AUTOR: J. JESÚS LEMUS.
Además de la enfermedad del gobernador Fausto Vallejo, hay un estado con síntomas evidentes de inestabilidad. La entidad presenta severos problemas de seguridad, una deuda sin control y grupos violentos que se disputan el territorio
Desde hace 20 años no se presentaba en Michoacán un caso de ausencia del gobernador.
Y aun cuando en este momento no es definitiva, sí implica la sucesión de poderes temporales y en consecuencia la inestabilidad al interior del gobierno estatal.
La ausencia del mandatario Fausto Vallejo Figueroa, bajo el argumento de razones médicas, no tomó por sorpresa a los michoacanos.
Y es que desde el inicio de la gestión administrativa actual ya se hablaba de la imposibilidad física del gobernador para el ejercicio público.