AUTOR: JENARO VILLAMIL.
“Ayúdame a regresar a mi casa. Me llamo Paulette y tengo 4 años. Tengo discapacidad motriz y del lenguaje, presento una cicatriz en la espalda del lado izquierdo, no puedo valerme por mí misma, necesito a mis papás.”
Así decía el texto del cartel que apareció en las avenidas del Estado de México, y en miles de mensajes por Facebook y Twitter, el lunes 22 de marzo de 2010, día que inició uno de los casos más vergonzosos para la historia judicial del país y del Estado de México.
El caso Paulette sintetizó en menos de diez días el uso y abuso de los medios de comunicación para explotar el morbo frente al caso de una menor desaparecida, en medio de múltiples sospechas de complicidad de los propios padres, y de una procuración de justicia que al estilo Atlacomulco se vende y se negocia al mejor postor o en función de la red de intereses que estaban ya implicados en torno a la campaña de Enrique Peña Nieto, el gobernador.