AUTOR: FRANCISCO BEDOLLA CANCINO.
Si una fuerza viene cobrando forma y vigor creciente en estos primeros cien días de gobierno, es que el fantasma de la crisis campea por los pilares institucionales del Estado mexicano: el IFE, el IFAI, el Tribunal Electoral y la Suprema Corte de Justicia. Las cifras provenientes de los sondeos de opinión acerca de la desconfianza social que les rodea o, para decirlo con mayor crudeza y propiedad, de la alta confianza en que su papel estriba en traicionar el interés público para favorecer intereses particulares no confesables en público, es el síntoma irrebatible de que, quizás salvo el IFAI ─por ahora─, han fracasado en la superación del desafío más importante: el de la construcción de sus bases de legitimidad.