazo a Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, reconoce que no tiene inconveniencias en cuestiones políticas. Que ni unos ni otros. Que está ahí porque ha encontrado un modo de vida. Antes de que la marcha de Frena llegara a la Avenida Juárez, el sábado, Germán dormía en la calle, en el parque, junto a Bellas Artes.