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LINK: http://www.sinembargo.mx/21-01-2013/495760.
El centro de exhibición de productos chinos más grande fuera de China, autorizado por el gobierno mexicano para instalarse en Cancún, tuvo un símil en Suecia. Para autoridades de ese país, aquello fue un mal sueño.
En medio de una idílica región boscosa, en la ciudad de Kalmar, al sureste de Suecia, yace un terreno vacío, inerte. Allí estuvo alguna vez el proyecto chino Fanerdun. Fue una tarde veraniega de agosto de 2006 cuando ante la oficina del alcalde de Kalmar, Joan Persson, se presentó un dinámico hombre de negocios chino de nombre Luo Jinxing.
La oferta propuesta sobre el escritorio de Persson era clara y precisa: Luo Jinxing crearía un espacio para que empresas chinas ofrecieran y comercializaran sus productos en Suecia y los consumidores suecos accedieran a estos productos de primera mano y sin necesidad de hacer el largo camino aduanal e industrial hasta China; bastaría ir a Kalmar, región que entre otras cosas no es famosa por sus vías de comunicación o carácter cosmopolita.