MÉXICO, D.F: A pesar de que desde hace rato, las fuerzas armadas le seguían los pasos, Jonathan Salas Avilés, El Fantasma, el presunto jefe de sicarios de Joaquín “El Chapo” Guzmán, detenido el pasado 9 de febrero en la sindicatura de Costa Rica, Sinaloa, apostó a su bien ganada fama de escurridizo y echó al cesto de la basura las recomendaciones de sus superiores de replegarse.
“Ni modo, vámonos”, fue lo único que dijo a los uniformados el día que lo capturaron en un operativo en el que no hubo un solo disparo.
Según la reconstrucción de los hechos que da a conocer el semanario sinaloense Riodoce, El Fantasma dormía en su casa de la colonia San Ángel de la sindicatura Costa Rica, cuando elementos de la Marina, unos 200, lo tenían literalmente cercado.