AUTOR: ADRIANA AMEZCUA.
Críticos señalan que Ardelio Vargas Fosado tiene un cuestionable historial en materia de derechos humanos.
Las críticas se escuchan urbi et orbi. La designación de Ardelio Vargas Fosado, ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla, como cabeza del Instituto Nacional de Migración (INM), ha provocado una gran polémica entre los activistas humanitarios.
Para empezar, el padre Alejandro Solalinde Guerra afirmó que, nombrando a un policía, se da una “bofetada” a los defensores de los derechos humanos, tanto en México como en Centroamérica:
“Es la mayor decepción que el gobierno de Peña Nieto nos puede dar”, agregó ayer el sacerdote desde el municipio poblano de Lara Grajales.
Solalinde, a quien en diciembre pasado el presidente entregó el Premio Nacional de Derechos Humanos 2012, considera que estos pasan a un segundo plano y el gobierno federal “privilegia la seguridad y la obediencia a Estados Unidos”.