By: Draco Dracul
on 14:23:00
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FUENTE: LA JORNADA
AUTOR FUENTE: Astillero / Julio Hernández López
La explosión sucedida ayer en la Torre de Pemex agrega elementos de preocupación al cuadro, de por sí complicado, del funcionamiento actual de la principal empresa estatal y del muy avanzado proyecto peñista que busca modificar las reglas actuales de operación y abrir puertas a más inversión privada, sobre todo extranjera.
No se trata sólo de un accidente (en caso de que así lo determinen los peritajes correspondientes), sino de una cadena de incidentes similares, en distintas zonas del país (uno de ellos en septiembre del año pasado en el Centro Receptor de Gas de Pemex en Reynosa, con un saldo oficial de 30 muertos y 46 heridos), que dan pie a preguntarse la razón por la cual hay constantes fallas en seguridad y mantenimiento. Uno de los puntos a los que se dirigen constantes críticas es el contratismo practicado por los directivos de la institución, cediendo a empresas particulares la realización de tareas delicadas, en el contexto de la elevada corrupción gubernamental y sindical que se tropieza por encontrar formas de realizar convenios privados que suelen generar comisiones porcentuales importantes, aunque los prestadores de esos servicios diluyan o simulen el cumplimiento de sus obligaciones. Por ello, en momentos como los que se viven actualmente respecto al petróleo, y los energéticos en general, un estallido como el de la Torre de Pemex potencia las especulaciones y añade hollín a los vitrales públicos. Será necesario esperar los resultados de las investigaciones oficiales para determinar si el estallido de ayer fue producto de un accidente o de un acto premeditado.