AUTOR: JORGE CARRASCO ARAIZAGA.
Torturas y violaciones, detenciones ilegales, centros clandestinos de reclusión… nada nuevo en el sistema mexicano. Y a eso se redujo la parte judicial de la lucha de Felipe Calderón contra el narcotráfico, que lejos de capturar a delincuentes de “alta peligrosidad” no pasó de aprehender y recluir a consumidores o traficantes menores, según una encuesta del Centro de Investigación y Docencia Económicas levantada entre reos de algunos penales federales mexicanos.
MÉXICO, D.F.: Los delincuentes de “alta peligrosidad” recluidos en los penales federales en el sexenio de Felipe Calderón resultaron ser en su mayoría traficantes menores o consumidores detenidos en flagrancia y sus capturas no resultaron de la investigación policial, de la que alardeó su secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
Escasearon las órdenes de aprehensión; se abusó del arraigo; fue común el traslado de los detenidos a cuarteles militares, separos y hasta sitios clandestinos antes de ser presentados ante el Ministerio Público federal; los sentenciados carecieron de una defensa adecuada y ya internados fueron amenazados y maltratados. La tortura no faltó.