El hallazgo de otros seis cadáveres descuartizados en la zona norte de la capital mexiquense –12 víctimas en menos de 24 horas– encendió las luces de alerta en la tierra natal del presidente Enrique Peña Nieto, el Estado de México, donde en lo que va del primer mes del año al menos 70 personas han sido ejecutadas, 39 de ellas nada menos que en la propia capital, Toluca.
Impotente ante esa espiral de violencia de tres víctimas mortales al día, el gobernador Eruviel Ávila tuvo que echar mano de las fuerzas federales y, tras el descubrimiento de los primeros seis cuerpos descuartizados del pasado miércoles 23, aseguró que la presencia del Ejército se ampliará a diversas regiones de la entidad, particularmente a las zonas oriente y sur, a las que definió como una prioridad.
“El Ejército, las fuerzas federales, la Policía Federal, la policía estatal, en coordinación con las policías municipales, estaremos reforzando operativos en las diferentes regiones del Estado de México a través de las Bases de Operación Mixtas”, dijo el mandatario en Atizapán.