AUTOR: GEORGINA HOWARD.
La privatización de 27 ingenios que decretó Fox y mantuvo Calderón, tuvo un costo fiscal para el país de 19 mil millones de pesos, advierte la Auditoría Superior de la Federación.
No hay mal que por bien no venga, dice el refrán. Pero muchas veces el mal perdura y los beneficios no se ven.
Así pasó con la decisión tomada por el entonces presidente Vicente Fox, quien el 3 de septiembre de 2001 decidió expropiar 27 ingenios azucareros, en aras de protegerlos de las inmensas deudas en que los hundieron sus dueños.
La estatización transitoria, como se manejó, fue asumida también por Felipe Calderón, quien se propuso vender los últimos nueve ingenios que todavía son propiedad del Estado, hoy en procesos judiciales y mercantiles sin concluir.
Pero esta maniobra, según datos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), ha tenido un costo fiscal de 19 mil millones de pesos y de ese monto 5 mil 776 millones (32 por ciento) correspondieron a los recursos públicos que el gobierno de Fox gastó en la expropiación, y 12 mil 305 millones son pasivos acumulados por Financiera Nacional Azucarera.