Es increíble como las cosas cambian de la noche a la mañana, en un día eres un fuerte simpatizante de AMLO y estas muy seguro de que esta vez sí ganamos y que ya no nos la vuelven a hacer. Pero al día siguiente los movimientos financieros ilícitos, los movimientos monetarios desde Estados Unidos, Canadá, España e inclusive Israel entre otros países, la coacción y la compra de votos, el asesinato de representantes de casilla o de militantes tanto de la izquierda como del PAN, la vigilancia a los hogares de algunos militantes o representantes de casilla por asesinos a sueldo, la retención de raramuris en bodegas, la quema de boletas, la quema de casillas, los militares que tuvieron que votar por el PRI y tomárle con un celular una foto a su boleta, o los halconcitos, niños que vigilaban a hombres y mujeres el día de las elecciones, que se metían con ellos a las casillas y checaban que el recuadro que se marcara fuera el del tricolor. De la noche a la mañana la ilusión se convirtió en desilusión y la emoción en miedo.
Hoy tenemos un presidente que ha llegado al poder gracias a un Fraude Electoral, al igual que lo hiciera Salinas de Gortari en 1988, al igual que lo hiciera Felipe Calderón en el 2006. Hoy muchos mexicanos hemos optado por declararle la guerra al que yo considero el último imperio mexicano, al imperio