Bajo un cielo gris y una lluvia incesante, un multitudinario contingente marchó hacia el Zócalo para gritar consignas de "10 años sin verdad ni justicia" ante un Palacio Nacional blindado.
Cuando llegó al Zócalo capitalino, después de recorrer las calles de la Ciudad de México en exigencia de verdad y justicia a 10 años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, la marcha multitudinaria tuvo que hacerse chiquita: el gobierno había instalado bloques de concreto en medio de las calles que llevan a la Plaza de la Constitución, lo que creó un tapón y obligó la muchedumbre a rodear los obstáculos en estrechas filas.
"Lamentamos la postura del Estado mexicano al poner los bloques", deploró un orador a medida que la marcha ingresaba, a cuentagotas, a la explanada del Zócalo, la cual estaba cubierta de vallas metálicas colocadas alrededor del Palacio Nacional y la catedral, como símbolo de la ruptura entre el movimiento y el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.